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Historias damnificados del sismo del 19 de septiembre 2017Historias damnificados del sismo del 19 de septiembre 2017

Historias del #19S: Damnificados, recuerdos, burocracia y un país solidario

Un día como hoy en el 2017 se sacudió la Ciudad de México y el corazón de muchos mexicanos: 19s.

Diego Godínez y los multifamiliares Tlalpan

Cuando Diego Godínez escuchó la alerta sísmica en los altavoces, el terremoto ya había iniciado; sus sandalias se quedaron atrás a un lado de la sala, abrió la reja, bajó los dos pisos que lo distanciaban de su vida y corría por las escaleras del edificio 1C del Multifamiliar que colapsó el Tlalpan. En esa carrera le ganó a la muerte.

Sabía por sus padres que, en 1985, la Ciudad de México fue un sinónimo de tragedia y que, al menos en los lugares de la capital donde vivieron, eso nunca había pasado. No un terremoto. Solo simulacros. Pero eso lo entendería 32 años después, a sus 24 años cuando no volvería a ver a sus vecinos nunca más.

“Estaba en mi habitación y hubo un momento en el que sentí como si hubieran latigueado una alfombra. Sentí como todo se curveó; se cimbró el suelo. Inmediatamente supe que iba a temblar.»

“Cuando empezó el movimiento, pensé: el edificio no está bien, ‘métele’; logro abrir la reja. Todo el material era de celosía y podías ver. En cuanto abrí la reja empezó a sonar la alerta sísmica y dije: ´por qué hasta ahorita está sonando esta cosa´. Bajé del segundo al primer piso y, justo ahí, me asomo y veo cómo empiezan a caer los pedazos del edificio”, recuerda Godínez García.

Los vecinos ya habían tenido un primer aviso, 12 días antes cuando hubo un temblor de 8.2 grados con epicentro en el Golfo de Tehuantepec, al suroeste de Chiapas. Debía de arreglarse el edificio, juntaron dinero y cooperaron por cada uno de los 40 departamentos que conformaban el complejo 1C. Uno que ahora se está reconstruyendo a más de 600 días del 19S y del que aún no tienen fecha para que las familias que rentaban o los dueños regresen.

Juan Carlos

Volver a las 13:15 del mismo día. Al mismo tiempo, pero a 4.6 kilómetros, Juan Carlos Velázquez remodelaba su departamento en el 3032 de Canal de Miramontes junto a su esposa.

Él no tenía trabajo y días antes habían liquidado a su esposa; ahora querían darle otra mirada a su departamento, pero una oscilación con origen al sureste de Axochiapan, Morelos, en el límite con el estado de Puebla, quebró ese sueño.

“Mi esposa salió mientras estaba con los trabajadores y la mesa del comedor en la entrada. Llega, abre, cierra la puerta y empieza a temblar. Como no hubo aviso pensamos que se pasaría, dejamos que empezara de nuevo hasta que tronaron los mosaicos de la cocina.

“Ella abrió la puerta y ésta la jaló del movimiento. Le dije que la dejara y saliera, pero si se cerraba, todos nos quedábamos atrapados. Jalamos la mesa, la tiramos y salimos corriendo; abrió la reja y nos apuramos”, recuerda Juan Carlos Velázquez.

Pasaron más de ocho horas para entender lo que había ocurrido; los pensamientos ensimismados para seguir con su familia no lo dejaron percatarse que, justo en la calle de atrás, había colapsado un edificio. Sin embargo, la pregunta comenzaba a vislumbrarse luego del terror: ¿qué va a pasar con nosotros?

Diego y su Cruco

Diego trabaja en una panadería-café llamada Cruco, ubicada a espaldas del Multifamiliar, en Cerro del Peñón 133. Y volvió a celebrar dos cumpleaños; se alejó de la Ciudad de México por tres meses -desde el septiembre que marcó el empezar de cero para su familia hasta diciembre de 2017- y regresó a montar las canciones infantiles.

Dice : “este es mi Cruco” y suspira. Aunque recibieron toda la ayuda necesaria, nunca sintió que esa era su ropa, o sus cosas. La palabra acogedor se quedó en el fondo de los escombros del 1C que ahora intentan reconstruir.

“Yo vivía a lado de los dos niñitos que no salieron. Una niña y un niño. En el simulacro nadie más que yo salió y se me hizo normal. Ni la pensé. En el segundo piso habíamos seis personas y fui el único que salió vivo de seis vecinos”

“Tuve esos pequeños segundos de ventaja; después de investigar encontré en un video y conté el tiempo: 20 segundos de que comenzó el temblor y cayó el edificio. ¿Cómo logré hacerlo en 20 segundos? Aún no lo sé”, explica mientras atiende a dos clientes que compran pan por la tarde.

A dos años, ¿qué sigue?: Diego y Pablo

Para ese momento, Diego y Pablo estaban arropados por el México de la solidaridad, uno que enfatizó la ayuda por más de tres meses, desde otros países y colonias en la capital, pero que se agotaría como una vela que intenta iluminar toda una casa.

A casi dos años del 19S, el gobierno decidió remodelar los inmuebles que componían el Multifamiliar de Tlalpan, así como reconstruir el inmueble que se cayó, donde vivían Diego y su madre, pero que, de acuerdo con los expertos, esto sólo es una cirugía.

