Prometer no empobrece…
Seamos ciertos ya hay desilusión e inconformidad con el próximo gobierno federal y aún no empieza. Durante la campaña advertimos una serie de inexactitudes, de ocurrencias y de mentiras. La mayoría de la gente no lo vio así ya que votaron por AMLO.
Pero al paso de las semanas, por lo pronto, ya inquietó a todos los burócratas del país con aquello del recorte a los salarios y a la descentralización. A los empresarios por la insistente cancelación del aeropuerto y a toda la sociedad con aquello de que ahora no bajará la gasolina.
Luego, las advertencias de que no quedará ni una coma de la Reforma Educativa. La amnistía. La creación de lo que él llamará el Banco del Bienestar del Pueblo. La austeridad que nos llevará a comer sobrantes en “tupper” en las oficinas.
Declaraciones sobre macroeconomía y finanzas públicas
Y la sorprendente declaración de que con el gobierno de Peña la administración está más fuerte que nunca y a días después, anunciar que el país está en bancarrota. Asunto incierto, mal intencionado y mal informado (no midió incluso la probable reacción negativa de los inversionistas y espacios bursátiles en el mundo).
Ojo, México no es Venezuela, ni Cuba, ni Nicaragua. Nuestras reservas internacionales (173,600 millones en números históricos), nuestro liderazgo en diferentes sectores como el aeroespacial o automotriz, la fuerza turística, la creación de empleos. En fin, una cadena de rubros que desmienten pero desnudan al presidente elector.
¿Contradicciones o desconocimiento?
Las políticas financieras no las dicta el Banco de México, también ahí se equivocó, es Hacienda. El déficit fiscal de nuestro país es manejable. El déficit de la cuenta corriente es financiable. La Bolsa Mexicana lleva varios máximos históricos, hay, pues, confianza en las empresas.
La inflación está controlada, alrededor del 4%. La inversión extranjera directa va creciendo y podríamos decir que hasta las remesas ayudan. Ojalá sea una pifia, como esa que afirmó que México tiene miles de años de fundado.
Lo que sí nos puede llevar a la quiebra, es basarse en «consultas» ciudadanas, sin las consideraciones técnicas ni estudiadas, en favor del «pueblo sabio.» Como en Baja California Sur en donde el “pueblo” va a decidir si opera o no una mina.
Por cierto, y hablando de austeridad: ¿De dónde sale el dinero para una gira de agradecimiento? Y que conste que es pregunta.
Carlos Ramos Padilla
@cramospadilla
Periodista y conductor en TV Mexiquense y TVC Meganoticias
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión.
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