Altas expectativas ya nos han fallado
No es la primera ocasión que reconozco que no sé nada de aeronáutica, por ello indiqué que no me prestaría al juego de la amañada consulta y di mis razones. Menos busco ahora opinar sobre lo decidido cuando casi todos, unos y otros, se han intentado convertir en expertos en el tema.
Hoy debo confirmar que también estoy débil de elementos para desmenuzar o contribuir en el tema de las finanzas públicas, pero lo que escucho además de contradictorio me parece peligroso. Hace años me convencieron que era necesaria una Reforma Energética. Lo creí. Señalaron que con las inversiones y competencia nos iría mejor a los mexicanos.
El propio Peña Nieto como Presidente, empeñó su palabra en que no habría lo que popularmente se ha calificado como «gasolinazos.» En ese sector todo ha cambiado pero nada en beneficio de los contribuyentes. La merma en Pemex ha sido impresionante y la corrupción fundamentalmente en el sindicato y sus líderes no se toca, se negocia.
Estadísticas señalan que la gasolina Premium ha subido un 93% y la magna 103%, el diésel 70%. Si sube el valor del dólar se incrementa el precio de los energéticos. Si pierde valor el dólar igual, suben los precios. el gas LP 67% y la electricidad 47%. Habrá quien verifique los registros.
Nuevas promesas, cero realismo
Pero ahora me dicen que se dará un vuelco a las finanzas públicas, que bajarán los impuestos, que se reducirá el precio de las gasolinas, que habrá trabajo hasta para los migrantes, que se multiplicarán los programas asistencialistas, que hay dinero para mandar al caño a una inversión de más de 100 mil millones de pesos en Texcoco para construir y remodelar proyectos que ni plan maestro tienen. Ya podrían tardarse otros 10 años para conocer si es viable lo que se propone.
También me hablan de un tren Maya carísimo. Que se van a reducir los salarios para mejorar en la economía. Que ni una coma de la Reforma Educativa pero que todos irán a las aulas. Que bueno que no habrá consulta para esto porque lo primero que opinaría es quitarle el salario al Presidente, ¿o qué no le pagamos ya todo? Viajes, alimentos, seguridad, vivienda, servicios… Lo segundo sería arrebatarle lo robado, sobre todo a los líderes sindicales, a tanto político abusivo que han saqueado al país.
Lo tercero es que nos expliquen de dónde «el electo» maneja desde hace 18 años tanto recurso que con eso bien se podrían haber pagado hospitales, carreteras y hasta pistas aéreas, o qué no hay ahora hasta giras de “agradecimiento” y la parentela, lo mismo en Costa Rica (su esposa) que en Europa (su hijo).
Las expectativas generadas trepan a un gobierno, a una plataforma pantanosa, resbaladiza y por lo expuesto por la mayoría de los nuevos colaboradores de «primer nivel» es la evidente inexperiencia. Mire hasta ya quieren usar las reservas internacionales para todo. Insisto, que peligroso.
Carlos Ramos Padilla
@cramospadilla
Periodista y conductor en TV Mexiquense y TVC Meganoticias
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión.
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