La renuncia de Eduardo Medina Mora como Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, debe esclarecerse ante la opinión pública, ya que la norma establece que sólo se puede renunciar por causa grave, de manera que es necesario que se sepa cuáles fueron las causas de su renuncia.
¿Fueron, por ejemplo, de carácter estrictamente personal; existen implicaciones de carácter político o de otra índole; se presentaron presiones del Presidente?
Más allá de las investigaciones de que es objeto ahora Medina Mora, y que deben ser apegadas a derecho, tenemos la obligación de reflexionar sobre las nuevas formas que requiere nuestra Constitución para asegurar la plena autonomía de este Poder de la Unión, y que en equilibrio, con los Poderes Legislativo y Ejecutivo, son la base del funcionamiento del sistema republicano, que aún con grandes dificultades, prevalecen en nuestro país.
Nos preocupa y alerta que este equilibrio se rompa o se trastoque, y en consecuencia las decisiones del Poder Judicial se impongan desde Palacio Nacional.
Por esta razón de Estado, es que quienes integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación deben ser personas, además de doctas y con trayectoria incuestionable, también independientes del Presidente para con ello asegurar la autonomía plena de este Poder como lo señala nuestra Constitución.
Actualmente el Poder Judicial ha avanzado en su autonomía y aplica normas para justamente lograr ese equilibrio y proteger a las personas frente a abusos contra sus derechos, por ejemplo a través de juicios de amparo, de controversias constitucionales, de acciones de inconstitucionalidad entre otras funciones que determinan la trascendencia de su función.
Desde Futuro21 manifestamos nuestra preocupación por la decisión que adopte el Presidente para sustituir al Ministro que renunció al integrar la terna que enviará al Senado, la cual no debe ser, bajo ninguna circunstancia, a modo y a satisfacción de sus intereses como Ejecutivo, lo que pudiera llevar al control presidencial de esta Suprema Corte.
Exigimos al Presidente se apegue al ordenamiento constitucional del equilibrio entre los Poderes, y por lo tanto se obligue a enviar una terna que garantice la autonomía e independencia de la Corte, tal y como lo señalan los artículos 95, 96 y 98 de la Carta Magna.
Señalamos que de 11 ministros sólo dos son mujeres, de manera que la terna debe estar integrada exclusivamente por mujeres que sean enfáticamente independientes del Presidente, para avanzar hacia la paridad en la integración de los órganos institucionales del Estado mexicano y para que su elección sea incuestionable.
Nos preocupa siga enviando mujeres cuya característica principal sea su cercanía de intereses y su identidad partidaria.
Convocamos a las ciudadanas y ciudadanos, a las organizaciones defensoras de los principios republicanos y de los derechos humanos, defensoras de las libertades, a manifestar nuestro rechazo ante cualquier pretensión de someter al Poder Judicial.
Con información de Futuro 21