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Gabinete de Sheinbaum, ¿más de lo mismo que tuvo AMLO?

Ante el triunfo de Claudia Sheinbaum como jefa de gobierno, se comienza a rumorar quienes integrarían su equipo de trabajo.  En verdad preocupa y mucho que se mencione el nombre de Asa Cristina Laurell, quien fue Secretaria de Salud en la administración de AMLO con pésimos resultados. Lo que nos hace recordar aquello de “quien no conoce su historia, está condenado a repetirla”. Y si la virtual jefa de gobierno la incluye en su gabinete será un grave error que lo pagarán desafortunadamente los habitantes de la Ciudad de México.

Es importante recordar parte de su “destacada” labor como secretaria de salud de la señora Asa Cristina Laurell.

Por instrucciones de AMLO como jefe de gobierno, el seguro popular, que se aplicaba en beneficio de la población en 31 estados del país, la Ciudad de México era la única en donde no lo estaba. Afirmaba que no se requería porque en la ciudad todos tenían derecho a medicinas y atención médica gratis. Pero como es su natural forma de ser, después cambió su decisión dado que le causó severas críticas y terminó aplicándolo, aunque, insistía que el servicio fuera gratuito, no entendía que el 94% de los beneficiados no lo pagaban. El seguro popular por parte del gobierno federal proporciona atención médica y medicamentos a quienes no cuenten con ello registrándose y pagando una cuota anual, si rebasan los dos salarios mínimos de ingreso, si es menos de dos salarios, no pagan nada y estaban asegurados junto con su familia.

Pero retomemos como fue atención a la salud en la ciudad de México con Asa Cristina Laurel: La CDHDF recibió de enero a noviembre del 2004, 626 quejas contra autoridades de la Secretaría de Salud capitalina, era la cuarta dependencia más señalada por los ciudadanos, debido a la pésima atención en hospitales. De 2002 a 2003 registró un aumento de 26% en las quejas y en 2004 se reportó un alza de 42.5% respecto al año anterior. Existiendo falta de medicamentos y de personal para que esa dependencia operara de acuerdo con las necesidades de los habitantes, quienes muchas veces no fueron atendidos de forma adecuada, a pesar de las denuncias interpuestas.

Por otra parte, debido a las obras de remodelación del Hospital Pediátrico Azcapotzalco, los médicos dejaron de dar consulta general a los niños y sólo los atendían en caso de emergencia. Para recibir consulta, tenían que acudir al centro de salud más cercano, y en algunos casos no eran recibidos a pesar de permanecer por casi una hora formados para obtener una ficha en el pediátrico, porque no eran emergencias, sumándose a ello que no eran suficientes los aparatos y el instrumental médico, dado que no contaban ni con incubadoras.

Y qué decir de los trabajadores del Hospital Pediátrico Legaría quienes tuvieron que vender tacos de guisado en el área de espera para recaudar fondos y comprar botes de leche en polvo, que el Gobierno del Distrito Federal no había abastecido desde hacía varios meses. ¿Sería acaso porque los niños no votan?

Asimismo en los hospitales del GDF se cobraba la consulta, medicamentos y muchos de los equipos no funcionaban como los respiradores artificiales. En su cuarto informe Asa Cristina Laurell, secretaria de Salud, ante la ALDF, señaló que el 41.5% de los que se atendían debían pagar consulta externa, el 50.6% servicios como Rayos X y el 23.7% estudios de laboratorio. Y preocupaba que en el sistema de salud del GDF, la mitad de sus hospitales tuvieran equipos con antigüedad entre 15 y 40 años. Que Había un desabasto de medicinas del 30%, los acompañantes de los pacientes debían buscar los medicamentos en farmacias particulares, Hubo casos, como el de una mujer que tuvo que dar a luz en el suelo del baño del Hospital de Iztapalapa, porque llevaba dos horas esperando a que la atendieran.

Los tabuladores publicados en la Gaceta Oficial indicaban cuotas desde los 35 hasta los 626 pesos por un parto, hasta los 908 pesos por una cesárea. Dependiendo del nivel socioeconómico que el paciente tuviera.

Las carencias no sólo se daban dentro de los hospitales. Las ambulancias, tampoco contaban con medicamentos suficientes ni con aparatos para atender casos que ameritaran traslado. Llegándose al extremo que para inmovilizar el cuello de un accidentado debieron utilizar pedazos de cartón o madera.

