Saltar al contenido
Laura Aguila educadora

Robótica social y educativa, la ciencia en apoyo a la inclusión

La educación inclusiva tiene como objetivo identificar y eliminar las barreras que limitan o impiden el acceso a la educación a diferentes grupos vulnerables, con acciones que van desde plantear y diseñar mejoras en los planes de estudio, hasta la implementación de novedosos procesos de pedagogía y enseñanza.

De acuerdo con la UNESCO, “es urgente crear foros educativos y de diálogos para evitar que estudiantes, profesionistas o cualquier persona sufra de violencia o discriminación por su género, orientación sexual, nacionalidad, religión, discapacidad o cualquier otro tipo de situación”. Esto significa que entender la diversidad a nuestro alrededor es algo apremiante para poder adaptarnos y crear sociedades más “sanas” en un mundo cada vez más globalizado.

Si bien el principal papel de los centros educativos es participar activamente en la formación de las y los estudiantes, brindándoles las herramientas necesarias para poder encarar un mundo en constante cambio, representa que los líderes y agentes educativos requieren prepararse constantemente ante las exigencias que esta labor conlleva.

A este respecto, la ciencia, la tecnología y la innovación cada vez más se consolidan como grandes referentes para lograr cambios de importancia en el campo educativo, como es el caso de la robótica social, entendida como el utilizar a la inteligencia artificial en beneficio de la calidad de vida, y que ha demostrado ser de gran ayuda para abordar temas de inclusión en las aulas, como se pude apreciar en  la aplicación de programas en México a través del Tec de Monterrey, con resultados exitosos principalmente en la enseñanza de las matemáticas con estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria utilizando el robot NAO, el cual es un humanoide que ha sido utilizado como una plataforma para desarrollar diversos proyectos de robótica social. En el área médica este robot también ha dado excelentes resultados al trabajar principalmente con niños alrededor del mundo, ya que puede comunicarse hasta en veinte idiomas diferentes, y tiene la capacidad de detectar el estado de ánimo de las personas y expresar emociones), por lo que es considerado una efectiva herramienta para motivar a las personas y de este modo mejorar sus procesos de enseñanza y aprendizaje.

Existen investigaciones que muestran los alcances dentro de las estrategias de inclusión educativa con el uso de la adaptación de la robótica para favorecer a las y los alumnos, como  el uso de bloques táctiles como parte del kit de robótica para su manejo por parte de alumnado con diversos tipos de discapacidad visual, por ejemplo (Seo & Richard, 2020).

De venta en Amazon | Así logró que sus seguidores lo defendieran a capa y espada: 10 claves.

Otro espacio en el que se observa el uso de robótica como estrategia de inclusión educativa es con población que se encuentra dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA), investigadores como Roberts-Yates y Silvera-Tawil (2019) concluyen que las habilidades sociales de alumnado con TEA mejoran con el uso de robots sociales, lo cual favorece su inclusión educativa, observándose mejoras en el desarrollo de sus habilidades que con el uso de otras técnicas. 

Por otra parte, el uso de robótica educativa también se ha mostrado como una buena ayuda en la terapia del habla con niños con diversas discapacidades, mejorando su lenguaje y facilitando el conseguir objetivos educativos. Un estudio de caso de una terapia del habla asistida por robot para niños con trastornos del lenguaje realizado por el Dr. David Estévez y colaboradores del  Departamento de Ingeniería Aeroespacial e Industrial, Escuela de Arquitectura, Ingeniería y Diseño, Universidad Europea de Madrid, demostró que los aspectos verbales y no verbales de la comunicación resultaron beneficiados.

En palabras del Dr. Estévez, destaca “la importancia que puede tener el uso de robots sociales en apoyo de las terapias del habla, comienza por  mejorar el desarrollo de los niños, promoviendo una mejor integración en sus escuelas para una educación inclusiva”.

De este modo, esta robótica social se transforma en robótica educativa o robótica pedagógica, y su función primordial se centra en lograr que las y los estudiantes se interesen en la robótica y la programación en forma interactiva desde la etapa de educación básica. Al ser un sistema de enseñanza interdisciplinar, incluida en el modelo STEM, amplia su campo de acción para incluir áreas como la lingüística lo cual le brinda un carácter transversal que impacta favorablemente tanto en el desarrollo del pensamiento lógico como de la imaginación.

En edades tempranas, el uso de robots educativos fomenta en los niños mientras juegan, el desarrollo de habilidades cognitivas básicas o fundamentales del pensamiento lógico matemático, propiciando que aprendan a entender y resolver problemas de diversa naturaleza siguiendo una secuencia de acciones o pasos de manera ordenada.

A través de la enseñanza de la robótica y el trabajo con robots se ha observado que se desarrollan otra serie de habilidades en las y los estudiantes, como son:

  1. Aprender de los errores
  2. Trabajo en equipo, socialización y colaboración
  3. Adaptación
  4. Creatividad
  5. Autoestima
  6. Emprendimiento
  7. Autoevaluación
  8. Aplicación práctica

Una de las grandes ventajas en el campo de la educación, es que en los niveles preescolar y primaria, la robótica educativa proporciona todo lo que los alumnos necesitan para la construcción y la programación de un robot. Son robots sencillos que aportan a los alumnos una base de aprendizaje basada en la práctica por encima de la teoría. Ya en la educación secundaria y superior, los robots son más complejos y llevan a cabo tareas de programación mucho más avanzadas, mostrando así que la robótica educativa se adapta a cada edad del alumnado en un proceso paulatino de aprendizaje.

En España la empresa Schneider Electric, ha desarrollado un  proyecto de robótica inclusiva para niños y niñas en riesgo de exclusión social nombrado “Se Mueve”, en las ciudades de Barcelona, Madrid y Sevilla, para abordar la necesidad social de cubrir la brecha tecnológica en los sectores más desfavorecidos.

Otra iniciativa que ha tenido gran repercusión ha sido el proyecto para fomentar vocaciones de ingeniería y romper con los estereotipos de género de ‘Let’s Go Engineering’, dirigido a estudiantes de últimos grados de primaria para incentivar el conocimiento de carreras STEM, principalmente entre las niñas.

Desafortunadamente en México falta impulso para investigar más profundamente en esta área, y desde luego, propiciar la capacitación de docentes para implementar estas estrategias en beneficio de toda la comunidad educativa.  

Laura Águila Franco

@laura_aguila

Lic. en Psicología por la UNAM. Me he desempeñado como Psicóloga Escolar por espacio de 20 años, y como Directora Académica en los niveles de Preescolar y Primaria en colegios privados los últimos 15 años.

Formadora de Directivos y Docentes en la Reforma Integral de la Educación Básica (UNAM-SEP, 2009-2010), Participante en el Sexto Congreso Nacional de Primaria 2014 “Desafíos en el Aula”, en la Unidad de Congresos del CMN Siglo XXI.


Los comentarios realizados por las plumas invitadas en dlpoder.com reflejan perspectivas y análisis personales. DLpoder es un medio de comunicación democrático en donde todas las perspectivas aportan valor y son respetadas sin discrepancia.

Al navegar en este sitio aceptas las cookies que utilizamos para mejorar tu experiencia   
Privacidad