Después del temblor, buscaron otras partes dónde vivir porque el primero rentaba junto a su madre y el segundo hacía 20 años que había pagado ese inmueble como parte de un crédito que solicitó cuando se casó. La vida giró, fue muy fácil olvidarse de lo que conlleva a los vecinos a una reconstrucción dividida.

Temblar, estremecimiento, conmoción, sacudida, trepidación, agitación, meneo, traqueteo, temor, vibración, oscilación, palpitación, temblor.

El temblor es aquello que mueve personas, montones y ciudades, mismo que mueve naciones y países, mueve sentimientos faltantes, ayuda imaginaria y deseos buenos por los otros se vuelven realidad a su llegada.

Ser damnificado hoy: Juan Carlos Velázquez

Juan Carlos está parado frente a la entrada del Toks ubicado frente a su edificio Miramontes y Calzada del Hueso. Trae boina negra, cabello canoso largo y recogido, lentes y una playera blanca fresca. Cruza con confianza la avenida repleta de autos y vendedores ambulantes para llegar a las rejas de su edificio. Camiones, autos, martillazos, picos y palas son los sonidos que acompañan su voz.

Nos acercamos afuera del edificio en el que vive desde 1995 y que ahora, está en espera de reconstrucción.

Esas no son columnas, son castillos anchos, menciona al señalar desde las rejas, los colores y restos del edificio. “En lugar de que fueran columnas son castillos y por eso fue que se dañaron. El proyecto no siguió como debió haberse seguido porque en lugar de meter 20 departamentos metieron 24. Las varillas y los castillos no estaban hechos adecuadamente.”

José Carlos explica que a partir de esos datos él y sus vecinos se dieron cuenta de la razón por la que su edificio terminó tan dañado después del sismo del 19 de septiembre de 2017. A dos años del suceso, siguen esperando la reconstrucción de su edificio. Prometieron muchas cosas. Tuve discusiones con antiguo delegado de Coyoacán (Mauricio Toledo) porque quería adueñarse de los edificios, quería entrar sin que los dueños entraran a ver lo que estaban haciendo.

“No, si no vas a dejarnos pasar entonces no revises el edificio”. José Carlos llegó a vivir a Miramontes 3032 en marzo de 1995 después de casarse con su esposa, su hija Andrea nació un año después y creció ahí, menciona el padre. El mío, el nuestro es el 3032.

“Ahí está la carpa que al final de cuentas los delincuentes estuvieron saqueándola en las noches. Tuvimos cuarto carpas, de las cuales solo quedan dos: una incompleta y la nuestra que sigue en pie porque nosotros seguimos viniendo. En las noches tenemos un muchacho que contratamos y se queda a vigilar, hacíamos guardias nocturnas y los 24 departamentos nos turnábamos las noches, pero como fue avanzando el tiempo la gente tenía que empezar a trabajar, tuvieron que irse a rentar muy lejos y ya no podían venir.

“Después del impacto los vecinos y José Carlos pusieron sus carpas en el actual estacionamiento de la Comercial Mexicana hasta que a principios de diciembre del 2017 la comer les pidió que desalojaran el espacio. “Discúlpenme, ya no puedo aguantar más entonces, sálganse “nos dijeron. Él y sus vecinos salieron a la banqueta de la misma acera y debido al polvo de construcción del drenaje llevaron las carpas debajo de sus edificios.”

“Por suerte, nosotros tuvimos la fortuna de tener familiares viviendo fuera de nuestras mismas unidades. En el Multifamiliar de Tlalpan todas las familias estaban dentro de la unidad, si no estaba una, estaba en otra y otro edificio.

El que los campamentos sigan ahí porque seguimos luchando, yo formo parte de Damnificados Unidos, no muy activo porque tengo que estar acá y me fui a vivir a casa de mis suegros.”

Los damnificados del edificio ubicado en Miramontes 3032 crearon una página de Facebook y Twitter “Damnificados Sismo 19s Miramontes 3032 CDMX” bajó la descripción “Necesitamos ayuda internacional para que los recursos donados por los países hermanos lleguen a nosotros realmente e iniciar la reconstrucción. Somos 24 familias en situación de abandono en este edificio y cerca de 140 en toda la cuadra.”

Los habitantes alimentaron la cuenta a partir de fotos sobre la demolición del edificio aledaño y fotografías sobre los daños al interior y exterior del edificio.

“Con la lucha y la presión continua de Damnificados Unidos que se creó gracias al multifamiliar de Tlalpan se hizo muy grande la lucha. Gracias a esa presión, los gobiernos voltearon a vernos; no nos han hecho mucho caso, hemos conseguido que se nos dé la oportunidad de que nos ofrezcan algo y lo podamos vigilar que se hagan las cosas.»

Los damnificados tienen nuevos retos: verificar que sus edificios estén bien construidos y que no se caigan.

“Ahorita hemos tenido problemas porque parece que no se están haciendo bien las cosas en el multifamiliar y en rincón del sur, que ya entregaron edificios. Faltan muebles de baño, el drenaje está mal hecho, las ventanas están mal puestas hay muchas cosas que no están terminadas y como no hay quien los vigile. El gobierno debió mandar inspectores de construcción, no los manda y no hay quien cheque que las empresas y las constructoras están haciendo lo pactado.”

 

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Redacción Katia M. Briseño, dlpoder.

Twitter @KaatBryss

 

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