Como es bien sabido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es la entidad creadora del proyecto de evaluación en la formación de los alumnos cuando llegan al final de la etapa de enseñanza obligatoria, es decir, la secundaria, cuando las y los alumnos rondan los 15 años de edad, denominado por sus siglas en inglés PISA (Programme for International Student Assessment).
Este Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos ha sido desarrollado como un recurso para ofrecer información importante y detallada de los niveles de logros de los estudiantes, para permitir a los países miembros adoptar las decisiones y generar políticas públicas necesarias para mejorar los logros educativos.
La prueba de PISA, cubre las áreas de lectura, matemáticas y competencia científica, enfatizando el dominio de los procesos, el entendimiento de los conceptos y la habilidad de actuar o funcionar en varias situaciones dentro de cada ámbito evaluado.
El programa de evaluación internacional PISA fue desarrollado entre 1997 y 1999 y aplicado por primera vez en el año 2000 con la colaboración de 28 países miembros de la OCDE, entre ellos México (más cuatro países no miembros, dando un total de 32 países). Por lo tanto, no se trata de un instrumento de evaluación que corresponda a la trayectoria de ciertos países y haya sido exportado a otros, sino que fue gestado con la colaboración de los mismos países que lo aplicaron, y ello contribuyó a que se atendiera la universalidad en el enfoque del examen y en la pertinencia cultural de los ejemplos utilizados en los reactivos (OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, París, 2004).
La prueba PISA se aplica cada tres años, lo cual permite que los participantes evalúen sus resultados y apliquen estrategias que apoye a sus estudiantes, y en la próxima valoración eleven sus puntajes, a través de la demostración del dominio de conocimientos específicos en las áreas señaladas. En el caso de México, como país miembro de la OCDE, ha participado en todas las aplicaciones de PISA desde el año 2000, si bien los resultados obtenidos en cada ocasión no han sido los más satisfactorios, conocer estos parámetros ha sido un referente para poder implementar mejoras en las políticas públicas en lo tocante a educación.
En los últimos días han sonado las alertas en lo referente a la participación de México en la prueba PISA del año 2025, es decir el próximo año. Andreas Schleicher, matemático, estadístico e investigador alemán en el área de la educación y director de Educación y Competencias en la OCDE, ha señalado que “la participación de México en la próxima ronda PISA 2025 está actualmente en riesgo, ya que tengo entendido que los preparativos necesarios para implementar el estudio se han suspendido”. Si bien la decisión de participar en PISA 2025 puede ser tomada hasta finales de este año, se necesita cubrir con la administración de una “prueba de campo”, y la fecha límite para hacerlo es el mes de septiembre, este pilotaje es esencial para que México pueda contar con una “versión nacional” de los instrumentos de evaluación para el 2025.
Se conoce que, hasta el momento, ya han confirmado su participación en el proceso de evaluación PISA 2025, 91 países, entre los que se encuentran Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, naturalmente México no lo ha hecho, y la propia OCDE ha expresado que la participación de México está “en riesgo”, debido a que los requerimientos para llevar a cabo la aplicación en el 2025, han sido suspendidos. El propio Andreas Schleicher envió una carta, misma que fue publicada por los diarios El Universal y Reforma, a la presidenta de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, Silvia Valle Tépatl, en donde le solicita que México tenga continuidad con dichos estudios, para poder aplicar PISA a las y los estudiantes. Aun cuando la OCDE ha enviado una resolución “determinante” al gobierno de México, no ha habido respuesta alguna al respecto, ni tampoco ha hecho llegar la aportación económica correspondiente, que representa cerca de 210 mil euros.
En documento firmado por Andreas Schleicher desde París el pasado 26 de abril, deja de manifiesto que “PISA 2025 se centrará en las competencias de los estudiantes en ciencias, incluido su nuevo componente sobre ciencias ambientales”.
Es otras palabras, “evaluará la comprensión de los estudiantes sobre el impacto que las interacciones humanas tienen en el medio ambiente y el respeto que los estudiantes tienen por las diversas perspectivas cuando buscan soluciones para los desafíos ambientales actuales”. Siendo justamente este tema, un talón de Aquiles para México, debido a que no se han planteado ni mucho menos generado, soluciones verdaderas para las problemáticas actuales en temas ambientales, sumándole, además, la posición de la Secretaria de Educación Pública Leticia Ramírez Amaya impuesta desde palacio nacional, de “no querer evaluaciones”.
Si se analiza el encuadre de evaluación de Ciencia en la prueba PISA 2025, se encuentra orientado a definir las competencias que se desarrollan en los estudiantes por medio de la educación científica, y que serán observables como resultado de que los educandos verdaderamente reciban una formación científica, ayudando con ello a que puedan tomarse decisiones informadas. Por lo que las competencias científicas van a definir lo que se considera importante que los jóvenes sepan, valoren y sean capaces de hacer en situaciones que requieran el uso de conocimientos de estas áreas.
Lamentablemente como lo menciona Eduardo Andere, investigador visitante del Colegio de Boston y experto en política educativa, el gobierno federal ha cometido una serie de malas decisiones, entre las que se encuentran la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), de la prueba nacional Planea y el abandono de las evaluaciones regionales de ERCE–LLECE de la Unesco para América Latina.
Si México decide prescindir de participar en la aplicación de la prueba PISA 2025, siendo esta una evaluación internacional de gran importancia, se estaría colocando al país en retrocesos significativos en lo que a la calidad educativa se refiere, y si se considera que en los últimos casi seis años, la educación en México no ha sido un ámbito prioritario para el gobierno, el futuro educativo de varias generaciones de estudiantes se vería comprometido todavía más.

DLpoder es un medio independiente, tus suscripciones a contenido exclusivo y donativos son valiosos para seguir en este esfuerzo para generar una sociedad informada y crítica.