¿Dónde están? es la pregunta obvia, pues nadie los encuentra. Hablamos de los alguna vez valientes y aguerridos dirigentes de los partidos de oposición e incluso de los mismos gobernadores. Si usted los ha visto avíseles que los ciudadanos quieren saber, ya sea por duda o queja, cómo le harán para mantener una relación de contrapeso real frente al Poder Ejecutivo.
Y es que en estos primeros 90 días, el presidente López Obrador ha tomado por asalto la agenda pública. En frente básicamente están todos aquellos que no son de MORENA, donde pululan políticos multicolores pasmados sin saber qué hacer ante la oleada de declaraciones, acusaciones y señalamientos que apuntan en todas direcciones.
En gran parte, esto se explica porque hasta el día de hoy, los sobrevivientes del maremoto guinda de julio pasado no han logrado descifrar cómo hacer frente al poder desplegado por la administración entrante. No hay que perder de vista que en este escenario, el gobierno vive también su propia fantasía pues confunde popularidad con eficacia.
Cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México; vender los aviones y automóviles oficiales, y anunciar el impulso de refinerías para producir gasolinas en lugar de importarlas, por citar algunos ejemplos, son acciones probadas que elevaron la popularidad del tabasqueño. Sin embargo, la eficacia es algo distinto, que no brilla a primera vista pero con el tiempo vale más tenerla en la bolsa.
Entender claramente las reglas del Coliseo de la Cuarta Transformación es vital para la recomposición política de México. Con un partido hegemónico y aún en expansión, las arenas apenas se están asentando. Tan solo este año, se registraron más de cien organizaciones con la intención de constituirse como nuevos partidos: al final, los dedos de una mano sobrarán para enumerar a quienes lo hayan logrado.
He escuchado a muchos hablar de crisis y caos, para referirse a la forma en que perciben el actuar del gobierno. De estas palabras rescato un tema que se pierde a simple vista, y es que el hábitat natural del presidente número sesenta y tres de los Estados Unidos Mexicanos es precisamente ese: el del golpeteo y enfrentamiento constante.
Siempre ha sido así y sabe manejarlo a la perfección. Por eso, entender claramente las circunstancias será la diferencia entre lo que puede ser un escenario temporal de sombra para la oposición o una etapa de densa obscuridad.
Antes de actuar vale la pena sentarse a analizar bien. Antes de dar el primer paso, es apremiante saber qué los llevo a estar donde están. Antes de querer subirse al ring valdría la pena saber si, es precisamente ese, el lugar que quieren para dar la batalla.
El presidente está cómodo, se le ve. Pero no olvidemos que la política se hace para llegar al poder, una vez ahí: éste se debe ejercer y gobernar para todos. De lo contrario, sería una verdadera lástima, que la gente pidiera en un futuro que se vayan los ineficientes porque prefieren a los corruptos.
ENTRE TELONES. Empezamos a ver en el gobierno federal los primeros destellos entre hombres y mujeres del primer círculo. Algunos destacan por sus declaraciones, iniciativas e incluso la pasión con la que se desempeñan en sus cargos. En el otro extremo, que es el de los más, los tonos grises hacen su aparición. En ese están varias Secretarias de Estado a quienes ni la natural sororidad las hizo expresarse en torno a los recortes presupuestales al Programa de Estancias Infantiles y su impacto en la vida de miles de familias.
Miguel Ángel Sosa
Twitter: @Mik3_Sosa
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