El 17 de Octubre de 2019 será una fecha muy recordada, una fecha que divide de manera tajante el antes y después de AMLO y su 4T, una fecha de errores e ineptitud, una fecha de culpas y culpables, de retórica cuasi cristiana y de filosofía «humanista».
Cada quien tiene su propia visión de lo sucedido en Culiacán, cada quien tiene su versión, su disculpa, su culpa y «sus culpables» tanto políticos, como ejecutivos (operativos) y obviamente del gabinete de seguridad. Sí bien Andrés Manuel asumió la responsabilidad, la realidad los está rebasando y es seguro que habrá de evaluar sus daños personales y buscará cómo recomponer su imagen a costa de alguno de sus funcionarios, esto pasará en tiempo y forma distractora y a oportunidad.
El 17 de Octubre la 4T se pasmó, reaccionó tarde, el narco y los opositores les ganaron las redes, al reaccionar se vino la oleada de usuarios o granjas de nota a buscar establecer los hashtags de apoyo a AMLO y empezaron a salir a cuadro notables de Morena (tal vez no muy convencidos).
Se tardaron en el script de defensa y sobretodo de justificación, al final de cuentas creen haber logrado su control de daños a tiempo y de manera efectiva (al menos así lo piensan como alimento al ego y la soberbia propia) aunque todavía no es medible la realidad del daño a la imagen del presidente y su administración.
Cada quien tiene su propia #Opinion… Las Cosas de la Política#Culiacan #AmloFracasoPresidencial#FrenteNacionalMX @JJDiazMachuca #video pic.twitter.com/X4CXvrEbWa
— miguel hernandez (@miguelanh) October 21, 2019
Editorialistas, medios, políticos, analistas, organizaciones y gente de redes sociales, emitieron sus opiniones, visiones y posturas ante el hecho, lo que provocó una declaración de Yeidckol Polensky en la dio a entender que ya sólo hay dos clases de mexicanos los de «ultraderecha» y los «Lopezobradoristas » y fue más allá a decir que nadie tiene derecho a opinar (diferente), como si la verdad absoluta sólo fuera de su líder y agregó la frase que al parecer era la línea discursiva principal del script de defensa y resaltó lo del presidente (López Obrador) humanista.
Queda claro que en principio el fallido operativo de las fuerzas de seguridad es una derrota para el Estado Mexicano, las razones son muchas, cada quien tiene su versión propia, la fuerza de fuego y estrategia demostrada por el narco es muy preocupante ante la improvisación e ineptitud de los responsables de dicho operativo, los corridos y videos después del hecho demuestran quien se siente ganador y podríamos rematar con la frase «somos de Ovidio» que circula en un video en las redes sociales, como firma demostrando quién es quién en Culiacán Sinaloa.
#AMLO respalda la decisión por no capturar a #OvidioGuzman. En sus palabras, dice que la decisión se tomó para «preservar la vida de las personas.» pic.twitter.com/1iMlOh941h
— dlpoder (@dlpoder) October 18, 2019
López Obrador puso en juego su imagen de honestidad y moralidad al grado de exclamar y afirmar que tiene tranquilidad espiritual (¿soberbia o inestabilidad emocional?) y fiel a su costumbre culpa de esta circunstancia al pasado y a los conservadores, incluyendo a medios de comunicación, aunque ahora el análisis de los medios viene principalmente de los informativos internacionales, fue nota mundial y con un común denominador «la derrota del Estado».
Hay quienes dice que este hecho será el Ayotzinapa de AMLO, otros que es parte de la ineptitud y sobretodo del desmantelamiento de las instancias de seguridad e inteligencia, hay quienes buscarán distractores y evocar a la corta memoria, lo, que sí es real es que este hecho empodera más al narco y a la criminalidad en todo su contexto y de seguir los mensajes equivocados se comprobará la abdicación del Estado como garante de la ley, la gobernaba y la gobernabilidad, hasta el momento queda claro que… CADA QUIÉN TIENE SU PROPIA OPINIÓN
PD: los efectos de esta derrota (o como le quieran llamar) los empezaremos a ver y a sufrir de diferentes formas, el Gobierno de la 4T no garantiza estabilidad y seguridad a los mexicanos.
Miguel Ángel Hernández Albarrán
