En el ámbito educativo, es fundamental tener en cuenta que el aprendizaje va más allá de simplemente adquirir conocimientos académicos, para lograrlo los alumnos también requieren de un acompañamiento emocional adecuado para su desarrollo integral, práctica que busca brindar apoyo y orientación a las y los estudiantes en su proceso de aprendizaje y crecimiento personal, y a esta estrategia se le ha dado el nombre de “Acompañamiento Educativo Emocional”.
Fundamentalmente es un enfoque pedagógico que tiene como objetivo principal fortalecer las competencias emocionales de los estudiantes, promoviendo su bienestar psicológico, para poder así construir un ambiente propicio para el aprendizaje. Esta práctica se centra en el apoyo y guía emocional, mediante la escucha activa, la empatía y el desarrollo de habilidades socioemocionales. De este modo, el Acompañamiento Educativo Emocional facilita y promueve algunos beneficios a los estudiantes, entre los que podríamos mencionar:
- Una mejora del rendimiento académico, debido a que cuando los alumnos se perciben apoyados, principalmente en la parte emocional, tienden a mostrar una mayor disposición para aprender y escuchar, lo que, a su vez, propiciará un mejor rendimiento académico.
- Desarrollo de habilidades socioemocionales, trabajar las habilidades blandas favorece que las y los estudiantes aprendan a reconocer, comprender y regular sus propias emociones, por lo tanto, también serán capaces de desarrollar empatía, habilidades de comunicación efectiva y resolución de conflictos.
- Prevención y manejo del estrés. Es importante tener presente que el estrés se ha convertido lamentablemente, en una condición común entre los estudiantes, debido principalmente a que deben de enfrentan diversas presiones y desafíos durante su trayectoria educativa, por lo tanto, el acompañamiento emocional les proporciona herramientas para identificar y manejar el estrés, lo que redundará en un beneficio a la salud mental.
- Fortalecimiento de la autoestima. Si se considera las edades de los estudiantes y sus etapas de maduración, saber que cuentan con una red de apoyo emocional favorece la construcción de una imagen positiva de sí mismos, que se reflejará a su vez en autoconfianza, motivación para enfrentar nuevos retos y así desarrollar y fortalecer su inteligencia emocional.
Pero, y ¿cómo ponerlo en práctica en los centros escolares?
El eje principal es una relación basada en la confianza entre las y los estudiantes y sus profesoras y profesores, quienes en esta estrategia se convierten en las personas más importantes para brindar el apoyo emocional. Desde luego existen algunos mecanismos que pueden orientar a las y los docentes para brindar el Acompañamiento Educativo Emocional, como:
- Escucha activa (active listening), es la práctica de escuchar para comprender lo que alguien está diciendo, significa escuchar activamente y con plena conciencia e interés en lo que la persona o personas que tenemos delante nos está transmitiendo. Mostrarle al alumno ese interés por lo que desea comunicar, hará una diferencia relevante, que lo impulsará a sentirse aceptado, atendido e importante.
- Orientación individualizada, implica realizar un trabajo personalizado con cada alumno, identificando sus necesidades emocionales y estableciendo metas y estrategias específicas para su desarrollo.
- Talleres y actividades grupales, para promover el trabajo en equipo, la empatía y la comunicación efectiva, fomentando así la construcción de relaciones saludables entre los estudiantes.
- Colaboración con las familias, el trabajo de acompañamiento educativo emocional, se extiende más allá del ambiente escolar, para ver resultados perdurables y significativos, es indispensable la participación de los padres de familia o tutores.
El acompañamiento educativo emocional no solo se limita al ámbito escolar, sino que también implica la participación de los padres o tutores, para asegurar una atención integral al estudiante.
Si bien el plan de acompañamiento emocional brinda a los docenes la oportunidad de realizar una asistencia y tutoría a los estudiantes desde la empatía y el diálogo, las y los alumnos también descubren un abanico de oportunidades para consolidar un desarrollo madurativo y de mayor crecimiento personal, se requiere de algunos procesos o fases a implementar:
- Análisis de necesidades
- Planificación según el contexto educativo y social donde se encuentra la escuela
- Objetivos a lograr
- Agentes participantes
- Puesta en marcha y valoración de los objetivos
El plan de acompañamiento educativo emocional requerirá ajustarse a las necesidades del centro educativo, dependiendo de los niveles educativos con los que se cuente.
La exitosa implementación de un plan de acompañamiento educativo emocional permitirá a las y los alumnos tener un buen conocimiento de ellos mismos, para así conocer no solo las dificultades que se puedan enfrentar y resolverlas, sino también reconocer las propias virtudes, habilidades y fortalezas. Aprenderán a entender a quienes los rodean, abonando también al desarrollo de la autoestima, por lo que se necesita cuidar que el entorno promueva el sentido de amor y respeto.
El trabajo emocional integral conjuntamente casa y escuela, generará autonomía, seguridad y confianza en cada uno de las y los estudiantes.

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