¿Imaginas un México en el que el poder esté concentrado por los Narcos y las mujeres estén extintas? Ese es el escenario de Huck, la niña de Cómprame un revólver.
Cine: Cómprame un revólver
“Todo lo que se cuenta en esta película es real, y hay hombres con suerte” es la frase que mantiene el hilo de la historia que enuncia Huck, la niña que vive en un México del futuro en el que las mujeres están extintas y el poder es tomando por los nacos.
La película dirigida por Julio Hernández Cordón dibuja un terreno seco, sin vegetación y falta de agua. Un mundo de carreteras donde los únicos que se trasportan y hacen revisiones son los narcos, mismos que se dedican a matar “morritas” y proteger al “Jefe”.
Huck es una niña que vive con su padre y es disfrazada como niño como un arma de defensa para “que no se la lleven”. Para ocultad su verdadera identidad utiliza una máscara, ropa de niño y su cabello corto. Ella ayuda a su papá a dar mantenimiento al campo de béisbol en el que juegan los narcos hasta que una noche, decide salir para esconder el tesoro de su papá y es descubierta por uno de los primos del jefe.
La historia es una cartografía de la realidad cruel y violenta que existe en México, vista desde los ojos de cuatro niños que juegan, viven e intentan divertirse en el caótico campo del lugar en el que viven. Los niños tienen un propósito: recuperar el brazo de uno de ellos. El jefe controla todo ahí, el agua, la protección y la seguridad.
A los niños los meten en jaulas, los dejan cautivos hasta que buscan la forman de escapar. Huck observa una fotografía de su madre con la esperanza de algún día conocerla. La película también retrata la violencia extrema hacia las mujeres: un futuro donde ya no hay madres, jóvenes y niñas. Asimismo, se observa una violencia y miedo normalizado por el temor constante de ser asesinado o baleado. “Al medio día las balas se notan porque brillan mucho con el sol” menciona huck.
El largometraje recupera ciertos elementos como la construcción de la mujer, el hombre y cómo debe ser cada uno. Huck observa que el jefe se quita la máscara negra y toca su cabello, por lo cual la niña piensa que el jefe es mujer hasta que en un encuentro la niña pregunta, ¿Eres hombre o mujer? A lo que el jefe responde “Me gusta ser ambas, me gusta ser hombre y también ser mujer”.
La vestimenta de la niña también refleja la construcción de su padre para (protegerla) y esto se observa cuando los niños juegan y para divertirse se ponen ropa de niña encima de su ropa. Esta dinámica es la misma que utilizan los narcos después de matar a «las morritas» y ponerse su ropa: vestidos y faldas de colores.
A los niños los meten en jaulas, los dejan cautivos hasta que buscan la forman de escapar. Huck observa una fotografía de su madre con la esperanza de algún día conocerla. La película también retrata la violencia extrema hacia las mujeres: un futuro donde ya no hay madres, jóvenes y niñas. Asimismo, se observa una violencia y miedo normalizado por el temor constante de ser asesinado o baleado. “Al medio día las balas se notan porque brillan mucho con el sol” menciona huck.
El largometraje recupera ciertos elementos como la construcción de la mujer, el hombre y cómo debe ser cada uno. Huck observa que el jefe se quita la máscara negra y toca su cabello, por lo cual la niña piensa que el jefe es mujer hasta que en un encuentro la niña pregunta, ¿Eres hombre o mujer? A lo que el jefe responde “Me gusta ser ambas, me gusta ser hombre y también ser mujer”
Cómprame un juguete, cómprame un revolver, sería la frase de los niños habitantes de un México extinto de mujeres y niños.
Cómprame un revólver (México-Colombia, 2018, 84 mins.)
Director: Julio Hernández Cordón. Guión: Julio Hernández Cordón. F en C.: Nicolás Wong. Música: Alberto Torres. Edición: Lenz Mauricio Claure. Con: Matilde Hernández Guinea (Huck), Rogelio Sosa (Rogelio), Sóstenes Rojas (Capo), Wallace Pereyda (Tom), Ángel Leonel Corral (Ángel), Ángel Rafael Yánez (Rafa), Mariano Sosa (hombre en el segundo retén). Distribuidora: Cinépolis Distribución. Clasificación: B-15.
Redacción @dlpoder, Katia M. Briseño.