México, es evidente, no está bien calificado ante los ojos del mundo. No es la primera ocasión en que las calificadoras nos desmerecen y que Estados Unidos nos coloca contra la pared por la serie de atropellos políticos que la Cuarta Transformación comete.
Hechos financieros en las últimas 48 horas:
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Fitch recorta su evaluación crediticia
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Moody’s baja su perspectiva
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CNB reporta que la reunión entre mexicanos y la Casa Blanca falló en evitar la imposición de las tarifas del 5% en aranceles de Trump.
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El dólar cierra ya en los 20 pesos
Y no es que Trump nos presione por su sobrada prepotencia, es que la populista determinación de puertas abiertas a los migrantes no conviene y menos a nuestro país.
Porque la terquedad del aeropuerto de Santa Lucía, la Refinería de Dos Bocas y el Tren Maya son ejemplos de caprichos personales, como el rico presupuesto al béisbol que determina el Presidente. Porque la austeridad republicana ha estancado a la economía, promovido el desempleo y porque derogar impulsivamente una reforma estructural como la educativa bajo esquemas fuera de la ley, han encendido desconfianza y alertas mundiales.
Nuestro entendimiento con el mundo no se logra con ausencias como la de Davos, ni con cartitas al G-20.
No estamos corriendo a la misma velocidad con el resto de las naciones.
Por el contrario, aquí se intenta regresar a una política incomoda incluso en el uso de energías altamente contaminantes y fuera de un control saludable para la salud del planeta.
Y estás no son meras apreciaciones, son realidades que se reflejan en una serie de charlas mañaneras que ya ni siquiera divierten y sí se han colocado como la mejor tribuna para ofender, atacar y acusar a los demás.
Lo dije a la inauguración del Tianguis Turístico de Acapulco, frente a los ojos de los inversionistas mundiales, nuestro presidente no puede llegar a improvisar su discurso, a decir que no va hablar mal del gobernador “porque aquí sí lo quieren”, a manejar “su” información a través de “youtubers”, a decirle al mundo que nadamos en corrupción y que sus antecesores nada hicieron.
Es muy, muy preocupante ver cómo crece la violencia junto al odio entre diferentes condiciones sociales. Observar que la preocupación de las autoridades radica en proponer que los niños usen falda, un tema menor frente a los problemas nacionales, cuando hablan de defender a los pobres pero los multiplican.
He escuchado decir a los políticos ganadores, pero sobre todo perdedores en elecciones: “no podemos más que desear que le vaya bien al Presidente porque así le va bien a México.” Ojalá no nos acerquemos a reconocer:
que si le va bien al Presidente le va mal a México.
Carlos Ramos Padilla
Periodista y conductor en TV Mexiquense y TVC Meganoticias
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión.
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