En el Museo Interactivo de Economía, Claudia Sheinbaum presentó este jueves 20 de junio, su primera parte del gabinete legal y ampliado que le va a acompañar en el inicio de su administración. La presentación de Juan Ramón de la Fuente, Marcelo Ebrard, Rosaura Ruiz, Alicia Bárcena, Julio Berdegué y Ernestina Godoy, llevada a cabo en un escueto evento, deja más certezas que dudas sobre la gestión de la primera mujer en liderar la nación mexicana: habrá continuidad, con cambios sustanciales desde el primer anuncio.
El nombramiento de Juan Ramón de la Fuente como próximo Secretario de Relaciones Exteriores, para conformar la triada con Rogelio Ramírez de la O como secretario de Hacienda y Marcelo Ebrard Casaubón en Economía, es un llamado a la moderación y el giro definitivo hacia el centro, comparado con la ridícula gestión de Alicia Bárcena en el edificio ubicado en Plaza Juárez. El gesto es más llamativo hacia los Estados Unidos, quienes esperaban a un funcionario de ese talante para manejar con toda disposición la política bilateral. Es un llamado a la amistad para la Secretaría de Estado norteamericana, todavía nostálgica de la fluidez ofrecida por Ebrard en su muy sospechosa relación con Anthony Blinken. También, es una bandera blanca para el trumpismo que, en su regreso vertiginoso, tendrá a Luis Videgaray como el principal enlace, secundado por Gaby Cuevas.
El ascenso de Rosaura Ruiz como la encargada de la flamante Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, es el mejor nombramiento posible de los dados hace horas. La connotada bióloga no solamente presenta una relación más plausible con la ciencia mexicana, sino que sus vínculos con las nuevas figuras de las élites cultural y académica le proporcionan una ventana inmejorable de oportunidades, llegando a extralimitarse sin vencer sus propias funciones en los ministerios de Educación y Cultura. Ruiz será una de las figuras más aceptadas en el nuevo gabinete, inspirando sentimientos completamente diferentes a los que tenía María Elena Álvarez-Buylla, directora del CONAHCYT.
El peor nombramiento fue el de Alicia Bárcena como la próxima Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Se descartó por completo la idea de Mariana Boy para desembarcar a ese departamento, mientras que Manuel Velasco prefirió dejar pasar el tren porque su ego es demasiado alto, puesto que le tiraba a alcanzar el Palacio de Cobián. Los nombres desechados dejan en claro que, para el gobierno de Claudia Sheinbaum, el medio ambiente no será una prioridad indispensable. Menos el premio para Bárcena, que suena más como regalo del presidente Andrés Manuel López Obrador, imposición para la próxima presidenta. Pese a eso, se prevé que Bárcena pueda hacer una gestión más decorosa que varios de sus antecesores, debido a su experiencia y sus motivantes ecologistas en la CEPAL. Se espera una mayor intervención entonces de Claudia Sheinbaum en su labor.
La grata confirmación se da desde la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, quien ahora estará en las manos del reconocido agrónomo Julio Berdegué Sacristán. Su exitoso trabajo en la FAO es irrefutable. El clamor en los mercados y en especialistas de la materia inclinaban la balanza por completo para él, debido a que Sheinbaum no tenía muy claro el nombramiento de Berdegué hasta hace algunos días. Su labor está completamente guiada en ser determinante en los rubros donde la gestión de López Obrador fracasó estruendosamente, siguiendo con la retahíla de mediocridad que los secretarios de tal dependencia presentaban desde tiempos inmemoriales. Berdegué Sacristán prometió dejarse el alma para implementar la política que deje de promover el maíz transgénico. Agua y créditos, así como reconciliación con el sector agropecuario, el sello de la casa.
El mensaje queda más que claro con el ascenso de Ernestina Godoy a la Consejería Jurídica de la Presidencia. La exclusión de Arturo Zaldívar, quien ha quedado completamente relegado a un papel meramente testimonial, deja patente las intenciones de Sheinbaum: mantener los puentes suficientes con la Suprema Corte durante la discusión de la reforma al poder judicial. Hay otra sensación aún más incógnita, emanada de la hiperactiva mente de Norma Piña: Sheinbaum desea hacer tiempo para modificar ligeramente algunas cosas del proyecto de reforma. La sensación parece ir en la primera vía, una moderación entendible que calme a los mercados y ponga las reglas del juego necesarias para evitar un proceso totalmente deforme. El primer gesto de distancia con López Obrador, quien pese a estimar a Godoy, no pensaba en ella para ese puesto.
Dejo esto y me retiro lentamente. En pleno mes futbolero, la pregunta que rondaba en los principales ejecutivos del balompié nacional, trataba sobre el porvenir de ese deporte en la Era Sheinbaum. La discusión en la última Reunión de Dueños con la Federación Mexicana de Futbol, que elevó las perspectivas hacia 2030, parecen claras: seguir con lo mismo, esperando que la buena suerte les acompañe y Moisés Muñoz quede como el director general de la Comisión Nacional del Deporte. La relación con AMLO y Ana Gabriela Guevara no fue la mejor, dejando como saldo la transición entre tres grupos de ‘vacas sagradas’, con jugadores incluidos, en el organigrama de poder dentro de las selecciones. Se espera una mayor tranquilidad con Claudia, en aras de la preparación para el Mundial mayor del próximo año 2026. Lo que ahora preocupa es el desempeño en Copa América.

Eder Jorge Guillén Muñoz 🖋️
@ejgm911
Ciencia Política UNAM
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