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¡Nos equivocamos!

¡Nos equivocamos! Nos fallaste, nos fallaste, es cada vez más frecuente el reclamo y el “nos equivocamos” viene a ser el sinónimo de la anterior frase. Al paso que vamos en lo político y en este gobierno el “NOS FALLASTE” será la constante; por más que se abuse del discurso de la honestidad y se escude en el pretexto del combate a la corrupción, son la corrupción misma.

La opacidad en la toma de decisiones ya deja pérdidas millonarias y un tufo de corrupción cada vez más fuerte, el hecho de fomentar el encono y la confrontación tarde que temprano dejará de ser distracción  y pretexto de la acción y mala decisión. Nos equivocamos ya permea en diferentes sectores y el sentimiento de que toda promesa es incumplida y la inexistencia de cambio se ve plasmada en todos los sectores sociales, aún en los que de buena fe votaron demostrando su hartazgo.

El sello de la impunidad y el borrón y cuenta nueva sin castigo pasa a ser una ofensa para aquellos que veían la posibilidad del castigo al abuso gubernamental, criminalidad e ilegalidad en todo contexto, la santificación y el perdón son complicidad más que bondad a sacar adelante sin voltear al pasado y más bien justificar el presente tal cual.

Queda claro que hubo equivocación y sólo hay juicios sumarios en las “benditas redes” (las cuales por cierto ya los atropellan karmaticamente), juicios dirigidos a quienes critica las decisiones del tlatoani de la presidencia, sobre todo las anunciadas por la vía de la denostación y difamación mañanera bajo el esquema de que todos son corruptos y yo soy honesto.

Hay soberbia, ignorancia, pero sobre todo, mucha ineptitud, como si se estableciera por decreto la ineptocracia como norma de gobierno, nada cambia, hay “amiguismo, compadrazgo y revanchismo”, se corre a la gente y se les acusa de todo sin comprobar nada, hay denuncias mediáticas, nada legales y mucho menos honorables, hay corrupción vía compra económica (algo que siempre criticaron, ahora es su sello).

Se habla de moral, se habla de transformación cuando se ve regresión, hay indicios demenciales al sentirse en el cuerpo de otros, se habla con loros y se asumen cacicazgos, se abusa de la semiótica y sus símbolos personales son fetiches y santitos, sus funcionarios (con sus pocas excepciones) tienen de todo menos ser impolutos, se carece de honor y sobretodo de definiciones, un día es algo al otro todo lo contrario.

Hay quienes dicen, nos fallaste, otros de plano entran el mutis dando a entender que se equivocaron, unos más ya niegan haberlo apoyado. La militancia y los liderazgos de los partidos políticos se arrepienten de la división y la traición hacia sus candidatos, hay debate y confrontación al respecto, aunque no hay opositores, todos quedaron atropellados y minimizados, hay chispazos de ex presidentes, pero no hay oponente.

Ahora resulta que hay quienes dicen que se pudo estar mejor con Meade y hasta le piden disculpas sin expresarlo abiertamente, otros no reconocen su error, unos todavía tienen esperanza, pocos harán algo por estar aletargados y sólo queda el sentimiento de que… ¡NOS EQUIVOCAMOS!

Aunque pocos lo reconozcan, muchos ya lo sufren con la pérdida de empleos, programas, servicios y hasta con los linchamientos en redes, o estás con él o estás contra él, como premisa de ser o no ser beneficiado

Miguel Ángel Hernández Albarrán

Opinador e irreverente de la política
Guerrero y guerrense de corazón

Los comentarios realizados por las plumas invitadas en dlpoder.com reflejan perspectivas y análisis personales. DLpoder es un medio de comunicación democrático en donde todas las perspectivas aportan valor y son respetadas sin discrepancia.

 

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