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El fenómeno de la AMLOFobia

Hace un par de días, el académico Jaime Pérez Dávila de la Universidad Nacional Autónoma de México publicó los resultados en torno a una investigación que coordinó en las instalaciones de la FES Acatlán, alertando sobre los fenómenos de la AMLOFobia, a la que califica como una intolerancia a las ideas del candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia” a la Presidencia de la República. De acuerdo al mismo investigador, el objetivo era prevenir una inminente polarización de la ciudadanía mexicana tras la controversial elección del próximo 1ro de julio, independientemente del resultado. Incluso, sugiere la creación de un “Intolerómetro”, que mediría el nivel de rechazo hacia el tabasqueño por parte de sus detractores.

Personalmente, me parece muy curioso el surgimiento de este fenómeno, pues no veo una respuesta tan radical por parte de los ciudadanos hacia cualquiera de los otros candidatos pues, aunque Anaya, Meade y El “Bronco” cuentan con altos niveles de detractores, no hay un movimiento evasivo tan distintivo como con el abanderado de MORENA. Sin embargo, encuentro argumentos suficientes que respaldan esta incertidumbre social, pues Andrés Manuel representa, desde el punto de vista de quien escribe estas líneas, un cúmulo de ambivalencias y yuxtaposiciones en su persona y su proyecto de nación que detonan cuestionamientos varios y exponenciales.

Inicialmente, nos podemos referir al historial político del tabasqueño, quien cuenta con una militancia previa en el Partido Revolucionario Institucional, donde participó en importantes decisiones de Gobierno, como el sonado “Pacto Ribereño”, considerado un movimiento de politización al sector campesino. Cabe destacar además que, como señaló durante el Segundo Debate su adversario de la coalición “Por México al Frente”, Ricardo Anaya, Andrés Manuel pertenecía al Comité Ejecutivo Nacional del Partido cuando se llevaron a cabo las elecciones Presidenciales de 1988, otorgándole la victoria a Carlos Salinas de Gortari, a quien hoy acusa de prescindir la famosa “Mafia del Poder”. Dicha información fue respaldada por el sitio “Verificado2018”. Posteriormente militó en el Partido de la Revolución Democrática, donde fungió como Jefe de Gobierno del Distrito Federal del 2000 al 2005, teniendo la segunda administración más violenta en la historia del cargo y llegó a tener, incluso, un juicio de desafuero en su último año de mandato. Contendió posteriormente, por la Presidencia en 2006 y 2012. Es prioritario recordar el famoso plantón en Reforma que Obrador llevó a cabo tras su derrota ante Calderón, donde dificultó severamente la vialidad, los comercios aledaños a la zona y, además, dejó una deuda al PRD por 250 millones de pesos que se duplicó con el paso de los años.

Otra de las razones que ha fomentado la AMLOFobia es la cuestionable imagen de quienes representan al Movimiento de Regeneración Nacional en este proceso electoral. Si bien José Antonio Meade hizo alusión al sospechoso caso penal de la ex comandante policial Nestora Salgado, la polémica lista de personajes es muchísimo más extensa. Napoleón Gómez Urrutia, líder del sindicato de mineros, acusado de desviar 55 millones de dólares de los trabajadores tras la explosión de la Mina 8 de Pasta de Conchos que, dicho sea de paso, cobró la vida de 65 personas. Hoy, vive como refugiado político en Canadá, incapaz de pisar territorio mexicano a menos que lograra conseguir fuero, que es justo lo que sucedería si entra el Senado por la vía plurinominal, en caso de la victoria de Andrés Manuel.

Podemos también mencionar que en la campaña del morenista laboran personajes como Manuel Bartlett, quien fuera responsable de la caída del sistema en el aparente fraude electoral del 88. También encontramos a Lino Korrodi, señalado como el principal operador financiero de los “Amigos de Fox”, quienes financiaban ilícitamente la campaña del entonces candidato Vicente Fox Quesada. Resuena también Marcelo Ebrard, ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal y uno de los señalados más destacados en el escándalo de la línea #12 del metro. Fausto Vallejo, ex Gobernador de Michoacán, acusado múltiples veces de corrupción y enriquecimiento ilícito. René Fujiwara, ex militante de Nueva Alianza, quien es nieto de la maestra Elba Esther y uno de los vínculos principales del candidato con la CNTE, quienes han causado gran cantidad de estragos nacionalmente, incluidas sus recientes e infundadas manifestaciones en la Ciudad de México. Aunque suene irónico, hasta la propia Presidenta de MORENA, Yeidckol Polevnski, ha estado señalada por desvío de recursos para la campaña de su jefe, en complicidad con el propio hijo del candidato.

Otro fundamento sustentable para la AMLOFobia se refiere a las ilusas y populistas ideas de López Obrador. Una amnistía inentendible e injustificada que cambia su explicación en cada discurso del candidato. Una pensión a jóvenes desempleados o a adultos mayores que no logra explicar el provenir del recurso económico. La promesa de venta de un avión Presidencial que aún no le pertenece. La construcción de seis refinerías que, para la fecha de su finalización, serán poco necesarias, pero representan un costo mayúsculo. Prometer no cuesta, me queda más que claro.

El populismo demagógico de Andrés Manuel López Obrador es un factor determinante en este fenómeno. Si bien ha sabido hacer una campaña memorable, “Ya sabes quién” representa de manera precisa una fachada de revolucionario guadalupano (Otra incongruencia, por cierto, pues el señor se afirma cristiano) con ideas Juaristas (Que, vale la pena precisar, se contraponen con las ideas “Guadalupanas”) pero esconde una opresión casi dictatorial, un hambre de poder enfermiza y un pensamiento que no recuerda a Cárdenas o Juárez como él alardea, sino a las desesperadas promesas de Luis Echeverría; además de un ideal populista que innegablemente es objeto de comparación a nivel internacional con Castro, Chávez, Morales y, más radicalmente, Maduro.

Coincido plenamente con el investigador Jaime Pérez Dávila en que nada justifica la violencia en la contienda, ni a favor ni en contra de López Obrador, en ninguna de sus modalidades. No obstante, creo que el fenómeno de la AMLOFobia es inminente, tiene un crecimiento acelerado y hay pruebas contundentes que lo respaldan.

Hoy, con base en estos argumentos, en evidencia estadística, memoria histórica y análisis de la campaña de Andrés Manuel López Obrador, puedo afirmar, con toda seguridad, que la AMLOFobia existe… Yo la padezco.

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Carlos Sagaón

Twitter: @SagaonCarlos

Instagram: @carlossagaonruiz

Estudiante de la Facultad de Comunicación en la Universidad Anáhuac, con especialidad en Periodismo. Popular escritor en la plataforma Wattpad. En su blog «Política Entre Jóvenes» se tratan diversos temas de carácter nacional e internacional.

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