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Foquitos navideños: Acapulco sin esperanza | Las cosas de la política con Miguel Ángel Hernández

«Acapulco tendrá mejor Navidad porque ya vi foquitos en casas: AMLO». Tras esta declaración podemos decir que lo que López Obrador quiso decir es que de acuerdo a los foquitos navideños, la cantidad de los mismos es proporcional a la felicidad de los acapulqueños que adornaron (ya sea por ánimo o tradición) sus casas y recalcó que esa iluminación la vio desde el aire (reafirmando que carece de interés en recorrer personalmente Acapulco), una forma muy «sui generis» de AMLO para declarar formalmente el inicio de la temporada navideña para los acapulqueños. 

Sin el ánimo de ser pesimista, la realidad es que a diferencia de otros años el ánimo social, contrasta con lo emocional de las festividades navideñas, persiste el desánimo e incertidumbre post Otis, podemos decir que existe un estrés post traumatico generalizado entre todos los habitantes de Acapulco, medir el grado de ello ya es cuestión de los estudiosos de la psicología y hasta de sociólogos, ¿a cuáles foquitos se refiere Andrés Manuel?

¿Cuál Navidad ve (claro que es «su navidad» como sus otros datos)? de entrada cuantas casas están adornadas, cuantas luces navideñas están en encendidas, hay pinitos en dos o tres edificios, alguno tradicional, otro que era referente no lo está y me refiero al de la torre repetidora de Televisa en el cerro por los rumbos de la colonia 20 de noviembre, icono de la navidad en Acapulco. 

Las luces multicolores deben de ser sinónimo de alegría, de festejo y de la temporada decembrina, esferas, adornos, nacimientos son parte de esperar pasar una noche buena en familia y en paz, muchas familias dejaran de lado la cena por la falta de algún familiar, ya sea desaparecido o que se ausenta por no tener condiciones de habitabilidad de su casa o por emigrar para buscar trabajo en otro lado, sin contar a los fallecidos «oficiales» los cuales serán parte de las ausencias reales,  esas luces no alumbraran a muchas familias. 

Los últimos acontecimientos que se han dado en Acapulco, con el cierre de hoteles, restaurantes (fuentes de trabajo), dan otra razón de poco festejo, a esto hay que agregarle la realidad del largo tiempo de la recuperación y reconstrucción de Acapulco, más lo incierto de la reactivación económica a corto, mediano y largo plazo, nos lleva a buscar la luz que nos dé seguridad en el camino que se habrá de recorrer, otro hecho que nos pone en el sentimiento de ser muy vulnerables tras el huracán, viene a ser lo relativo a la violencia y la impunidad de la criminalidad que se vive en Acapulco

Con dos ejemplos tenemos para ver nuestra realidad la desaparición de una joven, la cual apareció desgraciadamente sin vida por Puebla (Izucar de Matamoros) un feminicidio más a la cuenta de los miles que se dan en México y el artero asesinato de Ricardo Taja de manera pública en una pozolería por la zona diamante, calificar estos hechos como degradación social o política solo nos lleva a decir y pensar que las luces que vio López Obrador desde el aire son del color de la violencia, rojos, rojo sangre y no multicolores ni de celebración como lo serían los… «Foquitos Navideños» 

Miguel Ángel Hernández Albarrán

Twitter: @miguelanh

Opinador e irreverente de la política Guerrero y guerrense de corazón

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