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AMLO y Meade, más allá de las palabras

 

Hay muchas especulaciones respecto del diálogo entre López Obrador y Meade Kuribreña. En diversas mesas redondas se pudo escuchar por más de una vez: ¿cuál fue el tema de conversación entre el ganador y el perdedor de las elecciones? Sin embargo, para fines de esta columna, se tratará el mensaje que López Obrador y Meade dieron a los mexicanos en el hecho de la reunión.

Sin lugar a dudas se debe de tener ánimo y estar contentos pues el proceso electoral del 1º de julio se dio de manera respetuosa, libre y transparente; en el que de ochenta y nueve millones de mexicanos que podían votar, sólo el sesenta por ciento lo hizo. Felices porque la democracia mexicana se consolidó -independientemente si haya o no gustado el resultado de la elección. Un ejemplo claro de ello es la confianza empresarial medida por el INEGI, en la que de acuerdo con su última medición, creció en un catorce por ciento– el más grande crecimiento desde que se tiene registro.

Eso quiere decir que los empresarios, independientemente de quién ganó, se sienten tranquilos de que las cosas correrán por un buen cause. Así mismo, la sociedad civil debe de estar segura de que todo se hará desde la razón y no desde la emoción. Y esto es así porque lo que realmente importa es la manera en cómo se dio el proceso electoral. Dicho esto, es necesario que se sigan concertando este tipo de diálogos entre todas y todos para fortalecer a México, y hacer de esta una gran nación.

Entrando en tema, la reunión entre López Obrador y Meade Kuribreña es un mensaje que, tanto el virtual presidente electo como el entonces abanderado del tricolor, transmitieron a la ciudadanía más allá de las palabras, es decir, en acciones. Por un lado, Obrador transmite su sobriedad en cuanto a su palabra vertida en la etapa electoral, la cual era de unidad, “amor y paz”, “justicia y no venganza” siendo que esta reunión le mostró flexible y abierto al contraste de ideas. Por el bien de México, el próximo presidente de la República concertó en que se necesitan a los que votaron y a los que no votaron para poder poner en marcha su propuesta para gobernar el país.

Meade, por su parte, dejó en claro que sigue siendo José Antonio Meade y que la personalidad que lo ha caracterizado siempre le permite sentarse a la mesa y entablar una conversación con el que, en aquél entonces, era su adversario político. Hay que saber perder y hay que saber ganar, y en este caso tanto el perdedor como el ganador del 1º de julio demostraron estar a la altura de las circunstancias.

Por último, lo importante no es el tema que trataron, sino su significado. Lo que importa es que a través de este tipo de actos, México se fortalece; pues en este país caben todos, sin importar su preferencia partidaria, religiosa, de género, etc. Es tiempo de escuchar las ideas de los demás y llegar a acuerdos.

David Lorenzo Cayetano

Twitter: @DavidLorenzoC

dlpoder team

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Los comentarios realizados por las plumas invitadas en dlpoder.com reflejan las perspectivas y análisis personales. DLpoder es un medio de comunicación democrático en donde todas las perspectivas aportan valor y son respetadas sin discrepancia.

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