El gobierno de Andrés Manuel López Obrador busca reestructurar al Instituto Mexicano del Seguro Social. Para ello llevará a cabo un rediseño de su capital humano.
Se buscará fusionar directivos y tener un mayor control de los recursos. A su vez, busca reducir plazas de confianza en sus oficinas.
El Programa de Rediseño de la Estructura Organizacional (PREO) busca reducir 16% el costo de su nómina en oficinas centrales y 35% en las delegaciones.
El objetivo de todo esto es buscar un ahorro del 25% en el gasto total en empleados de confianza.
Según El Universal quien asegura tener copia del PREO:
El documento detalla que para la elaboración de las propuestas, su costeo y, en su caso, elaboración de propuestas de modificación se aplicaron los siguientes criterios:
Se reduce la contratación de plazas homólogas, se suprimen las coordinaciones de asesores y secretarios particulares; las funciones asignadas a las coordinaciones y enlaces serán ejecutadas por las oficinas de Apoyo de la Gestión.
Además de no financiar plazas de mando de niveles superiores con presupuesto de plazas de otros esquemas de contratación y no crear puestos sin justificación, entre otros.
De esta forma, en las 35 representaciones del Seguro Social en los estados se cancelarían 427 plazas. Pasando de mil 159 a 732 funcionarios. Con lo que se reduciría 36.84% su estructura actual para atender las demandas de los derechohabientes.
Lo que no se ha especificado, es cómo se van a substituir las tareas de programación, control y presupuestación de las funciones que estos empleados venían desarrollando. Pues en la Administración pública actual, no existe un sistema de carrera que garantice que los empleados que se quedarán tengan los conocimientos técnicos necesarios para la administración de las diferentes unidades de atención médica.