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El gen de la corrupción

La corrupción en México

La corrupción es un cáncer que ha carcomido la vida institucional de México. Situación nada halagadora que ubica al país en la posición 138 de 180 dentro del Índice de Percepción de la Corrupción 2018 (IPC2018) divulgado esta semana por Transparencia Internacional.

Problemas graves de gobernabilidad, así como menores niveles de ingreso y desarrollo humano, son indicadores que alejan a México de las naciones consideradas como las menos corruptas del planeta: Dinamarca (1), Nueva Zelanda (2) y Finlandia (3).

Para remediar este escenario las recomendaciones de las organizaciones no gubernamentales son claras, aunque no tan fáciles de llevar a cabo. Porque si bien sería una falsedad aceptar que el ciudadano mexicano es corrupto por naturaleza, no lo es decir que la corrupción ha encontrado tierra firme en un sistema de prebendas enraizado hasta el tuétano en todos los estratos de la sociedad mexicana.

“Si no lo hago yo, alguien más lo va a hacer”, “le doy su propina para pasar más rápido”, “¿cómo le hacemos para acelerar el trámite?”, “te aseguramos el contrato pero tienes que darnos un porcentaje”, “le subimos el precio y de ahí repartimos”, son frases comunes con las que se normalizan los arreglos para disfrutar de bienes, ganar dinero u obtener ingresos de manera ilegal.

Los retos

Ejemplos hay muchos, soluciones son las que faltan. Primero: consolidar el Sistema Nacional Anticorrupción, pasando de la etapa de nombramientos a generar los primeros resultados. Tema en el que la sombra de un fiscal carnal apersonado en Alejandro Gertz Manero, será un lastre que desacredite per se el trabajo de la que debiera ser una de las instituciones con mayor credibilidad.

Otro reto es corregir las acciones preventivas que no logren resultados medibles y orientar la política anticorrupción hacia la sanción y la recuperación de activos. Que no es otra cosa que asegurar que quienes cometan actos de corrupción paguen ante la justicia y que el dinero, casas y empresas mal habidas puedan ser recuperadas de manera efectiva, sin olvidar la reparación del daño a las víctimas.

¿Qué más se puede y debe hacer? Desmantelar las redes de corrupción que operan a nivel nacional y que gozan de protección política en los diferentes órdenes de gobierno. Porque la batalla contra este flagelo social no se gana sólo con declaraciones, por muy estridentes que estas sean.

Mantener un esfuerzo continuo y sistemático en la política anticorrupción es una tarea de todos los días, ya lo han señalado ONG´s y grupos académicos. Porque sin una política efectiva en todo el territorio, los escándalos de los que la sociedad mexicana ha sido testigo por décadas seguirán sucediendo, y México se mantendrá en esta lamentable posición.

Entre telones…

La canasta básica pasa de 23 a 40 productos, se suman comestibles de primera necesidad, de limpieza e higiene personal, así como bienes complementarios como pilas, que de acuerdo con las autoridades resultan de gran utilidad en casos de emergencias naturales y de apoyo en materia de protección civil.

Llama la atención la incorporación de la leche Liconsa en Tetra Brick que estará disponible en las 27 mil tiendas comunitarias de Diconsa. Ya de paso deberían descontinuar la venta de las dañinas sopas instantáneas y cigarrillos en estos establecimientos operados por el gobierno y que se ubican en los municipios mexicanos con mayor marginalidad.

Miguel Ángel Sosa

Periodista y asesor en comunicación política.

Twitter: @Mik3_Sosa


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