Llegaron las fiestas patrias, se acabó el fin de semana largo, pasó el desfile, hubo «gritos» y grito de independencia, hubo debate, elucubraciones, sospechosismo, debate y dislate, polarización política, dimes y diretes y una vez más queda claro que la política a la mexicana es bizarra, rural, silvestre, folclórica, globera y el adjetivo que gusten darle le queda de descripción justa, sin desperdicio alguno.
El primer grito como presidente constitucional como presidente de México de AMLO (los datos en rebeldía se autonombraron «legítimo»), muy a su estilo comunicacional Andrés Manuel dio a conocer que serían «20 vivas» y para lo cual se iría previamente a su finca a prepararse y tras su anuncio plasmado en redes sociales, empezaron las especulaciones y los «gritos», el debate, la rumorología y sobre todo las circunstancias que hacen generar suspicacias.
Se da la liberación de 24 acusados de la desaparición forzada de los 43 normalistas del caso Ayotzinapa, coincide con la fecha de los festejos de Independencia
Se envía al senado la iniciativa de Ley de Amnistía (a la cual habrá que leer «entre líneas» y las letras pequeñas las cuales la mayoría de las veces son las más importantes). ¿Causalidades? ¿O parte de la inercia distractora aprovechando el debate de los «gritos»?
Y sigue el debate, ustedes que opinan? Los gritos de «El Grito» Política rural, silvestre y globera… Las Cosas de la Política#Video #Guerrero #México #FiestasPatrias2019 #GritoDeIndependencia pic.twitter.com/ePl0qMFh2e
— miguel hernandez (@miguelanh) September 18, 2019
Se dieron tres días de debate en redes, debate que demuestra la polarización y la manipulación política, las redes y los usuarios de las mismas demostraron su humor, mal humor, unos desquitaron su chamba, otros demostraron ingenio, unos aprovecharon su status de incógnito hasta para agredir, otros usaron su nombre propio para debatir, se monitoreó para ver el pulso político y social. Hubo memes, chistes, fantasía, chistes y groserías, al fin y al cabo, la catarsis dio sus ganancias.
Que si habrá un viva a la cuarta transformación, viva la revolución social bolivariana. Mencionar a líderes y héroes no nacionales, que sí será austero o más de lo mismo, que se llena de acarreados, que harán los malosos y cómo será el clima social en el país para las ceremonias paralelas que siempre se dan, hubo quienes le pedían al Dios Tláloc lluvia para el zócalo de la CDMX.
Nada pasó y todo pasó, el debate alcanzó al lábaro patrio por su notoria ausencia previa al no ser izada en la plancha del zócalo y el pensamiento de que podían cambiarle el águila.
El grito fue largo, sin grandes sorpresas y sí con gran debate, que si mencionó a todos los que debía, que si olvidó a Vicente Guerrero, consumador de la independencia lo que ocasionó sentimientos políticos encontrados y demostró ignorancia hasta en algunos historiadores (de la vida política guerrerense).
Que si un viva fue a la fraternidad masónica (con todo y simbología) , que si se le vio solo, pequeño (Fox dixit), si portó la banda presidencial, que si el traje o el vestido de Beatriz, que no hubo invitados, pero sí hubo. Que, si hubo besamanos y cena austera o no, ya se sabrán los costos y los invitados, todo cambia y nada cambió (solo formas).
Y se dieron las ceremonias en todo el país, en todos (o en casi todos) los ayuntamientos, los gritos se dieron a usos y costumbres, a tradiciones, a gustos y preferencias políticas, bueno hasta lo bizarro de la política como lo es el caso del alcalde de Amacuzac en Morelos que dio el grito desde su celda en la cárcel en la que está recluido o el otro que usó su propia banda presidencial, o los que sí gritaron «viva la cuarta transformación» y fueron abucheados.
Hubo un suceso violento en el estado natal de López Obrador al ser atacado un bar en Tabasco con el resultado de 5 víctimas mortales.
Pasó el desfile, desfilaron las pipas (al menos algunas), desfiló la Guardia Nacional, carros alegóricos de los programas sociales insignia (los cuales por cierto tienen sombra de presuntas corruptelas en su funcionamiento y operación administrativa), se cumplió con el ritual de las fiestas patrias y para unos el debate previo fue necesario, para otros sirvió de pulso social y político.
Que sí el grito fue bueno, malo, magnánimo, formal, institucional, culto al ego o al «soy el Estado», que sí protocolario o no, que si sobrio y austero, eso seguirá siendo el debate, hay quienes incluso dicen vieron a AMLO como presidente por un día (habrá que esperar si ya lo hace o lo hará de tiempo completo) el debate seguirá, la polarización política y social ya tiene su inercia propia, el activismo electoral seguirá permanente y por un buen rato seguiremos hablando de… los gritos de “El Grito.”
Miguel Ángel Hernández Albarrán