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Protección civil en la CDMX 2018

Protección civil en la CDMX y su reingeniería sexenal

Protección Civil: La Ciudad de México con más de 10 millones de habitantes como población fija y otro tanto flotante, que en suma conforman o habitan el reducido espacio físico diariamente, es una de las zonas más accidentadas y con mayores riesgos no sólo geográficos. Por la naturaleza y complejidad de diversos factores que coexisten, hacen necesaria la atención inmediata de distintos cuerpos de emergencia y seguridad de manera permanente.

Por ahí del 2007 se evaluó la importancia de la protección civil. Ésta área se encontraba funcionando como una Dirección General dentro de la estructura de la Secretaría de Gobierno del entonces Distrito Federal. Un año más tarde se crea o se eleva al rango de Secretaría, comenzando la transformación y estructuración de la materia para darle todo el empuje e importancia del caso.

Lo anterior fue resultado de varias circunstancias, no sólo de aquel devastador terremoto que todos recuerdan, sino que, además existiendo una multiplicidad de factores que son considerados como posibles riesgos como son: socavones, inundaciones, incendios, derrumbes o deslaves. En muchas partes del mundo, sobre todo en aquellas ciudades o países con un alto índice de siniestralidad, se han desarrollado múltiples protocolos, programas y esquemas que permiten atemperar, amortiguar o reaccionar de mejor manera ante un siniestro o catástrofe.

Reunión de Protección Civil en calle CDMX 2018 – dlpoder

La entonces Secretaría de Protección Civil comenzó con su desarrollo, se iniciaron trabajos de planeación, desarrolló de estructura, capacitación y equipamiento. Inclusive se crearon distintos mecanismos de coordinación y hasta un gabinete de “seguridad y protección civil” que sesionaba de manera continua. Una de las más importantes acciones fue el desarrollo de la Ley en la materia y el inicio de los trabajos en ese sentido.

Como todo organismo en escalada, iba en subida y contra condiciones adversas, políticas y presupuestales, todo obviamente muy perfectible, pero con buenas perspectivas. Una de las más importantes pruebas fue la llegada de la gripe conocida como Influenza, entre otras. Para aquellos momentos aún en ciernes, el organismo logró adaptarse y reaccionar acorde a las expectativas y circunstancias. Se adoptaron modelos internacionales y se implementaron con recursos muy escasos y de todo tipo, las medidas necesarias para atender a la población más grande y conglomerada de la nación.

Uno de los proyectos que inició su desarrollo, con muchas aristas y en el que intervinieron instituciones de la academia, la iniciativa privada y la sociedad civil, fue el entonces llamado “Atlas de Riesgo.” Por su información contenida no pudo ser totalmente público, sin embargo, fue brindando elementos de toma de decisiones y acciones importantes. El tiempo de desarrollo, las circunstancias económicas y de estructura (o falta de ella) fueron el factor limitante.

Para el siguiente sexenio (2012), con la nueva administración, todo lo anterior se vio terriblemente desdibujado. La entonces directiva tomó en sus manos la tarea de desmantelamiento e inclusive reducción a la mínima expresión de la estructura humana y material (literalmente), con la Visión más o menos operativa y de menor altura en cuanto a la envergadura que originalmente se pretendió dar en su concepción.

Con el paso del tiempo se fue reduciendo significativamente, perdiéndose mucho del conocimiento, experiencia e importancia. La función de coordinación casi se extinguió y eventualmente sus funciones fueron pasando al segundo plano dentro de la administración central. Si bien es cierto, se hicieron algunos pequeños aportes en cuanto a la promoción de la cultura de la protección, su capacidad y presencia se vieron disminuidas, muestra de ello fue la escasa participación en los eventos suscitados.

Hoy, ante las circunstancias, los eventos recientes (sismos) y las demandas ciudadanas, la atención es brindada mediante cuerpos de atención de emergencias según sea el caso, acorde a las funciones y equipamiento de distintos organismos.

dlpoder – motocicleta de Protección Civil CDMX

La reciente elección es un parte aguas para estos temas, según se ha declarado por quienes tendrán a su cargo este y otros temas, se terminará de borrar aquella original idea de concepción de la casi inexistente secretaría y su Ley, para dar paso a una nueva idea: “el Centro Integral de Atención y Gestión de Riesgos de la CDMX.” Como concepción del desarrollo de estudios y cultura que generen nuevos conceptos de seguridad entre la población.

Aunque no se ha dicho mucho al respecto, por la reciente electa futura Jefa de gobierno o Gobernadora (si fuese el término correcto), ni por la experta académica que en sus manos tendrá directamente esa responsabilidad. Una realidad se hace patente, de los restos de aquella idea y secretaría solo las cenizas quedarán, dando paso a la concepción de una nueva y muy diferente gestación.

El gran problema de este y otros programas que nacen con su correspondiente organismo es que, se requiere tiempo de planeación, implementación, puesta en marcha y consolidación, y que, los grandes enemigos son los factores económicos, políticos y, sobre todo, administrativos. El desarrollo de todo el andamiaje organizacional, léase Leyes, reglamentos, manuales y estructuras (la Institucionalidad), no son cosa de diez minutos, ni se logran sin la efectiva transmisión de conocimiento, experiencia y práctica para alcanzar la madurez requerida.

El reto es mayor para el futuro destino de la dependencia, y lo es más aún, para la ciudadanía que irá de la mano con la próxima titular de dicho organismo, ya que seis años quizá no sean suficientes de cara a la necesidad actual. Lo deseable sería un dibujo con PROSPECTIVA que abarque más allá de un sexenio, una planeación de largo alcance y que sea tan sólida o contundente en sus acciones, que sólo quede consumar el proyecto por las futuras administraciones, alcanzando así su madurez en beneficio de todos quienes coexisten en la ciudad.


LAE. Alfonso León de Garay Montoya.

Ex funcionario estatal, local y federal; consultor asociado en temas organizacionales de alta dirección pública. Egresado del Programa de Alta Dirección de Dependencias y Entidades Públicas, Maestría en Administración Pública y Especialidad en Contrataciones de Gobierno.

Correo: aleondegaray@yahoo.com.mx

Twitter: @aleondegaray


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El reto es mayor para el futuro destino de Protección Civil de la CDMX, y lo es más aún, para la ciudadanía que irá de la mano con la próxima titular de dicho organismo, ya que seis años quizá no sean suficientes de cara a la necesidad actual.
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