El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido que la perspectiva económica mundial es demasiado incierta debido a la alta inflación que se vive, así como los conflictos entre Rusia y Ucrania.
El impacto económico de la guerra ha afectado los precios de las materias primas, los cuales están desacelerando el crecimiento y exacerbando una crisis del costo de vida que está afectando a millones de personas, especialmente a las personas que no pueden permitirse alimentar a sus familias.
De acuerdo con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, la inflación es más alta de lo que se había esperado, y se ha ampliado más allá de los precios de los alimentos y la energía.
Esto ha llevado a los bancos centrales a anunciar una mayor contracción monetaria, que es necesaria, pero pesará sobre la recuperación.
“Las perspectivas siguen siendo extremadamente inciertas. Basta pensar en cómo una mayor interrupción en el suministro de gas natural a Europa podría sumir a muchas economías en recesión y desencadenar una crisis energética mundial».
Según Georgieva, el 2022 será un año duro, y el 2023 tendrá un mayor riesgo de recesión.
Países deben reducir niveles de inflación
La directora del FMI considera que los países deben priorizar la reducción de los altos niveles de inflación dado que esto podría hundir la recuperación y perjudicar más los niveles de vida, principalmente para los grupos vulnerables.
A su vez, los países que enfrentan niveles elevados de deuda deberán endurecer su política fiscal para así ayudar a reducir la carga de los préstamos, que son cada vez más caros. Esto complementará los esfuerzos de política monetaria para controlar la inflación.
Asimismo, para evitar posibles crisis e impulsar el crecimiento y la productividad, se necesita, de manera urgente, una acción internacional más coordinada.
El FMI señala que lo más urgente de todo son las medidas para aliviar la crisis del costo de vida, la cual está empujando a otros 71 millones de personas a la pobreza extrema en los países más pobres del mundo.
“Los países más ricos del mundo deben proporcionar apoyo urgente a los países necesitados, mediante, por ejemplo, nuevo financiamiento bilateral y multilateral, especialmente a través del Programa Mundial de Alimentos”.
