Jóvenes egresados y desempleo
Cada vez es más visible el panorama desfavorable para los jóvenes recién egresados que no logran encontrar empleos a la altura de sus expectativas. A pesar de eso, las universidades siguen al tope de su capacidad y los profesionistas siguen entrando en una encarnada competencia por la supervivencia.
El desempleo y la precariedad laboral son hoy en día el común denominador en la mayoría de los jóvenes recién egresados. Esta situación conlleva a una compleja variedad de problemas económicos, políticos y sociales, que no cuentan con una respuesta única. Sin embargo, existen diversos estudios que nos podrían ayudar a comprender un poco más sobre este fenómeno.
En el artículo publicado por la Universidad Autónoma del Estado de México, “Mercado de Trabajo y Profesionistas en el Estado de México” de Ma. Del Carmen Salgado Vega y Sergio Miranda González exponen un punto nodal para entender la problemática. Conscientes de los diversos factores que pudieran influir e y con datos precisos en el Estado de México, el artículo presenta un argumento sólido que vale la pena revisar.
El camino del mercado laboral
Existen diversos factores que influyen en la relación de oferta y demanda en el mercado laboral. Hoy en día la sociedad es cada vez más dinámica, por ello, sus necesidades son cambiantes. Resolver dichas necesidades se convierte en uno de los factores que influyen en los modos de producción o prestación de servicios. De esta forma, el sector privado no tiene modo de prever todos esos cambios, y los puestos que pueda ofrecer en el mercado laboral se adecuan a los mismos.
las empresas no tienen la capacidad de adelantar sus necesidades futuras de mano de obra debido a que estos puestos de trabajo dependerán de las condiciones cambiantes del mercado de productos”
Aunado a ello, el acelerado avance tecnológico influye de igual forma en las necesidades que puede no cubrir la mano de obra calificada. Por ello, no es posible hacer una relación directa entre el número de puestos a los que se pueda acceder un recién egresado y la cantidad de los mismos. Por ello, las aptitudes adquiridas durante la educación superior, son un factor sumamente relevante para cubrir las necesidades técnicas y profesionales que requiera un puesto.
Sin embargo, la existencia de criterios formativos en la selección de candidatos y en la asignación de los puestos de trabajo, no implica que los aspectos de tipo social pasen a un segundo plano, por el contrario, éstos, la mayoría de las veces, seguirán teniendo la última palabra”
De esta forma, el recién egresado que cuente con las aptitudes necesarias para cubrir un puesto del mercado laboral y que tenga los suficientes “contacticos” en el mismo, podrá desenvolverse profesionalmente. Por otro lado, el egresado que cuente con las mismas aptitudes o incluso superiores, pero que carezca de dichos contactos le espera un futuro incierto en trabajos temporales o con sueldos bajos.
Sociedad en constante cambio
Al día de hoy la diversidad de aptitudes que se deben de cubrir para ser considerado en la competencia laboral nada tiene que ver con el de generaciones anteriores:
“En el pasado, el tipo de formación que se recibía en la escuela y que permitía transitar a puestos de trabajo estables, en lo laboral y en lo profesional, se basó en conocimientos que cambiaban poco en el tiempo y que estaban dirigidos a dominar aspectos muy específicos de los puestos de trabajo.”
En la actualidad las necesidades sociales se han vuelto cada vez más complejas, el desarrollo de la tecnología, la globalización y la demanda de servicios cada vez más específicos sugiere la adecuación de la educación a contextos que cambian cada vez más rápido, por ello, los autores propones que:
(que) los contenidos formativos a nivel superior, estén orientados no sólo a transmitir un conocimiento especializado, sino también a desarrollar aptitudes paralelas en aspectos como: adaptabilidad, capacidad de evolución y sentido de la innovación y de oportunidad.”
