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«Me han asaltado más de una docena de veces»

“Lo bueno fue que no te hicieron nada”, es una de las frases de aliento que más se escuchan tras sufrir un robo, y no es para menos, pues según el Institute for Economics and Peace  en su estudio Global Peace Index 2019, se estima que en México entre enero y febrero se asesinaron alrededor de 5,803 personas, por diversas razones.

en el transporte público de la ciudad se registran 28 asaltos diarios»

Afortunadamente yo no me uní a tales estadísticas, sino a las de a asalto a transeúnte en vía pública. El pasado fin de semana sufrí un asalto en Eje Central cerca del cruce con Cumbres de Maltrata – y como dicen, de los males fue el menor- pues el asalto fue a mano armada mientras un auto cerraba el paso, fácilmente podían haberme obligado a subir al auto y mi destino podría haber sido mucho peor que el de la pérdida de un bien material.

“Al menos sólo fue un celular”, es otra de las de oraciones con las que amigos y familiares buscan encontrar alivio a una situación que tristemente se ha vuelto común en la Ciudad de México. El mismo estudio refleja que en el transporte público de la ciudad se registran 28 asaltos diarios, eso sin contar todos los viales que se hacen desde y hacia el Estado de México.

El robo ocurrió alrededor de las 8 de la noche y en unos pocos segundos, en una zona por la que había transitado cientos de veces, una en la que más o menos me sentía seguro. Tras haberme mudado hace un par de años de Ecatepec a la alcaldía, supuestamente «más segura» de la ciudad, la Benito Juárez, mi percepción sobre seguridad había cambiado. Lamentablemente comprobé otro de los dichos que más he escuchado de la gente sobre este tema “Esta igual en todos lados”.

Desde los 15 años, que fue mi primer asalto,  hasta la fecha, me han asaltado 13 veces»

Es la misma situación en todos lados, y yo agregaría a todas horas, pues a mí me han asaltado de noche, a medio día, por la mañana, por la tarde y en la madrugada. Así mismo, me han asaltado caminado a unas calles de mi casa, en el transporte público (en camiones y “combis”), a la salida del metro, en frente de una escuela, cerca de una plaza comercial  y bajando de un puente peatonal.

Desde los 15 años, que fue mi primer asalto,  hasta la fecha, me han asaltado 13 veces, todas ellas a mano armada, todas ellas con arma de fuego. En diversas situaciones, solo y acompañado. Y más allá de mi evidente mala suerte, esta se ha convertido en una situación común. Entre mis conocidos hablar de las experiencias con asaltos se ha convertido en un tema recurrente y cotidiano, conversaciones en las que las frases ya mencionadas se han convertido en un consuelo social necesario para seguir a delante con el día a día.

Junto a las estadísticas, estas oraciones convertidas en dichos populares son un reflejo de la crisis de violencia que ha estado azotando a nuestro país desde hace ya algunos años.

Ya sean unos u otros los gobernantes, ninguna de sus “estrategias” contra la violencia ha funcionado, por lo que son comprensibles todos los cuestionamientos al gobierno en turno y la Guardia Nacional, pero al mismo tiempo también explica el poco apoyo a los policías federales que hoy reclaman los derechos de un trabajo que evidentemente no han estado haciendo.

Mi caso, es solo un ejemplo de que no importa a qué hora o en qué lugar te encuentres, la posibilidad de ser violentado está presente y que “andar con cuidado” o “no ir solo” o “no salir de noche”, en realidad no representan una precaución real, pues un atraco puede ocurrir de regreso del trabajo o camino a la escuela, sin importar la hora o el lugar, si vas en transporte publico o en auto. Lamentablemente estamos llegando al punto en el que el dicho será “Al menos sigo vivo”.

David S. Chávez

Sociologo UNAM

Twitter: @Davidthegray1

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