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Laura Aguila educadora

Los siete saberes de Edgar Morin | Enfoque Educativo con Laura Águila Franco

Edgar Morin, sociólogo y antropólogo francés, incansable estudioso de la comprensión del individuo sociológico a través de lo que él llama una investigación multidimensional, que significa utilizar los recursos de la sociología empírica y de la observación comprensiva. Con 103 años de vida cumplidos, Morin continúa siendo un importante referente en los sistemas educativos, desde la etapa primaria hasta la universidad, principalmente defendiendo la no fragmentación de los saberes, la reflexión sobre lo que se enseña y la elaboración de un paradigma de relación circular entre las partes y el todo, lo simple y lo complejo.

Recordando que el enfoque del pensamiento complejo parte de la idea de que cualquier elemento del mundo no es un objeto aislado, sino que forma parte de un sistema mayor que lo contiene, por lo que se encuentra en constante interacción con otros elementos del sistema, así como con el sistema completo. Esto implica aceptar la incertidumbre inherente a múltiples situaciones, para abordar problemas multidisciplinarios, utilizando el pensamiento creativo para encontrar soluciones innovadoras, lo cual significa que en ningún momento se debe enfocarse en las partes individuales de un problema sino en el todo.

“Hay que aprender a enfrentar la incertidumbre puesto que vivimos una época cambiante donde los valores son ambivalentes, donde todo está ligado. Es por eso que la educación del futuro debe volver sobre las incertidumbres ligadas al conocimiento” (Edgar Morin, 1999).

Para Morin, la educación debe ser proactiva, creativa, reflexiva, para poder ser “gestora” de cambios y mantener las mentes de los estudiantes dispuestas y plenas para aprender. Ya desde el año 2004, señalaba la importancia de reorientar la educación hacia el desarrollo sostenible, para poder construir una educación de calidad, una educación creadora, sistemática y reflexiva, considerándolo siempre desde el pensamiento complejo, es decir, que los protagonistas del proceso educativo generan constantemente una actitud proactiva, siempre nueva, actualizada, para poder alcanzar lo que Morin llama “mundialización de los saberes”.

Para ello, Morin subraya que la mente humana ha de avanzar a los consensos, lo que implica lograr que la comunicación no sea un espacio unidireccional, sino bilateral e ininterrumpido, desde la perspectiva que Morin argumenta sobre lo que es comunicar: no es verbalizar, sino establecer zonas de interés, por lo tanto, comprender es comunicar, es razonar que las palabras pueden y deben trascender el plasmarse solamente en una hoja de papel, o en un libro, y para ello es indispensable transitar de una  mente rígida, caótica, hacia la construcción de mentes reales, positivas y abiertas al cambio, siendo críticos y autónomos, para poder pensar racional y objetivamente. Un principio primordial que establece el pensamiento complejo es que las mentes no deben alienarse, pues ello conlleva a no observar al mundo desde la interdisciplinariedad, y el mundo educativo necesita de lo diverso; de las miradas y enfoques que se asuman, dependerá la educación integral armónica y flexible.

En su libro titulado “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro” (2021), Morin enlista los siguientes, considerados saberes imprescindibles de afrontar por el sistema educativo, para transformarse en relevante y significativo:

  1. Una educación que cure la ceguera del conocimiento. – Todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión, la educación del futuro debe considerar siempre con esa posibilidad, ya que el conocimiento humano es frágil y está expuesto a errores de percepción o de juicio. La primera e ineludible tarea de la educación es enseñar un conocimiento capaz de criticar el propio conocimiento. 
  2.  Una educación que garantice el conocimiento pertinente. –  Ante la avalancha de información es necesario discernir cuáles son las informaciones clave, y para poder seleccionar la información, la educación debe promover una «inteligencia general» apta para poder entender el contexto global, lo multidimensional y la interacción compleja de los elementos. Esta inteligencia general se construye a partir de los conocimientos existentes y de la crítica de los mismos. Su configuración fundamental es la capacidad de plantear y de resolver problemas.
  3. Enseñar la condición humana. – Los seres humanos es necesario que se reconozcan como una “humanidad común”, al mismo tiempo de reconocer, valorar y respetar la diversidad cultural inherente a todo lo humano. Conocer el ser humano es situarlo en el universo y, al mismo tiempo, separarlo de él. Al igual que cualquier otro conocimiento, el del ser humano también debe ser contextualizado.
  4. Enseñar la identidad terrenal. – La historia humana comenzó con una dispersión, una diáspora de todos los humanos hacia regiones que permanecieron durante milenios aisladas, produciendo una enorme diversidad de lenguas, religiones y culturas. En los tiempos modernos se ha producido la revolución tecnológica que permite volver a relacionar estas culturas, volver a unir lo disperso. Es necesario introducir en la educación, una noción mundial más fuerte que el desarrollo económico: el desarrollo intelectual, afectivo y moral.
  5. Enfrentar las incertidumbres. –  La educación debe hacer suyo el principio de incertidumbre, la historia avanza por diferentes caminos, y todo cambio es fruto de una mutación, así que la incertidumbre no solamente se refiere al futuro, también existe la incertidumbre sobre la validez del conocimiento. 
  6. Enseñar la comprensión. –  La comprensión es una necesidad básica para los humanos, es por ello que la educación tiene que abordarla de manera directa y en los dos sentidos: a) la comprensión interpersonal e intergrupal y b) la comprensión a escalas más amplias. 

A este respecto, Morin ve las posibilidades de mejorar la comprensión mediante: a) la apertura empática hacia los demás y b) la tolerancia hacia las ideas y formas diferentes, mientras no atenten a la dignidad humana.

  1.  La ética del género humano. –  Edgar Morin plantea que además de las éticas particulares, la enseñanza de una ética válida para todo el género humano es una exigencia de nuestro tiempo. La humanidad ha dejado de ser una noción abstracta y lejana para convertirse en algo concreto y cercano con interacciones y compromisos entre naciones.

Como puede observarse, Edgar Morín a través de sus siete saberes, resalta la trascendencia de desarrollar un pensamiento complejo enfocado en un futuro mejor que busque en todo momento la formación de seres humanos sensibles, con la capacidad de buscar el bien común y el desarrollo sostenible, que se preocupe por la conservación del ambiente como un elemento esencial de la educación global y sea responsable de su propio comportamiento.

Morín considera que esto será posible gracias a la intervención de la educación y con docentes que tengan un verdadero compromiso con la educación, posean apertura al cambio y una visión a futuro. Edgar Morin planteo estas premisas en el año 1999, y si se recuerda, el Objetivo de Desarrollo Sostenible-4  establece: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje para todos (Agenda 2030, ONU).

Laura Aguila Franco

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