A quienes les gusta analizar palabra por palabra las conferencias mañaneras del Jefe del Ejecutivo, encuentran emocionante interpretar y defender. Además aseguran que AMLO sabe perfectamente a quién dirigir sus mensajes; y en ello, subrayan que se acabó la guerra contra el crimen organizado.
Y quizá aquí en específico sí tengan razón. Ese pronunciamiento no va a la colectividad nacional porque desde la pasarela observamos como continúan los asesinatos a periodistas y políticos. Vamos, son los más notorios, porque el número de atentados a la sociedad civil es impresionante aunque hoy el Gobierno Federal sentencia que no tiene cifras oficiales exactas.
Ningún organismo internacional, incluyendo a la Organización Mundial de la Salud ha confirmado una disminución drástica en el consumo de drogas en México. Estados Unidos tampoco ha realizado un balance positivo en la lucha contra los carteles de la droga, el trasiego de armas y los abusos diarios a migrantes.
El bloqueo de caminos, vías férreas y la toma de casetas de peaje son una constante. He descrito en colaboraciones anteriores como células de huachicoleros no únicamente enfrentan a las Fuerzas Armadas sino que envían mensajes muy directos de que ellos son los que mandan.
Por lo pronto, no hemos escuchado, por ejemplo, ningún apoyo contundente a la comunidad universitaria para frenar de una vez por todas el narcotráfico dentro de Ciudad Universitaria, así como el rescate de varios inmuebles, no sólo el auditorio Justo Sierra, secuestrados por rufianes impunes que hacen de su prepotencia una tarjeta de presentación a los tibios gobernantes.
no se quieren resolver las cosas por la serie de intereses o obscuros y corruptos, vigentes entre quienes son cómplices…»
Aquí no se trata de guerras, ni treguas, ni amnistías, ni mensajes redactados desde una República amorosa o una constitución moral. Se trata de que no se quieren resolver las cosas por la serie de intereses o obscuros y corruptos vigentes entre quienes son cómplices de los delincuentes.
No ha siquiera prosperado un Foro de Paz, ni la propuesta de la Guardia Nacional. No hay colaboración ni entrega en estos temas, incluso han reducido las penas a delitos como el robo en transporte público o a casa habitación.
La ley, hay que practicar la ley. Es necesario cumplir con los códigos y mandamientos legales y eso lo debe dar la exministra Olga Sánchez Cordero. No es posible negociar con los crimínales, ¿con quiénes, a cambio de qué, en dónde, por qué?.
¿Por qué no se nos informa ahora que se han multiplicado el número de secuestros a mujeres afuera de algunas estaciones del Metro, o los insultantes feminicidios?
Pero parece que estas no son prioridades para el Gobierno Federal; porque la moda es presentarse en una plaza pública a pedir que levanten la mano aquellos que se van a portar bien. Y ya con eso, dormimos, todos tranquilos, porque el destrozador de seres humanos ya se convenció luego de la asamblea callejera, que valen más los valores que los disparos. Ingenuidad.
Carlos Ramos Padilla
Periodista y conductor en TV Mexiquense y TVC Meganoticias
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión.
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