Al cruzar por Guatemala, el gobierno de ese país advierte que son al menos 3500 personas las que buscarán ingresar a México en los siguientes días. Guardia Nacional ya espera a los migrantes para evitar su cruce.
La caravana se compone primordialmente de hondureños. Estos buscarán llegar a Ciudad Hidalgo, Chiapas, ciudad cercana a Tapachula. Otro contingente tratará de ingresar rápido por Tabasco, pasando por Corinto en Guatemala.
Aún en las ciudades fronterizas del norte, incluso en la Ciudad de México, hay personas que ahora se dedican a pedir dinero argumentando ser migrantes en tránsito. Por tanto, es un problema que puede agravarse en México si no existe un control migratorio, como en cualquier otra nación.
Conforme pasan los días y avanza, esta nueva caravana va ganando volumen. Según el Centro de Derechos Humanos en Tapachula, calculan que este sábado comenzarán a arribar los migrantes.
Tanto los migrantes, como las autoridades locales, no tienen certeza de lo que sucederá al momento de intentar ingresar a México por parte de los primeros.
El Gobierno mexicano ha mandado mensaje confusos sobre el asunto. Por un lado, tanto Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación y Marcelo Ebrard, Canciller de México, han dicho que no dejarán pasar a los migrantes.
Por otro lado, el Presidente AMLO, ha dicho sin mesura que hay 4,000 empleos disponibles para los migrantes en la misma frontera sur. La realidad es que fuera de trabajos adecuados para jornaleros, no existen datos del sector industrial y turísticos de los estados sureños para respaldar la declaración del mandatario.
Como se mencionaba, Sánchez Cordero, incluso delcaró que México «no es un país de tránsito.» Tal declaración, tiene sentido considerando que los acuerdos en materia migratoria que México ha firmado con los EEUU, van en la lógica de complicar el tránsito de estas caravanas.
Si el Gobierno del presidente AMLO no actúa de manera contenciosa, Donald Trump puede volver a tomar represalias en contra de México. Más aún cuando el presidente norteamericano está en medio del juicio político y de su campaña hacia la reelección; dar manotazos duros sobre el tema migratorio lo beneficiaría frente a su nicho duro de electores conservadores.
La policía en la frontera ya no se ha portado tan condescendiente como en las primeras caravanas a finales del 2018, pues se sabe que en los cruces ahora están habilitados para disparar gas lacrimógeno ante tumultos al querer entrar a la fuerza a territorio mexicano.
Lo mismo se reporta en Guatemala, donde existe un centro migratorio estadounidense que asesora a la policía local y han sido mucho más escrupulosos en la revisión de los pasaportes y otros documentos de los migrantes.
Otra realidad que tendrán que considerar los migrantes, es que a partir de la amenaza por imponer aranceles por parte de EEUU, la Guardia Nacional ya tiene control sobre la frontera sur de México.
La estrategia consiste en dejar avanzar a los migrantes, para cuando se encuentran cansados, ser interceptados, interrogados y en su caso se devueltos a la frontera con Guatemala.
Según prensa de la costa este de México, ya resulta evidente que la Guardia Nacional se ha convertido en el muro que prometio Trump en campaña, pues tienen recursos y están prácticamente dedicados a este asunto migratorio.
Según la prensa guatemalteca, los albergues locales ya no se dan abasto para suplir a los migrantes. Esperan que la situación se agudice.
Redacción @dlpoder | Fuente: Prensa Libre Guatemala y Letras Claras de Veracruz
