La elección más grande de la historia, la que ocurrió este año y que aún no acaba de concluir, existieron sobre ella múltiples escenarios. Muchos analistas apostaban a que tendríamos una elección competida y, consecuentemente, llena de medios de impugnación en los órganos jurisdiccionales. También algunas voces adelantaban que el actual régimen, que vive sus últimos días, haría lo posible por conservar su poder político.
Se comentó que podrían llevarse a cabo “viejas prácticas” para tratar de incidir en la elección, o peor aún, buscar mecanismos para tratar de “reventar” algún ejercicio democrático.
Estos y otros tantos argumentos fueron usados previo a la elección. Sin embargo, el resultado es otro. Donde se preveía el mayor conflicto electoral, que era la elección presidencial y dado principalmente por el margen tan amplio entre el primero y segundo lugar, no hubo mayores conflictos y, los perdedores sin más, aceptaron el resultado de la votación.
En materia de fiscalización se anunciaba de igual forma, que podrían existir cualquier cantidad de irregularidades, pero la realidad mostró que, de lo esperado a lo registrado se encontró un panorama diferente, lo que llevó a la autoridad electoral federal (INE), a señalar que los resultados de estos procesos fiscalizadores mostraron mejores garantías de equidad en la contienda electoral.
Sin embargo, existe aún mucho por hacer para tratar de integrar una elección con mejores controles y mayores esquemas de participación ciudadana.
Ahora que pronto cambiaremos de régimen político, seguramente en la agenda tanto del ejecutivo federal entrante como en el próximo legislativo, uno de los temas que sin duda será materia de discusión y, eventualmente de conformación en una nueva iniciativa de ley, será la vertiente electoral.
Entre muchos temas que sugiero deban de ser analizados, enuncio algunos:
- Debe ser revisada la figura de las candidaturas independientes, con el objetivo de devolverles ese vínculo con la ciudadanía.
- Debe replantearse la forma en que se llevan a cabo las precampañas, ya que hoy son campañas abiertas a la ciudadanía y entre éstas y las campañas parece que no hay una diferencia.
- Sería conveniente recortar los periodos de las campañas electorales y, de paso, el financiamiento a los partidos políticos.
- Se avanzó en la forma de hacer debates en el terreno de la elección federal, pero a nivel local el tema sigue estando acartonado y con ello, existe una gran falta de interés de la ciudadanía; debe replantearse.
- La proporcionalidad del financiamiento público también debe ser un tema de discusión, en el que debería prevalecer la igualdad de los contendientes y no la disposición de los recursos de acuerdo a su fuerza electoral demostrada en la elección inmediata anterior.
- Ni que decir, del tema de las coaliciones. Debe de reestructurarse en beneficio de los actores que llevan a cabo las elecciones: nuestros vecinos que fungen como funcionarios de casilla. Llevar a cabo el computo en este terreno es verdaderamente tortuoso.
- Debemos arribar a la modernidad y al ahorro presupuestal de los procesos electorales que son tan costosos. Creo que es tiempo de avanzar hacia la utilización de mecanismos electrónicos de votación, tanto para la recepción de los sufragios ciudadanos, como para la difusión de tendencias electorales, la generación de los cómputos distritales, entre otros. La utilización de urnas o tabletas electrónicas, el voto por internet y que los PREP´s, son sólo algunos ejemplos.
- Aunque se ha avanzado mucho en el terreno de la paridad de género, aún hay pendientes al respecto, por lo que se debe insistir en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Por ejemplo, la conformación paritaria en los municipios muestra aún un rezago importante, tanto en la vertiente horizontal como vertical.
- El uso de las encuestas como herramienta propagandística debe ser revisada sin duda.
- Debe ser replanteado la forma en que son elegidas las máximas autoridades tanto del INE como de los institutos electorales locales.
Estos y otros aspectos, deben ser analizados en beneficio de un mayor equilibrio y un mejor aprovechamiento de los recursos públicos que ejercen las instituciones democráticas, encaminadas a lograr inclusive un ahorro en las finanzas en un mediano plazo.
Mtro. Fernando Díaz Naranjo
Analista político
@fdodiaznaranjo
Los comentarios realizados por las plumas invitadas en dlpoder.com reflejan perspectivas y análisis personales. DLpoder es un medio de comunicación democrático en donde todas las perspectivas aportan valor y son respetadas sin discrepancia.