Cada vez más queda claro que la SOBERBIA que rige al representante máximo de la cuatroté, los hace ver como ignorantes funcionales.
Ejemplos sobran a lo largo del año, las descalificaciones a quienes opinamos diferente son variopintas. Pero hay una recurrente, en boca de Andrés Manuel y sus corifeos y es la palabra permanente a punta de lengua y es la que califica y descalifica y me refiero a la frase CONSERVADORES, como estigma de quienes no están de acuerdo con la norma totalitaria de López Obrador.
«Quién no se aplique es un conservador» (AMLO dixit) frase lapidaria del pensamiento único.
Conforme van pasando los días el Peje se consolida como opositor a AMLO, ya que desde su púlpito de las mañaneras da a entender que él es su único opositor y así se transmuta a manera de equilibrio emocional propio.
Por eso, un día dice una cosa y al otro se desdice, como si el alzheimer político estuviera en fase terminal y de su propia carrera política.
Las pifias políticas de su gobierno y las personales lo hacen cada vez más intolerante y arrogante. Su esquema de polarización social lo hace desgastarse, no lo acepta, no lo tolera y menos corrige.
Su «honestidad valiente» quedó plasmada en el robo de un libro y rubricado en la opacidad de sus contratos, en la defensa a ultranza de los corruptos que ha cobijado y según él santificado (dar nombres ya resulta ocioso), el Estado es él, aunque su estado emocional nos muestre su verdadero rostro.
Critica a los neoliberales y conservadores y firma un tratado con presunción de sumisión al vecino país del norte o tal vez más que omisión, se ve comisión a favor del proceso electoral en el que está inmerso Trump.
El tratado y sus letras chiquitas favorecen a la industria del acero norteamericana y ponen en aprietos a la industria automotriz mexicana (tal vez por eso la comparación de la «FOR» (AMLO dixit) y su programa opaco de «sembrando vida».
De plano… Esta es la viva cara de la ineptitud y por dignidad (sí la conoce) debería presentar su renuncia, de lo contrario no es más que cómplice de la #inept8instaurada por @lopezobrador_ o no? pic.twitter.com/h8EzzcThHx
— miguel hernandez (@miguelanh) December 15, 2019
Hay que recordar que la política migratoria mexicana también la dictó Donald Trump y nos convertimos en el muro tan cacareado y que íbamos a pagar y… ya estamos pagando.
Por cierto el T-MEC no es más que el ejemplo claro del neoliberalismo global en el que todos estamos inmersos, con el agravante de que quien lo rechazaba lo aceptó de acuerdo a las órdenes del comercio y empresariado norteamericano.
Ya que a López Obrador le gusta tanto hablar de las historias pasadas aquí cabe esa historia contemporánea de «Aquí vive el Presidente, y el que gobierna, allí enfrente”.
Más de acuerdo a nuestro tiempo y realidad podemos decir que «el presidente vive en Palacio Nacional y el que gobierna vive en Washington «, parece chiste de mal gusto y tal vez lo sea, pero no hay casualidades ni en política ni en la vida misma.
Habla de transformación y lo persiguen los fantasmas del pasado a los cuáles evoca para justificar omisiones y errores, no vive el presente y alucina una utopía.
Se le ha salido ya el país de las manos y sus cortesanos le tapan los ojos, lo tienen endiosado y él solo vive para sí mismo, cada vez es más transparente, intransigente y arrogante.
Dice estar al 100, pero su capacidad física está sostenida a base de medicamentos y su capacidad mental en sueños, utopías y el pasado mismo, en una palabra, podemos decirle a Andrés Manuel López Obrador… ¡EL CONSERVADOR ERES TÚ!
PD. Entramos a la temporada de los buenos deseos, de los sentimientos encontrados y hasta de las ilusiones, disfrutemos a la familia y sobretodo a nosotros mismos no hay baby boomers, no hay millenials, ni generación de cristal, somo seres humanos, entes sociales, dejemos a un lado todo y elevemos nuestras buenas nuevas al universo.
Miguel Ángel Hernández Albarrán