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Héctor Mújica

¿Tiempo de mujeres? | Héctor Gabriel Mújica Hernández

Hoy la política mexicana vive un momento histórico, jamás en la historia de este país ha tenido tantas mujeres en cargos administrativos de gobierno y en cargos de elección popular. Basta con decir que en este gobierno se tuvo a la primera mujer secretaria de Gobernación en la historia, una la Cámara de Diputados compuesta por 49.2% de mujeres y el 51% en el Senado, así como 10 mujeres gobernadoras.

No obstante, bajo el eslogan “Es tiempo de mujeres”, cabe preguntarse si el género es suficiente currículo para contender por un cargo. Hoy tenemos un gobierno que se rige por cuotas de género, preferencia sexual, etc., pero carece de parámetros estrictos que midan su preparación, tanto académica, como profesional.

Y aquí cabe preguntarse: ¿Es el gobierno un espacio para cubrir cuotas? ¿O es un espacio para resolver los problemas sociales con los perfiles más capacitados? Mientras el órgano electoral impone cuotas y los políticos se preocupan y discuten por algo tan banal como el género; la gente de a pie sigue siendo victima del crimen, de la impunidad, corrupción, pobreza, falta de oportunidades, los desaparecidos se acumulan, los feminicidios no paran, los homicidios alcanzan cifras récord, el cobro de piso a campesinos, ganaderos y comerciantes se intensifica.

¿Entonces? ¿De qué le sirve a la gente tener la legislatura de la paridad, cuando la precariedad y el horror siguen siendo su pan de cada día? Quiero dejar en claro que cuestionar el tema de la imposición paritaria o cualquier otra cuota de lo que hoy denominan acción afirmativa, no se trata de un discurso “misógino”, como algunos sectores de lo “políticamente correcto” o Policía del Pensamiento, como los llamo, dicen. Todo lo contrario, cuestionar estas acciones afirmativas, es poner en el centro del debate algo tan vano como el género o la preferencia sexual como requisito para ocupar cargos públicos, mientras más de 46 millones de personas viven en pobreza, más de 160 mil han sido asesinados en 5 años y 50.4 millones de mexicanos no tienen acceso a servicios de salud.En este sentido también cabe preguntarse.

¿Dónde queda el derecho de la ciudadanía a votar y ser votado? Una interrogante que yo, al igual que muchos, me he hecho. Nuestra Carta Magna, establece la igualdad del hombre y la mujer ante la ley y la no discriminación por razones de género; derechos que se ven coartados cuando se niega la participación política por un tema paritario; lo que per se es un acto discriminatorio en razón de género y que en mi opinión viola los principios de igualdad y no discriminación.

Un ejemplo de lo ya mencionado fue durante la selección interna de precandidatos de MORENA a las gubernaturas. De 9 ganadores solamente 2 fueron mujeres, no obstante, por imposición del órgano electoral 5 debían ser mujeres y 4 hombres, por lo que, de los 7 hombres ganadores, yendo contra toda lógica democrática, se bajaron a 3 hombres pese haber ganado su proceso democrático interno.

Por si fuera poco, a la ciudadanía se les impuso una representación política con la que la mayoría no coincidía, ¿Entonces para que preguntan a la gente que perfil les gustaría, si al final van a imponer el que quieran con base en el género? El Estado de Morelos representa muy bien el eslogan “es tiempo de mujeres” y el debate existente entre si necesitamos un gobierno que cubra cuotas o que resuelva las problemáticas sociales. Y es que aquí tenemos el claro ejemplo de un Estado que tendrá por primera vez en su historia una Gobernadora. ¿Pero a qué costo? Se sabe que Morelos sufre una oleada de violencia sin precedentes, Cuernavaca es la 14ª ciudad más violenta del mundo. El cobro de piso, los secuestros y las extorsiones, impiden que haya desarrollo y oportunidades.

Frente a la crisis que vive el Estado en inseguridad y en prácticamente todos los rubros, varios perfiles alzaron la mano, entre ellos un General de División en situación de retiro. De entre todos, era el único con experiencia y resultados en el combate a la inseguridad. No obstante, los partidos decidieron que era “tiempo de mujeres”, aunque tuvieran antecedentes turbios en corrupción y una trayectoria política destacada por no haber hecho nada de provecho por los morelenses, pero sí vivir a costa de ellos los últimos 20 años.

El gobierno no debe de ser un espacio para cubrir cuotas, debe de ser un espacio que logre poner primero el interés superior del ciudadano. Lamentablemente, hoy el gobierno sólo está enfocado en la banalidad de un eslogan, mientras los ciudadanos nos preguntamos, ¿Cuándo será tiempo de la seguridad? ¿De la salud? ¿De la educación? ¿De que haya justicia para todos? ¿Cuándo es tiempo de la capacidad?

Héctor Gabriel Mújica Hernández

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM

Las perapectivas de cada columna son opiniones del autor y son independientes de la posición de dlpoder.

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