Glenn Doman fue un médico estadounidense que en colaboración con el neurocirujano Temple Fay trabajaron en desarrollar tratamientos para pacientes infantiles con lesiones cerebrales, principalmente en niños con parálisis cerebral basándose en movimientos progresivos que mostraron su eficacia en áreas motrices e intelectuales.
El Dr. Doman evaluó los progresos alcanzados con la población trabajada y al observar que eran altamente positivos tomó la decisión de aplicar sus conocimientos en el área y los métodos desarrollados en niños sin ningún tipo de lesión cerebral, buscando potenciar las capacidades y habilidades para el aprendizaje, y propuso su teoría sobre el desarrollo cerebral a través de un “Perfil del Desarrollo Neurológico”, logrando sistematizar un proceso educativo estructurado a través de programas secuenciados utilizando métodos precisos y eficaces.
Lo anterior dio pauta para la creación y fundación de los Institutos para el Desarrollo del Potencial Humano en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos, a finales de los años cincuenta. Lo revolucionario de esta metodología, radicaba en que se sustentaba en “aprovechar al máximo las potencialidades del individuo”, teniendo como pilar fundamental iniciar en el “momento temprano” para poder lograr las metas, ya que la plasticidad cerebral en edades tempranas es muy favorecedora.
De acuerdo con Doman “cuanto más pequeño sea el niño mayor será su capacidad de aprendizaje siendo los seis primeros años de vida, periodo denominado “Génesis del genio” en la que su capacidad de aprendizaje será superior a la que tendrá el resto de su vida”.
Este Perfil del Desarrollo Neurológico incluye una “escala de desarrollo neurológico”, la cual permite medir el grado de desarrollo del niño y así poder establecer los objetivos a trabajar y potenciar, considerando la premisa de que el ambiente en donde se desarrollan los niños marca diferencias en sus potenciales logros. El Perfil del Desarrollo Neurológico aporta mediciones sobre el desarrollo de los estratos cerebrales (señala las funciones propias de la médula espinal, el tronco cerebral, el cerebro medio y la corteza cerebral), lo cual permitirá trabajar de forma sistemática y ordenada y conocer los objetivos del niño en cada una de las áreas evolutivas a partir del nivel alcanzado. También diferencia las áreas y funciones sensoriales de las de carácter motor, ya que las primeras son vías aferentes (recorridas por el estímulo para llevar información al cerebro) y las segundas son eferentes, es decir, salen del cerebro para dar la orden de movimiento al cuerpo.
De venta en Amazon | Así logró que sus seguidores lo defendieran a capa y espada: 10 claves.
La esencia del Método Doman se encuentra centrada en el estímulo (estímulos de entrada y de salida), producir en los niños el deseo, el gusto, interés y placer por entender el significado de las palabras y no solamente repetirlas y memorizarlas sin ningún significado real para los niños. El niño se ve inmerso en dinámicas de aprendizaje con contenidos que captan su atención, y de manera gradual se van incrementando la intensidad y frecuencia de tales estímulos, para mantener el interés y favorecer sus índices de desempeño.
El Dr. Doman textualmente establecía: “si tu o tu hijo no se están divirtiendo, deja la actividad”, ya que la regla de oro es que las actividades de aprendizaje deben ser divertidas, interesantes, no una obligación ni pensar que con ellas se formarán “niños genio”, el entusiasmo es la clave, pues se contagia la alegría por aprender, y si esto se logra, el niño pedirá más, sustentando que el aprendizaje y la maduración de los niños vienen como consecuencia de la experimentación espontánea de una serie de esquemas, y a través de su repetición hace que al final se consoliden estos patrones de movimiento y actuación, por lo que los niños que no experimentan esto de un modo espontáneo deberán ser guiados y expuestos a los mismos estímulos para que se desarrollen adecuadamente.
El método Doman se subdivide en: a) Programa de lectura; Programa de inteligencia; Programa musical; Programa de matemáticas; Programa de escritura; Programa de excelencia física; Programa de segundo idioma como lengua extranjera.
