A lo largo del tiempo en lo que a educación se refiere, se han desarrollado e implementado estrategias innovadoras, para favorecer el proceso de enseñanza aprendizaje, que llevan inmersas las estrategias de mejora para el desempeño Docente en el aula. Una de ellas se llama Microenseñanza, a través de la cual se espera que el docente mejore o transforme su práctica educativa, desarrollando competencias didácticas, a través de una práctica simulada de enseñanza, en la que resuelva situaciones reales tal y como se presentan en el aula en la vida cotidiana.
La microenseñanza es entendida como una técnica de enseñanza-aprendizaje destinada a mejorar la formación del profesorado, mediante una estrategia constructiva, que aproxima al alumno de forma gradual y sistemática al desarrollo progresivo de su propia instrucción, guiándolo hasta su futuro desempeño profesional. Esta formación se realiza mediante la integración de teoría y práctica en un mismo proceso, sin subordinar el segundo al primero, en un diálogo permanente, donde docentes y alumnos son considerados participantes activos en la construcción de su quehacer y en la generación de prácticas más reflexivas.
De acuerdo con la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior), la microenseñanza es un procedimiento desarrollado hace algunas décadas y que en los últimos años se ha retomado y actualizado para la educación y formación de profesores. Básicamente lo que propone, es un modelo nuevo para modernizar y enriquecer la enseñanza, en el que, para alcanzar estos cambios significativos, se trabaja de manera importante en la reflexión sobre la forma, en cómo se realiza la práctica educativa, para después modificarla, si es necesario. En la Microenseñanza se trabaja la autoevaluación y coevaluación del Docente, lo cual permite que, con base en estos resultados, se puedan elegir las estrategias adecuadas para modificar la práctica docente.
Un poco de historia…
En el año 1963, en la Universidad de Stanford, un grupo de formadores de profesores de desarrollando e implementaron una técnica novedosa a la que nombraron “microenseñanza”
En respuesta a esta situación, un grupo de investigadores de la educación y un grupo de educadores de maestros desarrollaron, en 1963, en la Universidad de Stanford un nuevo procedimiento llamado «microenseñanza» , Allen, D. y Ryan, K., en 1968 lo ponen en práctica, considerando que se había diseñado para contrarrestar muchas de las deficiencias de los programas tradicionales de la educación para la formación de maestros, y para fortalecer el proceso que se establece entre el profesor y la enseñanza, y lo formalizan en la obra titulada “Microenseñanza. Una nueva técnica para la formación y el perfeccionamiento docente”.
De este modo, la microenseñanza queda estructurada como un procedimiento de preparación cuyo propósito es simplificar la complejidad del proceso tradicional de la enseñanza, ya que, en la práctica de la microenseñanza, la persona que se está formando, se involucra en una situación de aprendizaje reducida en participantes, habitualmente en pequeños grupos de cuatro a seis integrantes. Los componentes de este método, incluyen el “micro elemento”, que no es otra cosa más que la simplificación sistemática de los procesos de enseñanza, bajo el concepto de que antes de entender, aprender y desempeñar efectivamente la complicada tarea de la enseñanza, es necesario primero dominar sus componentes. Esto es notorio en el momento de preparar una micro clase que sea lo suficientemente interesante y estructurada, que permita el uso de técnicas básicas, como estrategias de enseñanza,
La retroalimentación es un elemento fundamental, ya que en este tipo de enseñanza van implícitas las actitudes, estados emocionales, y la sensibilidad que genera la interacción con un número reducido de participantes en una clase, los cuales se autoevaluaran y coevaluarán. Debido a ello, la retroalimentación trabajada bajo criterios objetivos y positivos, reducirá los desacuerdos evitando también generar sentimientos de insatisfacción y/o frustración no deseados.
Es importante señalar que estas microenseñanzas, quedan grabadas para poder ser retomadas o consultadas las ocasiones que se consideren necesarias, de tal suerte que el aprendizaje se afianzará hasta consolidarse, sin el temor generado de no haber asistido a las sesiones de enseñanza, o bien, de no haber comprendido a la primera oportunidad.
Al ser la microenseñanza aparece, un procedimiento práctico realizado en condiciones especiales, tendiente a desarrollar y ejercitar ciertas habilidades o recursos que se consideran básicos en todo proceso educativo, y de que no se trata de una técnica para determinar qué o cuáles habilidades debe desarrollar el Docente, lo que se logra es una motivación a que el docente reconozca y resalte sus propias habilidades, que reflexione sobre ellas y las ajuste a su realidad para responder a las necesidades de su realidad como agente educativo para responder a los cambios necesarios en los procesos educacionales actuales.
En los últimos años, este procedimiento de la microenseñanza ha sido revalorado en colegios y universidades de tal forma que se ha incorporado en los cursos de formación para profesores de manera institucional, algunos de ellos han adoptado el tradicional modelo del laboratorio de microenseñanza de la Universidad de Stanford, en el que se requiere un cierto número de horas de práctica para desarrollar competencias en algunas áreas de enseñanza. Algunas variables componentes de la microenseñanza todavía se encuentran bajo escrutinio, como los contenidos a abordar, duración de la micro lección, número de participantes de la clase, ciclo de enseñanza-crítica-re enseñanza (crítica es el término que designa los comentarios del supervisor), modelos de supervisión y uso de modelos.
Por supuesto que una gran mayoría de los profesores en formación, y de los profesores experimentados que participan en estos programas, tienen perfectamente claro que la formación de un maestro es un proceso que nunca termina y de que la base fundamental será siempre el punto de arranque para una mejora continua.
Así, la microenseñanza es hoy por hoy el recurso de formación de docentes más eficaz y de más bajo costo que existe, mediante el cual, los profesores son capaces de identificar e intervenir problemas de sus prácticas, de elevar el nivel de aprovechamiento de sus estudiantes, considerando a la comunicación como uno de los aspectos más importantes dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, y por lo tanto, en la práctica de la microenseñanza.
En el enriquecedor proceso de enseñanza y aprendizaje, comunicar no es solamente transmitir información suficiente y verídica, es compartir, darse a conocer, interesarse en conocer al otro, entrar en relación creando una interacción que favorece al proceso, un camino de doble vía con la participación activa de los agentes educativos que intervienen, participante y facilitador o docente. El punto de partida es la realidad del participante, las fortalezas y áreas de oportunidad de su personalidad, sus experiencias previas, en especial sus habilidades y sus competencias básicas.
La pregunta es: ¿todos estamos listos para participar en la microenseñanza?

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