Recientemente el actor Mauricio Ochmann, reconocido por su participación en las “narcoseries” “El Señor de los Cielos” y “El Chema” se ha declarado en contra de las mismas. Según él, muchas personas no las ven con responsabilidad, dándoles el tratamiento de serie familiar, cuando el contenido es exclusivo para adultos. Es así como abandonó la exitosa producción de “El Chema” pese a tener un futuro prometedor en la serie.

De igual forma, actores reconocidos en México como Lucero, Susana González o Aaron Díaz, se han proclamado en contra de las mismas, avivando el debate. No es tema menor, pues mucho se ha hablado de estas series. Las críticas van desde la apología a la violencia hasta la glorificación de criminales responsables de la violencia en más de un país.

Historias de un país herido

Recuerdo que hace un par de años, mientras realizaba trabajo de campo en San Luis Potosí, un clérigo muy joven de una comunidad alejada de la ciudad nos contaba con tristeza que los hombres de la región solo veían dos alternativas para salir de la pobreza reinante en la región. La primera, era migrar a los Estados Unidos para ganar en dólares, la segunda era unirse a un grupo del crimen organizado.

querían parecerse a los que salen en las novelas de narcos«

De la misma forma, un par de señoras que nos abrieron las puertas de su casa nos contaban como desde muy temprana edad sus hijos «querían parecerse a los que salen en las novelas de narcos y  nunca quisieron trabajar en el campo«. Dicha actividad era mal vista, pues la tarea era muy cansada y muy mal pagada.

Sus relatos no son más que el reflejo de la realidad de un país que no ha logrado detener la violencia que conlleva el crimen organizado. Como estas, hay muchas historias que dibujan un auténtico estado de barbarie, en el que los victimarios se han convertido en ejemplos a seguir, o tal vez, en la única alternativa a la pobreza extrema.

El trabajo de esfuerzo cada vez se ve menos valorado. Pareciera ser que el fenómeno del tráfico de drogas y la narcocultura son un tema de las últimas décadas en México. Sin embargo, el investigador de la UNAM, Dr. Luis Astorga, asegura que estas conductas criminales provienen, posiblemente, desde antes del Porfiriato. Es dificil desmitificar un fenómeno sobre el cual se han hecho odas de valentía y sentimientos exacerbados de hombría desde hace tanto tiempo; el cambio es, que antes era algo mal visto… ahora no.

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¿Entretenimiento, realidad o ficción?

Por otro lado, se podría argumentar que estas “series” sólo buscan entretener a un público adulto. No se promocionan como programas para toda la familia, por lo general en la televisión abierta se transmiten a altas horas de la noche y también se advierte al público de su contenido explícito. Aunque en canales de paga pueden salir en el “prime time”, antes de comenzar se especifica la clasificación “C” (exclusiva para adultos).

Comúnmente presentadas como series de ficción basadas en hechos reales, novelas, o historias completamente originales. Muchos han comentado que no son más que un medio para representar la realidad con fines de entretenimiento, que en Estados Unidos se ha hecho desde hace mucho tiempo. En sus ejemplos han llegado a nombrar a directores famosos como Martin Scorsese y sus películas de gánsters.

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Pese a que la violencia ocasionada por el crimen organizado es un problema evidente, atribuirle a estas producciones la responsabilidad de su aparente popularidad es una acusación arriesgada. Existen complejos factores que influyen en la decisión de formar parte de un grupo criminal, más allá de la influencia de estos programas.

¿Acceso sólo para adultos?

No sólo las televisoras latinoamericanas han sacado series con temática de narcos. Netflix, el servicio de streaming más popular en el mundo, tiene desde hace tiempo una serie titulada “Narcos” en la que cada temporada intenta exponer la vida de algún narcotraficante famoso.

Cabe resaltar que la plataforma es muy laxa, es decir, casi cualquier usuario puede tener acceso a todo el contenido sin importar su edad si es que el control parental no está configurado adecuadamente, exponiendo a menores a estas series. En plataformas como Amazon al menos se protege esta situación, pues el comprador debe tener una tarjeta de crédito, cuando en sistemas instalados como la propia televisión de paga los canales pueden estar liberados; misma situación que se puede ver con Netflix.

Aunado a ello, en internet existen decenas de páginas dedicadas a transmitir de manera ilegal dichas series, basta con poner el buscador el nombre de la producción y tras unos pocos clics se puede tener acceso a cientos de capítulos sin ninguna restricción de edad. Inclusive en plataformas legales se pueden encontrar capítulos de las series completos sin ninguna restricción al usuario.

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YouTube es una de las plataformas que permite restringir el contenido a sus usuarios si es que el contenido es para adultos. Para acceder a videos con contenidos explícitos es necesario que el usuario tenga una cuenta que acredite la mayoría de edad, esto si el canal especificó al subir su contenido que era exclusivo para adultos.

Sin embargo, cadenas de televisión y casas productoras como “Telemundo”, “Tv Azteca” y “Caracol Internacional” han compartido material de sus series, incluyendo las de temática de narcos, sin ningún tipo de restricción de edad, dando acceso a cualquiera con internet a su material. De igual forma se pueden encontrar en canales privados capítulos completos de series como “Alias el Mexicano” o “El Chema” sin ningún tipo de restricción.

¿Qué sucede con la libertad de expresión? Al final, no existen estudios serios sobre una posible correlación entre estas series y las conductas antisociales. Si esa fuera la argumentación habría que decir que ahora se han presentado accidentes mortales, de bloggeros o de gente aficionada a subir videos, mientras intentaban llamar la atención.

Honestamente, cualquier cosa que veamos en medios tradicionales o electrónicos puede influenciar en las personas que no han desarrollado el criterio normal de un adulto saludable.El debate está abierto, dinos ¿cuál es tu opinión sobre estas series? ¿Consideras que son un factor para normalizar la violencia o son sólo entretenimiento? Déjanos tus respuestas en los comentarios.

David Salvador Chávez

Sociólogo UNAM

@Davidthegray1

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