La crónica de una candidata anunciada | Éder Guillén

Con una sonrisa que no lograba contener, Claudia Sheinbaum fue ungida en medio de sus dos dirigentes hombres y sus cuatro rivales dispuestos a alzarle la mano, también varones, en un mundo donde el bastón de mando le iba a ser entregado por parte de otro masculino. Sheinbaum, una mujer que se anunció a la nación como férrea activista estudiantil, ascendió al escalón penúltimo del poder máximo mexicano en un ritual que no deja espacio a la duda: era la elegida desde hace mucho tiempo, la sorpresa no se iba a permitir, y es casi imposible decir ahora que perdería si la elección hubiera sido más limpia, como propugnaba Marcelo Ebrard. La diferencia era irreversible, y como relatamos en columnas anteriores, era más fácil que Claudia ganara sin sobresaltos a que Marcelo hiciera la remontada, por más atracos que hubieran cometido incluso en el conteo. 

Hay que admitir que, las encuestas no se equivocaron tanto como en otras ocasiones, sin embargo, cabe resaltar que Reforma y El Financiero vuelven a ser las más cercana al resultado final en cuanto a comparativo histórico, de acuerdo con el compilado de Polls MX, que relata la sorpresiva (y sospechosa) precisión que Enkoll, encuestadora de cabecera de Mario Delgado, tuvo en esta ocasión, cuando es de las que más falla. 

GEA/ISA, Votia, C&E, Covarrubias, Massive Poll, GoberArte y la encuesta del Diario BASTA de Grupo Cantón, son las que más le llegaron a atinar. Votia vuelve a tener preponderancia, mientras que Covarrubias recobra su lugar tras el desprestigio con Delfina Gómez. Por otra parte, las obvias perdedoras son Rubrum, La Encuesta MX, Arias Consultores, AZ2; les siguen Cripeso, FactoMétrica, Poligrama, TResearch, GANA, Massive Caller, Parametría, SIMO, MetricsMX, Mitofsky, México Elige, Mendoza y Blanco Asociados, así como Electoralia. Tal comparativo vuelve a darle la razón a las encuestadoras de Lorena Becerra y Alejandro Moreno, que son las que más difícilmente fallan. Los mejores en esto, adelantan un escenario inevitable para 2024: Claudia va adelante, Xóchitl se está defendiendo como puede, pero va abajo, y más sorpresas nos esperan con Movimiento Ciudadano e indecisos.

Sheinbaum Pardo termina siendo la única obviedad dentro del proceso irreversible de la sucesión presidencial en cuestión. Desde aquel fatídico 19 de septiembre de 2017, donde se le achacaron dolencias en el caso de la primaria Enrique Rébsamen, su carrera política pudo haber sido condenada al fracaso, se equivocaron: AMLO la prefirió en lugar de Ricardo Monreal, puntero en todas las encuestas para ser el candidato morenista para la Jefatura de Gobierno en 2018. Ahora, su destino se selló favorablemente tras la tragedia histórica del 3 de mayo de 2021, cuando la Línea 12 del Metro presentó un colapso entre Tezonco y Olivos: López Obrador la prefirió y le achacaron la culpa de la tragedia al primer responsable, el gobierno de Marcelo Ebrard. 

Ustedes se preguntarán por qué. La respuesta: ¡Es Claudia!

Los independientes. Más de una docena de interesados se registraron como aspirantes sin partido para la Presidencia de la República. Solamente dos destacan: Ulises Ruiz, oaxaqueño de abolengo y ex gobernador priista, así como Eduardo Verástegui, trasnochado cristero y actor de medio pelo. Ambos tienen serias posibilidades de obtener las firmas requeridas (cercanas al medio millón de inscritos en el padrón electoral), por las capacidades económicas que ostentan ellos o sus allegados; claro, si recibieron su constancia como aspirantes (esta columna fue escrita en la noche del 7 de septiembre, horas antes de su posible aceptación o rechazo por parte del Instituto Nacional Electoral).

Ruiz Ortiz es un político con un colmillo demasiado retorcido, y no dudará en echar mano de la estructura priista rebelde en las sombras a Alejandro Moreno Cárdenas para intentar sobrepasar los requisitos. Sus métodos son de sobra conocidos y catalogados como dudosos, pero siguen siendo efectivos hasta cierto punto. Al ser el aspirante independiente más conocido, de acuerdo a encuestas como México Elige, la ventaja de él radica en ese discurso ligeramente disruptivo que se cargará a atacar a los polos más controvertidos, la actitud irreverente del Partido Revolucionario Institucional de Alito y la maldición que supone (según él) vivir en los tiempos de la Cuarta Transformación. Veremos si le alcanza.

Mientras tanto, el que en exclusiva se puede apostar que terminará siendo candidato independiente a la Presidencia es José Eduardo Verástegui Córdoba, de la organización ultraderechista ‘Vamos México’, quien está auspiciado y ampliamente manejado por los populistas Donald Trump y Jair Bolsonaro, financiado por Santiago Abascal y la ultra hispanoamericana, así como promocionado por entes libertarios como Javier Milei. Es el candidato de Ricardo Salinas Pliego, quien pondrá a prueba su cualidad de adoctrinamiento para incidir y hacer potencialmente favorables sus bonos para el proyecto político que pretende construir. En esa balsa también tiene cabida Lilly Téllez y América Rangel, quienes trascienden, renunciarán al PAN y buscarán la sangría del blanquiazul para dejar esa esquina del partido en completa sangría. ¿Qué sucederá en su caso?

Duda razonable. ¿Quién será el candidato o la candidata de la verdadera oligarquía?

Para la próxima. Ya decidió Claudio. Ya decidió Andrés Manuel. Es turno de Dante. ¿Marcelo o Samuel? Inicia el juego naranja, y la libertaria Indira Kempis no está invitada.

Dejo esto y me retiro lentamente. Algo se está cocinando a muy fuego lento en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ojalá ese plato quede crudo.

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