En verdad es difícil escribir sobre una persona que nunca conociste, con la que nunca coincidiste, sin ningún parentesco, ni amistad. De repente, a través de la solidaridad en las redes lo empiezas a conocer no por sus bondades, sus afinidades, sus gustos o éxitos, sino porque lo secuestraron.
Un joven más que saliendo de sus actividades escolares es violentado por un grupo de rufianes desalmados que de inmediato se dieron a la tarea de intimidar, amenazar y exigir un rescate a la familia. Consideraron que la vida de Norberto Ronquillo valía 5 millones de pesos, después la devaluaron a sólo 500 mil que fueron pagados de acuerdo a las condiciones. Sin embargo, el muchacho apareció sin vida en la alcaldía de Xochimilco.
Un llamado desesperado de la madre: «resiste”, y ahora, a sobrevivir la etapa de duelo, cargada de coraje, de impotencia, de preguntas. Qué dominios le pasa a este país que llegan autoridades con enorme soberbia diciendo que van a acabar con todos los males, criticando a todo adversario, menospreciando a los críticos, pero que no saben resolver problemas.
No pasaron muchas horas para que la ex activista y ahora Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, hoy ofrezca el pésame por el artero crimen de Norberto. Escribió: “lamento profundamente lo ocurrido con el joven Norberto Ronquillo. Nuestro compromiso con la familia y con la sociedad es hacer todo lo que esté en nuestras manos para que haya justicia. Ese es mi compromiso”. Estas líneas suenan a burla porque ella llegó argumentando una capacidad que no ha mostrado.
Es esa clase de funcionarios que para saberse legítimos y acreditados lanzan una batería de sanciones y multas a los contribuyentes o por la verificación o por la forma de conducir vehículos.
Ahí estaba ella, Sheinbaum, gritando en el micrófono loas y aplausos a “nuestro presidente” por los cuestionados acuerdos con Estados Unidos, mientras acababan con la vida del estudiante.
De qué valen sus lamentaciones si tienen la poca moral de estirar la mano por un salario mientras los índices de violencia y crímenes van en ascenso en la capital del país. Sheinbaum ganando espacios en Tijuana para envalentonarse contra Trump y aquí en su territorio preparando la despedida a este muchacho en una universidad que se declara en duelo durante tres días en una manifestación de solidaridad y reclamo.
¿Con qué autoridad Sheinbaum irá a la casa de la familia Ronquillo a pedirles sus impuestos prediales para ofrecerles mejores servicios en una transformación de cuarta?
Un sepelio más en donde todos acuden, menos las autoridades porque no se atreven. Frases cansadas, desgastadas, de “cumpliré mis compromisos”. Ella, Sheinbaum gran parte de su vida la dedicó a bloquear vialidades, a fomentar grupos de choque para demandar lo que hoy no es capaz de ofrecer.
Nos engaña quitando ventanas blindadas que no colocó Mancera sino Ebrard y gasta serias cantidades en su imagen pública. Lo peor es que este joven no es el único, se informa que ya hay otro bajo las mismas circunstancias.
Ojalá Sheinbaum no esté preparando otro obituario…
Carlos Ramos Padilla
Periodista y conductor en TV Mexiquense y TVC Meganoticias
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión.
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