Seamos serios y claros, nosotros (sí, nosotros) hemos permitido a políticos corruptos que salgan de un partido a otro para mantenerse vigentes y que los partidos políticos sean un redituable negocio, incluso familiar y recordemos el origen, por ejemplo, del Partido Verde.
Caso similar es el Partido del Trabajo y aquel lidereado por el ya fallecido Aguilar Talamantes, el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional.
Hoy los partidos están acéfalos, sin ideología definida, sin saber que representan. Lo vimos con el PRD y sus “tribus” y sus “izquierdas”. A cuál irle, a la izquierda de Cárdenas, la de Porfirio, la de Marcelo, Efigenia, González Pedrero…o a los de origen como Robles, Encinas, Gómez, Ortega, De La Peña, Padierna …Cuando se fundó fue bajo la necesidad de sobrevivir de varios expriistas que vieron reducidas sus posibilidades de poder en el gobierno.
Veamos el caso de Porfirio Muñoz Ledo, el único que ha sido Presidente Nacional de dos corrientes políticas aparentemente contrarias, PRI y PRD. Y revisemos a Ebrard que junto con Camacho Solis habían fortalecido un pacto para heredar la presidencia, Salinas de Gortari los atropelló en sus ambiciones y trataron de reventar a Colosio. Más tarde Ebrard, de ADN priista, se convirtió en foribundo seguidor de AMLO luego de un auto exilio a Paris, dice que sin recursos económicos, por el escándalo de la Línea Dorada del Metro que no lo dejó, ojo, ni siquiera asistir al funeral de su maestro Manuel Camacho Solis.
Y AMLO, que usa a los partidos para ganar soberbia y poder. Traicionó al PRD y a sus dirigentes, entre ellos a Rosario Robles, hoy detenida, a pesar de que contra todo y por todo le soportaron, financiaron y promovieron sus candidaturas presidenciales.
A AMLO poco le importa eso y hoy es propietario de Morena en donde nos intentan convencer qué hay democracia interna cuando se sabe quien manda, controla, manipula y organiza aún cuando Alejandro Rojas Díaz Durán pretenda desbandada en el partido.
AMLO cuenta con la incondicionalidad de una mujer que ha vivido del sistema, ha evitado el pago de impuestos autorizado por sus constantes enemigos a los cuales ataca, ha fingido su nombre y fue una primera figura en la defensa del empresariado mexicano, sí, Yeidckol. Hoy a las órdenes de AMLO se presenta como progresista, de izquierda, defensora de Cuba y de Nicolás Maduro.
Y podríamos revisar la lista de candidatos a diferentes cargos que de manera cínica venden su músculo electoral al mejor postor sin importar la ciudadanía o el país. Insisto, a diferencia de hace décadas en donde sabíamos con cierta precisión qué representaba cada partido, su corriente de pensamiento, sus estatutos e ideología y a sus representantes, hoy vemos un enjambre de mercenarios políticos, aplaudidores, sumisos e incondicionales de aquellos que los puedan colocar en algo y darles fuerza económica.
¡Vamos!, hasta los antes dirigentes del PAN como Germán Martínez están sirviendo a la 4T aún cuando no sólo perciben sino comprueban públicamente la corrupción política en sus intestinos.
Mientras AMLO quiera, Morena no va a desaparecer, ni habrá desbandada y se quedará al frente él o la que convenga a “lo que diga mi dedito”.
Carlos Ramos Padilla
Periodista y conductor en TV Mexiquense y TVC Meganoticias
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión.
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