La priorización en la aplicación de cada programa depende de la situación del niño y de los objetivos que se quieren lograr, sin embargo el Dr. Doman resaltaba la gran importancia del ejercicio físico, por lo que también lo incluyó en su método a través de actividades como:
- Gateo y arrastre
- Braqueación o movimiento pendular ( avanzar con las manos a través una escalera o barras colocadas horizontalmente, por arriba de la estatura de los niños)
- Equilibrio
- Gimnasia
- Natación
- Correr
De este modo, el Método Doman es considerado como integrador, al favorecer el involucramiento de los niños, sus padres y maestros, innovador al incluir sesiones lúdicas, rutinas y ejercicios que promueven el que los niños reflexionen acerca de la importancia del lenguaje. Cada actividad de aprendizaje está orientada a estimular las vías sensoriales del menor, habiendo ocasiones en las que se trabaja cada sentido por separado, y otras en donde se estimula más de un sentido a la vez. Doman estaba seguro de que “El cerebro se desarrolla con el uso, no con el paso del tiempo, si desde el nacimiento llevamos a cabo una estimulación sistemática y de calidad, los pequeños podrán alcanzar una inteligencia superior que fomentará su mayor éxito en sus actividades laborales, sociales y escolares” Glenn Doman (1974).
En México, Elisa Guerra bajo la acreditación de los Institutos para el Logro del Potencial Humano, realizó la adaptación de los Métodos Doman para el entorno escolar, denominándola “Método Filadelfia”, y que está orientada a la enseñanza de la lectura en niños pequeños, iniciando desde los dos años de edad. A lo largo de poco más de una década se ha trabajado este método innovador, a través del arte (música, pintura, escultura, literatura) y de la excelencia física favoreciendo actividades como la natación, ciclismo y carrera, y desde luego el aprendizaje de una segunda y tercera lengua.
En palabras de su autora, “el Método Filadelfia parte de la premisa fundamental de que los niños pequeños tienen un enorme potencial, y que es más fácil aprender cualquier cosa mientras más joven se es. Adicionalmente, nos centramos en la manera en que el cerebro crece y se desarrolla, para diseñar experiencias de aprendizaje significativas”. Los niños comienzan a aprender a leer sin esfuerzo, desde los tres años o antes, aprender varios idiomas, a tocar un instrumento, apreciar el arte, conocer diferentes culturas del mundo, a la vez que desarrollan sus capacidades físicas, teniendo como resultado niños y jóvenes más capaces, seguros de sí mismos y que verdaderamente disfrutan aprender.
Una de los factores por los que el Método Filadelfia ha brindado resultados positivos, lo expone la propia Elisa Guerra cuando expresa que “La mayoría de los maestros no tenemos el poder de elegir o cambiar el currículo, pero sí podemos usar nuestra creatividad para hacer que los contenidos sean más relevantes e interesantes para los alumnos”.
Como puede observarse, el rol que los docentes desempeñan desde cualquier perspectiva que se desee ver es fundamental, justamente es a través del docente que las y los estudiantes adquieren las herramientas para descubrir y desarrollar su potencial, la relación maestro-alumno llega a ser tan fuerte e inspiradora que por ello la tecnología difícilmente sustituirá la presencia de los buenos maestros.
Laura Águila Franco
Lic. en Psicología por la UNAM. Me he desempeñado como Psicóloga Escolar por espacio de 20 años, y como Directora Académica en los niveles de Preescolar y Primaria en colegios privados los últimos 15 años.
Formadora de Directivos y Docentes en la Reforma Integral de la Educación Básica (UNAM-SEP, 2009-2010), Participante en el Sexto Congreso Nacional de Primaria 2014 “Desafíos en el Aula”, en la Unidad de Congresos del CMN Siglo XXI.
Los comentarios realizados por las plumas invitadas en dlpoder.com reflejan perspectivas y análisis personales. DLpoder es un medio de comunicación democrático en donde todas las perspectivas aportan valor y son respetadas sin discrepancia.