No queda claro el porqué de la insistencia de los gobiernos en despilfarrar los recursos del Estado. Terminado el «periodo neoliberal» donde supuestamente el objetivo de la política pública era favorecer a los ricos, ahora el discurso se ha volcado a supuestamente apoyar a los pobres.
Tenemos que, según estudios del Instituto Belisario Domínguez: “La evasión fiscal representó que el gobierno no recaudara alrededor de 510 mil millones de pesos”, sólo en 2016. Para combatir esto, la presente administración ha dado señales de voluntad política para erradicarlo y ha puesto en marcha algunas medidas para combatirlo.
¿Pero, es esto suficiente para erradicar la pobreza?
La respuesta es no, si bien, el ex secretario de economía Luis Ernesto Derbez proyecta que, de realizar los cambios necesarios en el sistema de fiscalización, se tendría una recaudación extra de 1 a 1.4 billones de pesos.
Esto no sería suficiente para erradicar la pobreza ¿Por qué?
Porque los programas sociales carecen de un enfoque integral, que dé seguimiento a la superación del ser humano; y así, su estado de pobreza sea transitorio.
En contraste, el presidente López, en su conferencia matutina, comparó a los pobres con mascotas y como tal estaban impedidas para conseguir su propio alimento.
https://www.youtube.com/watch?v=QqfjO0NCIvg
Con esto, se confirma que la visión del gobierno actual es generar un círculo vicioso de codependencia. Donde el pobre necesite permanente del gobierno y el partido del gobierno reciba el apoyo del pobre en comicios electorales.
¿Son malos los programas sociales?
No, aclaremos que ni el combate a la evasión fiscal es malo por ser insuficiente para cambiar la realidad económica del país, ni los programas sociales por ser ineficientes en el combate a la pobreza. El problema está, en la forma indebida de aplicar a criterio lo que se piensa que es mejor.
El último embate recibido por parte del gobierno en este sentido, fue el despido del titular del CONEVAL, Gonzalo Hernández Licona, quien denunció los riesgos de la “austeridad” mal entendida de este sexenio.
Dejándonos sin la posibilidad de conocer resultados confiables sobre los índices de pobreza en el país. Ya saben, lo que no se puede medir, no se puede mejorar. Esa es la lógica de los «otros datos».
¿Existe alguna alternativa?
Sí, lo que quiero poner en la mesa para la reflexión es: que mientras gobiernos de izquierda y derecha pasan por nuestro país, unos mostrando más intereses por los ricos y otros más por los pobres. Se ha abandonado terriblemente a la clase trabajadora.
Los cautivos, quienes empujan la economía, los que no tiene derecho a quejarse porque “no están tan mal”. Aquellos que no pueden acceder a programas sociales porque tienen un sueldo y se supone que éste les debe alcanzar para vivir.
Esos, a quienes se les retiene el 9.8% de su salario en impuesto sobre la renta y sumado a eso, aportan otro 11.2% para la seguridad social. Sin poder hacer mucho para evitarlo.
Sumado, contribuyen con el 21% de su salario por su trabajo realizado ¿Qué reciben a cambio?
Muy poco, mientras que los grandes empresarios evaden impuestos al cobijo del poder y el gobierno invierte de manera irresponsable en fondos perdidos, el empleado promedio que aspira mejorar su calidad de vida, continua sin seguridad, sin infraestructura digna en sus ciudades, sin un sistema salud de calidad, sin educación significativa, etc.
Dime qué opinas ¿A quién debemos apostar?
Ing. Enrique Paniagua
Asesor para el desarrollo de instituciones educativas.
Egresado de la Universidad Tecnológica del Centro de Veracruz.
Twitter: @ElDescortes
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