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Atención y educación en la primera infancia: el gran reto futuro en el aprendizaje

La etapa de la primera infancia comprende el  periodo que va del nacimiento a los ocho años de edad, y representa un momento único del crecimiento en que el cerebro se desarrolla notablemente. Durante esta etapa, los niños reciben la  mayor y más importante influencia de sus entornos y contextos.

Principalmente por estas razones, la atención y educación de la primera infancia (AEPI) es considerada como la base fundamental para la preparación de las y los niños en su ingreso a la escuela primaria. Durante esta etapa lo esencial es promover un programa de educación holística, entendida esta como aquella que se centra en el desarrollo de la persona en el sentido más completo posible, anima a los alumnos a dar lo mejor de sí y los capacita para sacar todo el jugo posible a las experiencias de la vida y alcanzar sus metas, incluyendo las necesidades sociales, emocionales, cognitivas y físicas de niñas y niños, y cuya meta es crear los cimientos sólidos para su bienestar y el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Entendida así, la AEPI representa para los países una de las más importantes inversiones  a realizar, ya que con ello se fortalece el desarrollo de recursos humanos, la igualdad de género, así como lograr una mayor cohesión social al permitirles a los sectores de niñas y niños más desfavorecidos “compensar” de alguna manera las carencias de los contextos familiares y reducir las desigualdades en el ámbito educativo.

El enfoque adoptado por la UNESCO y fortalecido a través de la Agenda 2030 de Educación, queda categóricamente manifestado en el  ODS-4: “Para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria”.

Con base en los datos proporcionados por la propia UNESCO, la mitad de los niños pequeños del mundo, al menos 175 millones, no están matriculados en programas preescolares, aún cuando cada vez existen mayores evidencias de que los primeros años en la vida de las y los niños son esenciales para moldear su capacidad de aprender, desarrollarse y alcanzar su potencial, acceder a oportunidades de aprendizaje temprano sigue siendo uno de los mayores desafíos.

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De este modo, la próxima Conferencia Mundial sobre Atención y Educación  de la Primera Infancia organizada por la UNESCO, se llevará a cabo del 04 al 16 de noviembre de 2022, en la ciudad de Taskent, Uzbekistán, en donde el objetivo principal es reafirmar el  derecho de todos los niños pequeños a una atención y educación de calidad desde el nacimiento.

También se buscará que los Estados Miembros se comprometan a renovar y ampliar el acuerdo de  invertir en sus países para garantizar el acceso de todas las niñas y niños a una primera infancia de calidad desarrollo, atención y educación preprimaria para que estén preparados para la educación primaria. Esta  Conferencia se organizará en torno a cuatro objetivos y cinco temas:

  • Hacer un balance del progreso en los logros de la meta 4.2 de los ODS y otras metas de los ODS relacionadas con la primera infancia.  
  • Intercambiar conocimientos sobre habilitadores clave, resultados de investigación emergentes, buenas prácticas e innovaciones para implementar y ampliar políticas y programas de AEPI de calidad.  
  • Reafirmar la AEPI de calidad como un derecho de todos los niños y como la base esencial para el aprendizaje permanente y el desarrollo socio cognitivo.  
  • Identificar oportunidades, desarrollar y acordar  prioridades y estrategias para acelerar el progreso de SDG4.2 

De igual forma, los temas a abordar serán: inclusión, calidad y bienestar; formación del personal para AEPI; innovaciones del programa; así como financiamiento, política y gobernanza

Un poco de historia

La UNESCO ha trabajado desde hace muchos años apoyando el hecho de que “el aprendizaje comienza desde el nacimiento”, aseveración que quedó plasmada en la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos, a través de la Declaración de Jomtien (1990), y que tenía el antecedente de haberse establecido ya en la Convención sobre los Derechos del Niño (1989), manifestando que los niños no solo tienen derecho a la supervivencia, sino también a prosperar y desarrollar todo su potencial”. 

En el año  2000, en el Foro Mundial sobre Educación, en Dakar (Senegal) se estableció el compromiso de “extender y mejorar la protección y educación integrales de la primera infancia, especialmente para los niños más vulnerables y desfavorecidos”. Sin embargo, diez años después durante la Conferencia Mundial sobre Atención y Educación de la primera Infancia (UNESCO), que tuvo lugar en Moscú (2010), se prendieron los focos rojos y se advirtió que era “muy probable que no se alcance antes de 2015 el objetivo 1 de la EPT (educación para todos) en lo relativo a la AEPI (atención y educación de la primera infancia), si no se tomaban medidas urgentes y diligentes.

En el año 2015, la Agenda 2030-Educación representó el más grande compromiso a nivel mundial en referencia a la AEPI fuera de la comunidad educativa, y a raíz de esta surgieron otras iniciativas y declaraciones internacionales.

La Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 ha sido señalada como “altamente ambiciosa” a través de sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y particularmente el ODS-4  que señala: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”, a través de 10 sub puntos en que se divide y que designa como fecha para lograrlo justamente el año 2030.

Existen dos instancias implementadas por la UNESCO como “secretariados” que han sido creadas para apoyar y reforzar los trabajos de los asociados a las Naciones Unidas en el logro del ODS-4, y son el Mecanismo Mundial de Cooperación para la educación  y la  Cumbre sobre la Transformación de la Educación.

Una de las mayores preocupaciones que se tiene y que precisamente se consideran urgentes de abordar son los retrocesos observados a nivel mundial con respecto del ODS-4 debido a la pandemia por COVID-19, y que ha motivado a estos organismos a reforzar acciones en todos los sectores, desde la salud y nutrición hasta las competencias para el trabajo y las acciones a favor del cambio climático, ya que todo ello en conjunto ejerce impacto en el ámbito educativo y en el Aprendizaje a lo largo de toda la Vida.

Las expectativas puestas en la próxima Cumbre sobre la Transformación de la Educación, que tendrá efecto en este mes de septiembre, se encuentran centradas en cómo revertir los efectos devastadores que la pandemia ejerció sobre las oportunidades de aprendizaje en millones de niños, niñas y jóvenes alrededor del mundo, profundizando la crisis de aprendizaje ya existente y por ende, aumentando las desigualdades. Queda claro que se necesita urgentemente transformar a la educación, con miras a brindar a las y los estudiantes las competencias, estrategias, habilidades y valores para poder hacer frente a los desafíos que les presenta un mundo en constante y rápida transformación.

Laura Águila Franco

@laura_aguila

Lic. en Psicología por la UNAM. Me he desempeñado como Psicóloga Escolar por espacio de 20 años, y como Directora Académica en los niveles de Preescolar y Primaria en colegios privados los últimos 15 años.

Formadora de Directivos y Docentes en la Reforma Integral de la Educación Básica (UNAM-SEP, 2009-2010), Participante en el Sexto Congreso Nacional de Primaria 2014 “Desafíos en el Aula”, en la Unidad de Congresos del CMN Siglo XXI.


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