En una promesa más de la cuarta transformación que involucra a la sociedad civil, el pasado domingo 24 de marzo, AMLO anunció la reinstalación del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, con el propósito de iniciar los trabajos para conocer el paradero de 46,000 personas no localizadas.
la búsqueda de personas es una responsabilidad de Estado”
El subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez, afirmó que “la búsqueda de personas es una responsabilidad de Estado”. Pero, como ya se volvió costumbre de esta cuarta transformación, “pidió apoyo de familias y colectivos de víctimas, pues admitió que la tarea no es fácil”.
Crítica a los anteriores y austeridad republicana.
Otra costumbre del cambio anunciado, ha sido el criticar y denostar lo que se haya hecho anteriormente y en esta ocasión no fue la excepción. Alejandro Encinas denunció que la Comisión Nacional de Búsqueda fue instalada por primera vez en octubre del 2018; pero “fue una gran simulación”. Destacando que además de esta reinstalación, ahora se requiere la instalación de un banco nacional de desaparecidos; fosas y detenciones; elaborar el protocolo homologado de búsqueda; y el programa de exhumación forense. “La tarea es muy intensa, pero no estamos partiendo de cero”.
Asimismo señaló que hasta el momento sólo 13 gobiernos de los estados han instalado sus propias comisiones de búsquedas. Agregando que no basta con contar con una comisión local, sino también dotarla de infraestructura para resolver la crisis de derechos humanos. Hay 19 entidades que no reportan avances en la instalación de sus comisiones.
Acorde a la tan cacareada “Austeridad Republicana”, Alejandro de Jesús Encinas informó que este año la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas tendrá 400 millones de pesos de presupuesto, de los cuales el 50% se destinarán a la búsqueda de las personas. (Y la otra me imagino será para sueldos y gastos de oficina) Destacando que “heredan” una deuda de 46,000 personas desaparecidas y cientos de fosas.
Encinas resaltó: “Hoy damos un paso importante para atender el reclamo de las personas de verdad y justicia. Convocamos a organizaciones a conjuntar esfuerzos para combatir esta desgracia”.
Las promesas de AMLO
Con el tradicional grito de los familiares de desaparecidos, “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, Amlo indicó que es un evento importante porque se trata de asumir el compromiso de la búsqueda de desaparecidos. Posteriormente vino la crítica y denostación, “Se recibió la herencia de la corrupción, de la impunidad, pero esto es todavía más grave y doloroso”.
Luego la promesa:
Vamos a terminar con la corrupción, la impunidad y vamos a apoyar a familiares para encontrar a los desparecidos. Los queremos vivos, ese es el deseo y vamos a dedicar todo lo que se necesite.
El Estado mexicano se va a dedicar a los desaparecidos. No sólo es asunto de una comisión, que estoy seguro lo van a hacer muy bien, sino que es una responsabilidad de Estado. Que no falten los recursos, no hay límite, no hay techo financiero, es lo que se requiera. Estamos haciendo un gobierno austero, sin lujos, y lo que se ahorre se va a destinar a esta noble causa”.
Además se comprometió a volver a recibir en tres meses a los familiares de personas desaparecidas, para hacer una evaluación de los avances de la búsqueda.
Otra característica más de la cuarta transformación ha sido las cifras que varían de un evento a otro sobre el mismo tema. Durante la Conferencia matutina en Palacio Nacional el 4 de febrero, Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez, informó que se estima que en México hay alrededor de 45 mil personas desaparecidas. Así como más de mil cien fosas clandestinas y 26 mil cuerpos sin identificar. Enfatizando que uno de los retos fundamentales del plan será la instalación de comisiones de búsqueda locales. Hay 20 entidades en donde no se han tomado las medidas necesarias.
Y nuevamente la crítica y la promesa: Amlo reiteró la postura de su gobierno de nunca más utilizar la fuerza o declarar la guerra para enfrentar los problemas de inseguridad que surgieron por la desatención al pueblo a causa del modelo económico llamado neoliberal o neoporfirismo, que se aplicó en beneficio de “una minoría rapaz”. Esta situación fue la causante de que se desatara la violencia y reiteró que “no se usará la fuerza para resolver los problemas sociales”.
En el mismo tenor de cifras, el 23 de marzo en Torreón Coahuila, Encinas informó que el domingo 24 se instalaría en forma oficial la Comisión Nacional de Búsqueda. Asegurando, “Este sistema va a enfrentar una crisis severa, pues hoy en día se tienen 40 mil personas reportadas como desaparecidas en todo el territorio nacional y es el momento de dar una respuesta firme de parte del gobierno federal”.
Las víctimas
Estoy seguro de que para quién enfrenta el dolor y la preocupación de tener un familiar desaparecido, desea encontrarlo, prioritariamente vivo, de no ser así, saber que ya murió y al menos recuperar el cuerpo, sin tomar en cuenta que muchas veces ni eso se podrá.
Por ello insisto en si dar esperanzas a los familiares es positivo, entusiasmarlos con frases como: Ahora sí se logrará, porque los de antes no quisieron hacerlo, y el Estado mexicano se va a dedicar a los desaparecidos. No sólo es asunto de una comisión, sino que es una responsabilidad de Estado, considero que es una promesa muy grande, muy aventurada.
¿Qué pasará si no lo logra hacer esta administración? Porque es natural que la exigencia de las familias de los 40, 45, o 46 mil desaparecidos que afirma el gobierno, quieren que aparezcan. Pero si no aparecen, ni siquiera muertos, ¿cómo quedarán emocional y psicológicamente esos miles de familiares a los que se les está prometiendo que los encontraran sobre todo en aquellos que ya llevan años desaparecidos?
Y cómo quedará el actual gobierno, recordando aquello de “Prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila”. Tiempo al tiempo.
Usted que piensa estimado lector. ¿Es prioritario para el país crear esa Comisión, destinar recursos? O, ¿deben enfocarse a otros temas prioritarios y con más certeza de que lo que se destinará tenga resultados más reales y positivos?
Carlos Aguila Franco
Periodista y analista político desde 1984, egresado de la UNAM. Experto en comunicación social y campañas políticas. Ha colaborado con medios y diarios como el Diario de los Ángeles (EEUU), ABC Radio, Ruiz-Healy Times, entre otros. Funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Conasupo, Segob, PGJDF, DDF, Gobierno del Estado de Sonora, Municipio de Tlalnepantla. Exsecretario técnico de la Comisión de Asuntos Electorales en la LVII Legislatura del Estado de México (2009 a 2012). Autor de los libros: “La realidad de los partidos políticos” (1995), “La ciudad que entró en caos” (1998), “La ciudad de México en caos y desesperanza ¿Un mentiroso a la presidencia?” (2006), “Diez años de caos y corrupción en la CDMX (2008).”
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