Después de las amenazas constantes de Estados Unidos sobre el aumento de los aranceles, se realizó el Mitin de Unidad Nacional en Tijuana junto con András Manuel López Obrador, Carlos Salazar Lomelín, Marcelo Ebrad, Arturo Favela, Padre Solalinde, Francisco Domínguez Servién y Porfirio Muñoz Ledo. ¿Qué hay después de la reunión y su precio? Carlos Aguila Franco escribe sobre el tema en la columna de hoy:
Nuevamente otra ocurrencia de Amlo y la 4T. Su “Acto de Unidad” en Tijuana le cuesta al país millones de pesos, porque debieron ser muchos, al igual que ocurrió con su evento realizado el 1 de diciembre del 2018 realizado en el Zócalo que rebasó los 41 millones de pesos.
La austeridad republicana que predomina todos los días, se la pasan por el arco del triunfo porque este evento de Tijuana, como los demás, es un derroche de recursos del erario público.
Sume usted estimado lector, el gasto de avión, hospedaje, comidas, transporte local, de más de 300 legisladores, gobernadores, funcionarios, equipo de apoyo y obviamente los acarreados que llevaron.
Por ello pregunto: ¿Era necesario ese dispendio de gasto? O saldrán con otra de sus mentiras de que cada quien pagó sus gastos. Esa mentira ni sus devotos ya se la creen.
Un acto de unidad que está plagado de contradicciones, por no decir mentiras, de Amlo y su amigo Marcelo Luis Ebrard Casaubón, por lo que ellos afirman que lograron y lo que por otra parte se comenta al respecto. ¿Quién miente?
Recordemos como vociferaba Amlo en campaña respecto a Trump, entre otras cosas, “Le voy a contestar cada tweet a Trump”, lo voy a poner en su lugar, (18-enero-2019). Lo cual nunca lo ha hecho.
Sin embargo, el pasado 8 de junio al enterarse de que por el momento no aplicaría Estados Unidos el aumento en aranceles a México, Amlo escribió lo siguiente en su cuenta de Twitter: «Conversamos por teléfono con el presidente Trump. Le comenté que en Tijuana diré que al presidente de EEUU no le levanto un puño cerrado, sino la mano abierta y franca. Le reiteramos nuestra disposición a la amistad, al diálogo y la colaboración por el bien de nuestros pueblos». Y pregunto: ¿Eso fue ponerlo en su lugar, o doblegarse, por no decir someterse?
El carísimo acto de “Unidad”
A su acto de unidad asistieron representantes religiosos de comunidades indígenas, del poder legislativo, sector empresarial, gobernadores, y obviamente Marcelo Ebrard, según todos ellos para cerrar filas y apoyar a Amlo por su “triunfo” en las negociaciones de amenaza arancelaria de Estados Unidos.
Como héroe se mostró Marcelo Luis Ebrard Casaubon, al lado de Amlo, inclusive le gritaban «Ebrard para Presidente», como si quienes lo hicieron ya hubieran olvidado todo el cochinero que dejó en la ciudad de México, el “disque mejor alcalde del mundo”. Sirva solamente un ejemplo para ubicar la magnitud de lo que dejó pendiente: la Línea 12 del Metro.
Todo fue festejo, alabanzas por el acuerdo migratorio entre Estados Unidos y México, con el cual se suspendió la imposición de aranceles a productos mexicanos, con el engaño de siempre, “que fue gracias a la unidad de los mexicanos”. ¿Por qué no hay unidad para que se resuelva la falta de medicamentos, personal médico, enfermeras, la inseguridad en todo el país?
Los discursos antes de Amlo fueron muchos, Ebrard, representantes de comunidades indígenas, de la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas. Bueno hasta el ajonjolí de todos los moles, el padre Alejandro Solalinde. También el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, el gobernador de Querétaro y presidente de la CONAGO, el líder de la Cámara de Diputados con todo y sus apellidos rimbombantes, Porfirio Alejandro Muñoz Ledo Y Lazo de la Vega, fifí de fifís.
El evento en Tijuana terminó alrededor de las 20:30 horas. Duró 3 horas y media, haciéndonos recordar a los que llevaba a cabo la tan criticada pero nunca denunciada por Amlo, Mafia del Poder. ¿Será acaso porque ahora se ha convertido en la mafia en el poder? Después de la fiesta siempre viene la cruda, la cruda realidad.
El diabólico twitter de Trump:
“Quiero agradecer al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y a su ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, que junto con todos los muchos representantes de Estados Unidos y México trabajaron tanto tiempo y duro para conseguir nuestro acuerdo sobre inmigración”.
“México se esforzará mucho y si lo hace, este será un acuerdo muy exitoso tanto para Estados Unidos como para México”. México ha acordado comenzar a comprar de manera inmediata grandes cantidades de productos agrícolas de nuestros grandes agricultores patriotas”, aunque este punto no quedó claramente establecida en la declaración sobre el acuerdo migratorio alcanzado en la noche del viernes”.
México se comprometió a adoptar «medidas enérgicas para detener la marea de la migración» a través del país. «Esto se está haciendo para reducir o eliminar en gran medida la inmigración ilegal».
Pero como siempre Amlo y su servil Ebrard, tienen otros datos…
En la mañanera del 10 de junio, el héroe Ebrard calificó la reciente negociación con Estados Unidos como la más difícil, detallando que México tiene 45 días para disminuir el flujo migratorio hacia territorio estadounidense o, de lo contrario, podría darse el riesgo de las tarifas a productos mexicanos.
