Saltar al contenido
dlpoder

La recta final 2018

El último ataque a Ricardo Anaya es una señal de que el equipo de los Pinos ha quemado sus naves y la probable alianza, de facto, entre el PRI y el PAN se ha cancelado. El equipo presidencial erró al pensar que podía mantener a José Antonio Meade hasta el final, y estos ataques sólo han servido para consolidar al puntero: Andrés Manuel López Obrador.

Para Ricardo Anaya ya no hay retorno, tendrá que seguir de frente contra el presidente Enrique Peña Nieto (a quien tanto sirvió durante la etapa del Pacto por México) y denunciar que AMLO ha pactado ya con el Presidente de México. Hacia allá va su estrategia final.

La paradoja es que Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto coinciden en que, ambos envían a sus partidos al tercer lugar, al no contar una estrategia racional y llevar sus emociones a la cancha de juego. Y es que, para definir una estrategia, debes ser muy racional; pero para la ejecución del mensaje debes ser muy emocional. Ahí está la diferencia en la guerra electoral.

Por su parte, López Obrador comprendió que no gana sólo, que no gana con una postura intransigente, por eso abandona al final su mensaje de “la mafia del poder”, por el del perdón y la reconciliación. Sumar a Tatiana Clouthier y a Alfonso Romo ha sido un acierto para obtener votantes independientes que en el pasado se sumaban al PAN.

Aunque hay mucha pasión en la atmósfera política, la realidad es que el sistema PRI se mantendrá intacto. El triunfo de AMLO permitirá al PRI cambiar su rostro al de MORENA, y puede desplomarse el tricolor, como le ocurrió como marca, en la ciudad de México, y sus cuadros migrar a Morena, como de hecho sucede. Es decir, el cardenismo de izquierda del sistema, se ha recuperado y le está arrebatando el poder a la tecnocracia priista.

El PAN en la presidencia nunca logró desmontar al sistema PRI, ya lo dijo el panista Carlos Medina: “Sólo nos dedicamos a administrar lo viejo”. Y el resultado está a la vista, se va el PRI de la tecnocracia y vuelve el PRI de la izquierda.

Ricardo Anaya Cortés, es tal vez el mejor político que ha tenido el PAN en los últimos años, pero eso no basta. Al inicio de su campaña marcó la agenda anti corrupción; pero en la última semana está girando al tema de la inseguridad (tema típico), y lo hace tarde.

El problema de Ricardo Anaya Cortés no sólo ha sido fijar tema, si no ¿a quién le está hablando? Se excedió con su tema tecnológico al estilo Steve Jobs, en un país en donde la mayoría de los jóvenes pobres no tienen nada que ver con ese estilo. Ricardo le habló a un pequeño segmento de “fresas”, pero no a la raza. Era mejor un vocero como Juan Zepeda que uno como Jorge Castañeda. No sólo es el tema, es a quién le hablas; no sólo es lo que dices, si no cómo se los dices.

Aunque el juego no se acaba hasta que se acaba, la tendencia está clara, el retorno del PRI de los 70s amalgamado con independientes de nuestra época. No es el fin de una era, es la persistencia de 1988.


Darío Mendoza
@dariomendoza

Darío Mendoza
@dariomendoza

Al navegar en este sitio aceptas las cookies que utilizamos para mejorar tu experiencia   
Privacidad