Como se comentó en este espacio, durante la columna titulada ‘Panorama electoral Estados Unidos 2024, al mes de octubre’ publicada el 08 de octubre pasado, el efecto Trump se asomaba de nueva cuenta para remontar las tendencias que favorecían a su rival, la demócrata Kamala Harris. Aunado a la merma en los pequeños apoyos de recaudación de fondos y al abrumador apoyo de los milmillonarios a Harris, el multicitado historiador Allan Lichtman ya realizó un pronóstico basado en sus exitosas ‘13 claves’, propuestas desde 1984, que solamente han fallado una vez en el año 2000. En su mediático ejercicio de cada cuatrienio, Kamala Harris aventajaba en 9 de esas claves, asegurándole, según su inferencia, mayores posibilidades de ganar la presidencia el próximo 5 de noviembre. Sin embargo, Donald Trump siempre ha ido contra la lógica e historia misma, y ésta vez no será la excepción. Ha salido ‘avante’ hasta hoy: ¿otra vez el destino jugará a su favor?
Del 7 de octubre hasta el cierre de esta edición, el día 18, Trump subió 7 décimas (47.2%-47.9%), recortando 0.6% con Harris, quien pasó de 49.2% a 49.3%. De hecho, el neoyorquino septuagenario adelantó los tiempos. En 2016, Trump cayó 1% en ese mismo periodo, separándose 2.4 puntos de Hillary Clinton, para remontar después de ese día de 4.1 a 5.2%, ganando sorpresivamente por la vía del colegio electoral. En 2020, Trump ganó medio punto, recortando 0.7%, subiendo a un rango posterior de 1.7 a 4.4%. Eso quiere decir que, con base en los datos de Real Clear Politics, a Trump le podrían quedar por escalar en promedio de 2.2 a 4.1% final. La desventaja que tiene, comparada con las dos elecciones pasadas, podría ser más fácil de manejar.
Hace 8 años, a Clinton se le preveía un triunfo aplastante en el colegio electoral, contando con 322 contra 216 votos de Trump; entonces, Trump recortó su probable de 106 votos a solo 6 (272-266): ganó 304-227 (sumando entonces 138 votos en el colegio electoral en un solo mes). En 2020, Biden era imparable, teniendo 374 votos contra 174 del expresidente; del 7 de octubre de ese año hasta el final de la elección, Trump recortó de 210 a solo 100 votos (319-219), perdiendo 306-232 (sumando entonces 123 votos en 30 días). En promedio, 130 votos del colegio electoral se revirtieron a favor de Trump en cada elección. Son números demoledores, que demuestran una resiliencia muy poco vista en una base de votantes y un político determinados como es el movimiento trumpista.
De acuerdo con Real Clear Politics, antes del 7 de octubre de este año, Trump aventajaba por la mínima en varios estados swing, liderando la carrera por primera vez en tres procesos electorales distintos, teniendo una desventaja muy mínima comparada con las dos anteriores. Trump superaba a Harris en el probable conteo 281 a 257 (24 votos). Ahora, 11 días después, se prevé un triunfo todavía ligeramente cerrado en varios estados, de 312 a 226 (86 votos). En menos de medio mes, el republicano ya sumó 62 colegios más a su favor, representados en Michigan, Nevada y Wisconsin.
Sumando ambos escenarios, Trump podría arrasar en el colegio y ganar por primera vez, aunque fuera por la mínima, el voto popular. Si ese escenario acontece, el triunfo de Trump sería incontestable, capaz de despresurizar la olla de presión que él mismo se ha encargado de sellar desde que dejó el poder. Sin embargo, la pregunta que comienza a rondar con mayor temor en varios rotativos afines al círculo rojo actual es: ¿A qué estarían dispuestos hacer Donald Trump y sus simpatizantes si los resultados no le favorecen y éstos no los aceptan?
Dejo esto y me retiro lentamente. En Palacio, ruegan porque Kamala dirija Estados Unidos mientras Claudia sea mandataria, les conviene una vecina aparentemente débil en manejo de crisis que un pasivo-agresivo como Donald Trump. Ebrard desea que Grupo California llegue a la Oficina Oval para tener una gran esperanza de ser el candidato favorito para 2030, o el sustituto si Claudia pierde la revocación de mandato o es destituida en una crisis constitucional por la Reforma Judicial…Mientras tanto, en Palenque, casinos, sitios de apuestas y en el CEO Dialogue, creen que Trump regresará por la puerta grande.
Corolario. Basándonos en las súplicas y afirmaciones de un ya condenado como Genaro García Luna sobre presiones para vincular a más de 50 personajes en una trama de narcoestado que convierta a México en país títere o intervenido por Estados Unidos…Con tres fuertes capos no sentenciados en apuros, la oposición, muchos políticos pertenecientes o afines al oficialismo, altos mandos policiales y de las fuerzas armadas, serían los menos favorecidos si Donald Trump vuelve en enero a la presidencia.
Duda razonable. ¿Qué nos haría descartar que, una presidenta radicalizada de la noche a la mañana en una manera que ni siquiera su antecesor soñó, que desacata suspensiones definitivas y se pasa la Constitución, la historia y la administración pública por el arco del triunfo, con un gran respaldo popular todavía fresco, sea capaz de ayudar en la captura de un personaje cooperativo y hablador, para que le quite del camino a la oposición interna y externa que enfrenta? ¿Qué tal si ya está en Estados Unidos, ya sean Ismael Zambada o cualquiera de los dos hijos del ‘Chapo’?
Eder Jorge Guillén Muñoz 🖋️
@ejgm911
Ciencia Política UNAM
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