Primero de julio, ¿Qué hay que celebrar? Miguel Ángel Hernández Albarran comparte la columna de hoy.
Celebrar un año del triunfo o calificar siete meses de gobierno es cuestión de enfoques, hay desaciertos, sumas y restas, polarización, marchas de protesta, amparos, reclamos, mañaneras, señalamientos, perdón a la corrupción y corrupción misma, con diferente definición.
Más y más mañaneras, que los fifís y los chairos; la prensa afín y según ellos la chayotera; hay censura y libertad de expresión, hay amiguismo y favoritismo, nepotismo y por supuesto: «otros datos».
¿Se acabó el huachicoleo, el nepotismo, favoritismo, la corrupción, la opacidad, el respeto a la constitución, la impunidad, la inseguridad y la violencia?
Esperamos respuestas, ¿Habrá recesión, se construirá Dos bocas, ¿Santa Lucía, resurgir a PEMEX, la CFE será eficiente? También entran en los cuestionamientos, ¿seguirá gobernando a mano alzada, acabará la campaña permanente, respetará la ley y la constitución o será todo a su modo?
Se canceló el NAIM, se recortaron y eliminaron programas sociales, no hay respuesta sobre las muertes de Tlahuelilpan, del accidente del Helicóptero donde se trasladaban Martha Erika y Moreno Valle, el desabasto y la crisis de las gasolinas, nadie sabe nadie supo de las pipas compradas emergentemente en la total opacidad.
La Guardia Nacional
Se instala la Guardia Nacional y queda la duda si es una militarización como tal o la fase del desmantelamiento de las fuerzas armadas, se manda el mensaje de amnistía al crimen organizado y se recrudece la violencia con furia criminal que hace aumentar el número de muertos a lo largo y ancho del país (junio ya es el mes más violento de la historia). Recién inicia la operación de la Guardia Nacional y ya un grupo de delincuencia los reta con la advertencia de confrontación que viene de la tierra misma de AMLO, Tabasco.
Se genera crisis en el Sistema de Salud por recortes bajo la sospecha de corrupción y se pretende corregir el desabasto de medicamentos en la opacidad de la adjudicación directa en la compra de los mismos, hay despidos masivos y cae la tasa de empleo (de acuerdo al IMSS y al INEGI).
Está claro que el Sr. López tiene sus propios números y suma a aquellos a los que les paga bajo el esquema de un programa netamente con fin electorero. En Guerrero se complica la entrega de fertilizante para generar control político con miras a 2021 a costa de que la siembra de temporal y autoconsumo fracase o genere hambruna en la montaña y la sierra, el pretexto es el mismo y es lo mismo que hacen o sea «corrupción».
Hay conflictos de interés, compadrazgos y nepotismo. Hay desinterés por lo global y los esquemas de las economías globales, se abren las fronteras para después cerrarlas y prácticamente militarizarlas, previo a un manotazo (tuitazo) y la amenaza arancelaria de Donald Trump, se pretende suavizar el efecto con la entrega de recursos a el Salvador mediante un pacto con su presidente Bukele el cual por cierto se promueve en redes sociales como el más «Cool» (cualquier similitud con el nuestro es mero esquema político),
¿Congruencia o incongruencia generar empleos en otro país y aquí hacen falta? esto a pesar de las tarjetas de «bienestar» que se reparten a discreción y conveniencia.
Se arma el «Bailongo» y en la víspera una marcha en la que a mano alzada lo reprueban y piden hasta su renuncia, se abusa de los medios oficiales para fomentar la idolatría y se señala a editorialistas, medios y reporteros con el dedo flamígero y se les acusa de vendidos (chayoteros) beneficiados por el pasado, hablando pasado hay cosas que son copia fiel del pasado que tanto acusan como lo es su festejo en la plancha del zócalo con un aroma cien por ciento priísta, por el acarreo y la planificación al más puro estilo de los 80’s.
Asuntos pendientes
Hay popularidad que es un contrasentido porque no se ve capacidad, (eres popular pero ineficiente y muy ocurrente) como definición externa a la terca realidad que los persigue, hay calificaciones y prospectivas económicas que son descalificadas y negadas, «sus datos» también lo contradicen.
Hay quienes hablan de un proceso, otros de un receso y mencionan retroceso, hay muchas porras y descalificaciones, hay dudas y temores, hay quienes piden tiempo y que lo dejen gobernar y claro hay quienes hablan de patadas bajo la mesa de su propio gabinete y no se ven intenciones de corrección.
Ya dio el banderazo para el proceso electoral del 2021 y ya manda señales de posibles palomeados para el 2024, se habla de revocación y de reelección, queda claro que no hay división de poderes, si no de sumisión y avasallamiento, tanto de los congresos como del senado y la suprema corte e inclusive hay visos de acotar la democracia misma a través de subyugar al INE.
Presume de sacar a la mafia de poder de los pinos y ha creado la propia en Palacio Nacional, dice respetar los derechos humanos y quiere anular la toma de decisiones y recomendaciones de la CNDH.
Y de repente México pasa de ser el país de los memorándums a ser el país de los decretos, por decreto de quien detenta el poder, hay cuentas alegres, una «hermosa utopía«, un «iluminado» casi dios. Escucharemos sus cuentas y sus cuentos, esperaremos rectifique y gobierne, aunque de acuerdo a su pensar lo está haciendo.
Y llegó el día del Bailongo, informe o AMLOFEST 2.0, como le gusten llamar y la novedad es que la mañanera se convirtió en «vespertina», como siempre.
Manejó sus propios datos, hay remesas multimillonarias (dinero que mayormente envían nuestros paisanos que están en USA y lo manda no por fomento, promoción o apoyo a gobierno alguno, sino a sus familiares), no subió la gasolina (tampoco bajó como se dijo que así sería), habló de exportaciones, de haber bajado el IVA en la frontera, del incremento al salario mínimo, hasta frases que evocan al pasado cien por ciento priísta
«Siempre he pensado que la política es, entre otras cosas, pensamiento y acción, pero ahora son tiempos de hechos, no de palabras» algo así muy a lo López Portillo.
Volvió a relucir el compromiso de seguir entregando dinero de manera directa y clientelar con sesgo electoral claro está, volvió a pedir unidad y compromiso (ya denostara en tiempo y forma a conveniencia).
La promesa rentable de las becas económicas a todo estudiante, el acarreo mexiquense con el fantasma de los pasados actos de Peña por delante, la vendimia de «Peje y ganso souvenirs», palabrería y pose castrista en desuso, parafernalia popular que será celebrada a ritmo de cumbia con Escándalo uno de los éxitos de Margarita «la diosa de la cumbia».
Muy repetitivo todo (como si él mismo buscará convencerse de sus dichos aunque sus hechos demuestran lo contrario) habló de campesinos, de que ya no habrá fracking, ya es notoria la «nueva mafia del poder de la 4T.
Culto al ego disfrazado de celebración popular, porras y empoderamiento de quienes dicen ser el puntal de la cuarta transformación, cuando el concepto y el estado es propiedad absoluta de López Obrador cuál marca registrada y de nadie más un discurso que exuda las mieles de populismo a satisfacción del clientelismo. Nada barato a pesar de la austeridad (nadie fue de gratis) y bueno solo resta decir… ¡No, pos sí!
También se puede decir… ¡No, pos no!
Miguel Ángel Hernández Albarrán