De esta forma, los egresados de universidades tendrían mayor oportunidad de encontrar trabajos acordes a sus capacidades. Aunado a ello, la adquisición de habilidades adicionales, tales como el dominio de idiomas extranjeros o el manejo de software especializado, que son apreciadas en el mercado, brindarían al recién graduado de mejores posibilidades en el ámbito laboral.
La flexibilidad del trabajador se ha convertido en una condición indispensable para participar en el mercado de trabajo.”
El caso del Estado de México
El Estado de México se consolida como la segunda entidad federativa con más profesionistas, aportando el 12% de esta población al país, sólo por debajo de la Ciudad de México. De las 54 disciplinas en las que se pueden formar los profesionistas el 41% se concentra en estudios relacionados con contaduría y finanzas, administración, derecho, ingeniería mecánica e industrial, medicina y optometría. Concentrando una gran cantidad de personas en una pequeña selección de opciones, lo que conlleva a una mayor competitividad por empleos.
Los niveles de ocupación (personas que trabajan dentro de su ámbito profesional) más altos para el año 2000, según este estudio, son las disciplinas de “Medicina (82.7%), Odontología (76.9%) y Enfermería (67.6%).” Ocupaciones como la contaduría, el derecho y la arquitectura ostentan porcentajes alrededor del 50%, presentándose como las carreras con mayor nivel de ocupación.
En contraste, las disciplinas con menor grado de ocupación son Diseño Gráfico, hombres 2.3%, mujeres 3%; Administración, hombres 1.9%, mujeres 2.5%; Comunicación, hombres 2.2% mujeres 2.9% y Ciencias Políticas y Admón. Pública, hombres 1.8%, mujeres 2.6%. Datos alarmantes, pues nos dicen que en cualquiera de estas profesiones al menos 97 de cada 100 egresados no laboran en el ámbito para el que fueron formados.
Así como conocer el grado de ocupación es de suma relevancia, la investigación también nos revela datos sobre la experiencia de los recién egresados al momento de conseguir su primer empleo: “En el Estado de México, para el 48% de éstos la incorporación al mercado laboral fue muy fácil y fácil, para el 40% difícil y para el restante 12% no encontró o no buscó.”
¿Qué factores influyen en la contratación?
En el mismo estudio también se presentan los medios que se usaron para adquirir dichos empleos siendo la proporción: «recomendaciones familiares con un porcentaje de 32%; el segundo lugar lo ocuparon los avisos en periódicos con el 15%”. El 48% consideró que las recomendaciones personales habían sido fundamentales para obtener su primer empleo.
Además de las cualidades que se tienen que adquirir en la educación superior se encontraron aptitudes igualmente necesarias, los factores más influyentes a la hora obtener un primer empleo son:
para el primer empleo es de destacar las recomendaciones con 62%, conocimientos sobre la carrera 49%, conocimientos sobre computación 35% y dominio del inglés con el 16%” Siendo una vez más las recomendaciones lo que más facilita la integración a la vida laboral.»
Así mismo, las habilidades adquiridas por el egresado durante su formación que mayores beneficios les brindó fueron: “trabajar en grupo, solución de problemas y ética profesional con un 83%. Le siguen habilidades como expresión escrita y verbal con 76% y 71% respectivamente y con una importancia para el ejercicio laboral de 90%.”
Situación laboral
En el Estado de México para el año 2003 el 84% de los profesionistas se encontraban laborando. La percepción de la relación entre su trabajo y sus cualificaciones profesionales también es percibida muy favorablemente, pues el 72% consideran que es muy relevante. De los entrevistados, el 69% trabaja en el sector privado y 31% en el público, entre ellos se destaca el sector de los servicios, que da ocupación al 75%.
Respecto a los salarios, en promedio, los hombres tenían ingresos de 13,500 pesos mensuales, mientras que las mujeres tenían un ingreso inferior de 10,000 pesos mensuales. Otra diferenciación es que las disciplinas de las áreas Físico Matemáticas presentan los ingresos más altos en contraste con las humanidades y las artes que fueron los más bajos.
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