¿Suena raro? Algún puritano de las letras no estará de acuerdo con la afirmación, sí, así es, sé está corrompiendo a la corrupción, desgraciadamente es para que todo siga igual, todo es de dientes para fuera, discurso meramente retórico, palabras huecas y poco claras, al final de cuentas da resultado acusar corrupción y a corruptos, disfrazar honestidad con opacidad.
…palabras huecas y poco claras, al final de cuentas da resultado acusar corrupción y a corruptos, disfrazar honestidad con opacidad.
Andrés Manuel López Obrador ha utilizado la bandera del combate a la corrupción como un estandarte de su lucha política. Discurso que le ha dado grandes resultados a grado tal de ganar la presidencia de la República y hoy ser presidente de México.
Discurso y recurso que sigue utilizando de manera permanente abusando de manera tan permanente que ya lo empieza a desgastar en su imagen y gestión gubernamental, algunos lo negaran, otros tal vez lo duden, otros cuantos no hayan como aceptarlo y los menos tal vez ya demuestren cierta desilusión y hasta desconfianza.
Acusa, señala pero no demuestra y menos procede legalmente…
Acusa, señala pero no demuestra y menos procede legalmente, en una sola frase podemos resumir que está “corrompiendo a la corrupción”, concepto nada nuevo y con diferentes ópticas. Ya en 1994 Mario Benedetti escribió un texto en el diario El País al respecto ( Corromper la corrupción | Edición impresa | EL PAÍS – https://elpais.com/diario/
AMLO corrompe a la corrupción con opacidad y distractores disfrazados de urgencia, tirar dinero al cancelar proyectos en proceso, cancelar políticas públicas eficaces, regalar dinero en busca del clientelismo político es simple y sencillamente CORRUPCIÓN.
Aunque para él sea combate a lo mismo que promueve y con el agregado de que se disfraza y esconde bajo una falsa “honestidad valiente”, no se piden sacrificios, ni ofrendas, mucho menos culpables a modo, pero el que acusa tiene la obligación de comprobar y el compromiso de actuar, ¿o no?.
Llámese corrupción en los bueyes de mi compadre, en los míos solo es honestidad valiente con el manto de la suspicaz opacidad; o podemos también señalar a la sabiduría popular que bien dice: “no hagas cosas buenas que parezcan malas y menos malas que parezcan buenas.»
La calificación es simple y al gusto y afinidad personal o política, lo que queda claro es que al final de cuentas la corrupción siguen ahí, no como concepto pasado, si no como lacerante realidad actual llámesele como se le quiera denominar en el discurso de la hoy llamada 4T.
siempre habrá un distractor…
Habrá debate al respecto del uso y abuso de la frase en la retórica política, también queda claro que la OPACIDAD Y LA IMPUNIDAD van de la mano en la toma de decisiones del Lopezobradorismo como tal; hay temas intocables como la violencia y la criminalidad, otros se disfrazan de prudencia y hasta de reclamo innecesario como lo sería el tema bilateral Trump-México o la demanda de disculpa México España, al final de cuentas siempre habrá un distractor que tener a la mano.
Hay muchos pendientes, demasiados claroscuros, muchas exigencias de justicia, reclamos de aquellos a los que se les han cancelado programas sociales, las mujeres enfermas, las madres, las víctimas de violencia se sienten agredidas y la justificación es la misma.
Se acusa y presume corrupción, de dar borrón y cancelación sin solución y si con el tufo de populismo electorero corrosión al fin y al cabo, en pocas palabras se está logrando el objetivo insano de seguir en lo mismo disfrazado de diferente manera y descripción al final de cuentas sólo es… CORROMPER LA CORRUPCIÓN.
Miguel Ángel Hernández Albarrán