Las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García a un año de que AMLO las implementara no tienen planes de estudio ni control sobre los mil millones de pesos asignados para 2019 y 2020.
Francisco Luciano Concheiro subsecretario de Educación Superior de la SEP reconoció que hay retraso en la institucionalización de estos centros, que funcionan en terrenos prestados.
No cuentan con reglas de operación y sus programas de estudio no son públicos, ni el método para la selección de maestros. La comunicación con los estudiantes es a través de Facebook y correos sin dirección institucional.
Ofertan 19 carreras en 100 planteles en áreas de desarrollo sustentable, energía, procesos agroalimentarios, patrimonio histórico y cultural, así como estudios sociales y de salud.
La meta era que 100 universidades dieran acercaran la educación superior a poco más de 32 mil alumnos.
Sin embargo, en algunos estados no lograron abrirse los planteles debido a que no se inscribieron el mínimo de estudiantes que requerían para ser viables pese a que estas instituciones no realizan exámenes de admisión ni cobran cuotas de inscripción.
Aunado a lo anterior, la mayoría de los planteles aún no tienen instalaciones propias. No cuentan con rectorías, direcciones, oficinas de servicios escolares o personal administrativo que lleve el control de los trámites de los alumnos.
Otro aspecto que ha mermado su funcionamiento es la irregularidad en los pagos a los profesores. Aún están en una fas experimental, por lo que esta es una opción para jóvenes que no pudieron ingresar a las universidades de prestigio, por ello aún tienen pocos alumnos. La matricula de la mayoría de los planteles ronda a penas los 150 alumnos.
Redacción @dlpoder