Está crítica situación se vivía, sin que a AMLO le importara que con la salud no se jugaba porque estaba en riesgo la vida, la vida del alrededor de 4 millones de ciudadanos que asistían a los hospitales de gobierno de la ciudad y que son de los más pobres, que no cuentan con ningún servicio de salud, sin poder muchos de ellos pagar las cuotas que cobraban. Mintiéndoles afirmando que eran los más importantes para su gobierno.

Asimismo, sólo en el 2004 más de 20 parturientas, algunas inclusive con la fuente rota, tuvieron que peregrinar en 4 o 5 hospitales del GDF y no fueron atendidas. El desabasto de medicamentos, material quirúrgico y falta de personal, es cosa de todos los días.

Posteriormente a la salida de AMLO del gobierno de la ciudad para ser candidato a la Presidencia de la República, las cosas no cambiaron. Alejandro Encinas jefe sustituto de gobierno afirmaba que se atendían y daban medicamentos gratuitos a 740 mil familias que sumaban alrededor de 3 millones de personas. Pero cómo creerle si se denunciaba que la Secretaría de Salud no compró 18 mil vacunas contra el neumococo para el mismo número de niños capitalinos de escasos recursos, a pesar de contar con 3 mil millones de pesos, para tal efecto. Esto lo denunció el secretario de la Comisión de Salud y Asistencia Social de la ALDF, Juan Antonio Arévalo, señalando que el neumococo es la primera causa de muerte en los niños no sólo en la capital sino en el mundo. Pero Alejandro Encinas afirmaba en la ALDF que la aplicación de la vacuna iniciaría en octubre de ese año.

Tampoco se había realizado ninguna campaña que informara a la población del programa de vacunación, por lo tanto se desconocía cuándo iniciaría su aplicación a los niños de escasos recursos de nivel preescolar que eran 290 mil.

El neumococo es una bacteria que puede causar infecciones muy graves como la meningitis que afecta el cerebro, también provoca circulación de bacterias en la sangre, pulmonía, sinusitis y la otitis media que afecta los oídos. El neumococo ocasiona cada año 1500 casos de meningitis, 3 millones de casos de otitis media y es el responsable del 70% de las neumonías. Y junto con la influenza, eran en el país la tercera causa de muerte infantil.

Ante este gran peligro para la niñez no le importaba ni al jefe de gobierno sustituto Encinas, ni a la secretaria de Salud Asa Cristina Laurell, dado que después de la denuncia, la Secretaría de Salud admitió que no adquirió la vacuna antineumocóccica heptavalente, pero sí la polivalente, la cual defendió porque es más barata y a su juicio mejor, indicó que adquirió 29 mil dosis de vacuna antineumocóccica. La gran duda, ¿fue cierto?. ¿Por qué no lo informaron, por qué esperar hasta que se denunció?

Completando el cuadro, a la titular de salud se le citó en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para que informara sobre la donación de 50 mil preservativos al PRD, etiquetados para promover la defensa de AMLO ante el desafuero, cuando en las diferentes clínicas y centros de salud de la Ciudad había desabasto de preservativos. Esta campaña de apoyo fue negada por AMLO, a pesar de que cuando se lo cuestionaron, tenía uno en la mano.

Todo lo anterior es sólo parte de los pésimos resultados de Asa Cristina Laurell como secretaria de Salud. Es por ello que preocupa y mucho que Claudia Sheinbaum la contemple para su gabinete. ¿O será ese el cambio que prometió Morena?

Carlos Aguila Franco

@CarlosAguilaFra

Periodista y analista político desde 1984, egresado de la UNAM. Experto en comunicación social y campañas políticas. Ha colaborado con medios y diarios como el Diario de los Ángeles (EEUU), ABC Radio, Ruiz-Healy Times, entre otros. Funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Conasupo, Segob, PGJDF, DDF, Gobierno del Estado de Sonora, Municipio de Tlalnepantla. Exsecretario técnico de la Comisión de Asuntos Electorales en la LVII Legislatura del Estado de México (2009 a 2012). Autor de los libros: “La realidad de los partidos políticos” (1995), “La ciudad que entró en caos” (1998), “La ciudad de México en caos y desesperanza ¿Un mentiroso a la presidencia?” (2006), “Diez años de caos y corrupción en la CDMX (2008).”

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