El combate a la corrupción ha sido, es y seguirá siendo un slogan de campaña más que un tema serio para realmente acabar con ella, resulta paradójico que los que dicen combatirla o hasta anuncian que han acabado con ella, piensan que la pueden eliminar de palabra o decreto y no en los hechos, pueden ser menos corruptos, pero son corruptos al fin y al cabo, tanto por presunción como por omisión y comisión.
En estos tiempos de la 4T la corrupción tiene diferentes mediciones, posiciones, dichos, hechos y presunciones, si bien quien dice combatir la corrupción como norma personal y política pregona a los cuatro vientos que ya se acabó e inclusive puede haber la sensación de disminución, pero…
la corrupción goza de cabal salud en las acciones de gobierno.
La corrupción no es nada más el desvío, robo, uso y abuso de recursos del gobierno en cualquiera de sus niveles y estatus. Se corrompen los individuos, las instituciones, las religiones, los políticos y hasta a las leyes y sus constituciones. Ejemplos hay de sobra.
Las leyes de la #4T… Las Cosas de la Política#FrenteNacionalMX @JJDiazMachuca #video #leyes #ExtinciónDeDominio pic.twitter.com/UwZNMaItu2
— miguel hernandez (@miguelanh) July 29, 2019
Hay corruptos y corruptores, ¿quién es más dañino?, es debatible, el corrupto y el corruptor siempre se dirán honestos e inocentes. La corrupción no es sinónimo de partidos, clase social, cultura o religión, sector poblacional o ideología, la corrupción es personal y en ocasiones grupal.
Hoy vemos cómo se corrompe la ley y una Constitución (estatal o nacional) para atropellar a la democracia o a los ciudadanos y no sólo baste ver el «bonillazo» o lo que en Tabasco ya llaman «ley garrote…»
La más preocupante sería la recién aprobada ley de extinción de dominio, misma que puede ser utilizada de manera corrupta y facciosa por el mismo presidente de la República, gobernadores, presidentes municipales y políticos de todo tipo como una herramienta de coerción, venganza y agresión directa a cualquier ciudadano inclusive.
El señalar y estigmatizar a opositores, adversarios con el adjetivo de corruptos es la ligereza del que es corrupto por omisión y comisión en sus acciones y señalamientos.
El señalar sin actuar bajo el pretexto del borrón y cuenta nueva o promesa de amnistía política es simplemente una justificación de alguien que trae el sentimiento de perdona vidas y queda expuesto como cómplice y corruptor.
Tratar de comprar conciencias y voluntades con el pretexto de la política pública que recae en el populismo demagógico, tiene un nombre y se llama corrupción.
El pretender adueñarse del poder absoluto de todas las instancias y poderes por la vía de la estigmatización y la hoguera pública de la presunción de corrupción al señalar sus miembros ya sean de organismos no gubernamentales, integrantes del poder judicial, del legislativo o a cualquier individuo que no comulgue con quien detenta el poder lo hace corrupto.
¡El debate en contra de los medios o contra quienes expresamos opiniones diferentes (y me refiero a todos, sin distingo de profesión o nivel social, económico y político) nos pone a en la disyuntiva de la calificación y a presunción de quien decide y señala a su antojo, y adjetiviza tratando de marcarte como él prefiere, solo nos da la certeza de que… la corrupción política es el sello de la 4T!
Miguel Ángel Hernández Albarrán