Aclarando que no es necesario que con estas medidas tomadas para no aplicarse los aranceles como llevar la Guardia Nacional a la frontera sur, un registro puntual de migración y ser un país que de asilo a migrantes, tenga que ir al Congreso mexicano para aprobar alguna medida. Demostremos que en 45 días sí podemos hacerlo entre todos», exhortó. Y sostuvo que fuera de lo informado no hay ningún otro acuerdo de ninguna especie que se haya firmado, ni agrícola, ni de seguridad.
Y vinieron las justificaciones o excusas para lo que firmaron:
Las tarifas a productos mexicanos implicaría para México entrar a una guerra comercial que le costaría que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador incremente el IVA en 10%, la pérdida de un millón 200 mil empleos, además de un punto caída PIB. Entonces eso se convertiría en una crisis económica».
Lo que se ha presentado anteriormente es la versión ligth, conozcamos la contraparte: Esto es parte de lo que el diario El País publicó: México intenta convertir en una victoria el acuerdo con Trump. El pacto con Estados Unidos obliga a poner fin al modelo migratorio de López Obrador. El acuerdo alcanzado el viernes entre Estados Unidos y México deja una sensación agridulce y un aire de derrota ante el primer desafío real al que se ha enfrentado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador desde que llegó el poder hace casi seis meses.
A falta de que se conozcan más detalles, el gobierno de López Obrador ha tenido que renunciar a varios principios sobre migración que consideraba capitales hace solo unos meses. La política de ‘puertas abiertas’ que puso en marcha tras su llegada al poder quedó suspendida y México aumentará “significativamente” el control fronterizo y las deportaciones y desplegará 6.000 soldados de la Guardia Nacional “para frenar la emigración irregular”.
Tras el acuerdo, la delegación mexicana trató de transmitir sensación de victoria. Ebrard dijo que el pacto dejó «satisfecho» al equipo negociador y López Obrador lo consideró «bueno para los dos países». El propio Obrador reorientó el enfoque de la manifestación de Tijuana de este sábado que pasó de ser un acto de protesta por la “dignidad” de México a una marcha cívica por la “unidad”.
A pesar de los intentos, entre la opinión pública se extiende la idea de que se ha logrado parar el golpe arancelario, pero a cambio de que México se convierta en el muro que Trump no ha podido construir. Uno de los detalles más desconocidos tiene que ver con la compra de productos agrícolas.
En el mismo tenor Jorge Castañeda, publicó: El estúpido del peje celebrando y echando «cuetes» en Tijuana el que se haya arreglado que no se vayan a poner aranceles a México. Lo que no sabe ni él, ni el pueblo mexicano, por andar como siempre, en la parranda, es que se vulneró totalmente la ya de por sí endeble soberanía mexicana, pues los EUA impusieron su voluntad:
1 ) México tendrá que salvaguardar la frontera sur, desplegando desde ayer, a 6,000 soldados, a su costa.
2 )México tendrá que recibir de entrada, a 8,000 migrantes que regresará EUA, y les deberá dar asilo en todos los sentidos, casa, comida, empleos, oportunidades a su costa.
3) Cualquier extranjero que entre por territorio mexicano de manera ilegal, para pedir entrada a Estados Unidos, deberá ser retenido en México, con todas las facilidades, y los cargos serán pagados por México, por todo el tiempo que dure el proceso de admisión o rechazo de esos migrantes, por el tiempo que sea, un año, o mucho más.
4) México deberá adquirir más productos estadounidenses en este lapso.
5) Este acuerdo solo durará 90 días, al cabo de los cuales, si México incumple, se ganará otro manotazo de Trump, y quizá más duro.
En pocas palabras, México agachó la cabeza, y se dejó golpear por Estados Unidos y negoció con miedo y se dejó intimidar por el golpe en la mesa dada por Trump, quien muy seguramente dará muchos más manotazos a México, de aquí a 15 meses, hasta que consolide su reelección presidencial.
Cuando hubo negociaciones delicadas con otros países por parte de EUA, como Corea del Norte, China e Irán, estos no se dejaron doblegar, y no perdieron su dignidad, como ahora México sí la perdió, y por eso Trump los respeta y los trata con mano suave.
Todo esto está basado en el libro de Trump, «El Arte de Negociar», y México se doblegó ante los caprichos y rabietas de Trump, y ahora ya sabe de qué pie cojea México y no lo va a respetar. En resumen: ¡Nada qué celebrar!
Así la cruda realidad del gran triunfo de Amlo, Ebrard y la 4-T. ¿Esto prometió Amlo? ¿Qué piensan los 30 millones que votaron por él? ¿Volverán a votar por él y Morena? ¿Para esa farsa gastar millones de pesos? Usted que piensa estimado lector.
Carlos Aguila Franco
Periodista y analista político desde 1984, egresado de la UNAM. Experto en comunicación social y campañas políticas. Ha colaborado con medios y diarios como el Diario de los Ángeles (EEUU), ABC Radio, Ruiz-Healy Times, entre otros. Funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Conasupo, Segob, PGJDF, DDF, Gobierno del Estado de Sonora, Municipio de Tlalnepantla. Exsecretario técnico de la Comisión de Asuntos Electorales en la LVII Legislatura del Estado de México (2009 a 2012). Autor de los libros: “La realidad de los partidos políticos” (1995), “La ciudad que entró en caos” (1998), “La ciudad de México en caos y desesperanza ¿Un mentiroso a la presidencia?” (2006), “Diez años de caos y corrupción en la CDMX (2008).”
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