Termina el año, termina la nochevieja, inicia un año nuevo, una década. Hay expectativas por venir, hay decepciones personales, políticas sociales y económicas, tiempo de reflexión, de elaborar nuevos deseos, retos y metas.
Momento para hacer un arqueo de los ya pasados 365 días, un inventario de lo que se tiene y lo que se dejó de tener, de hacer el balance personal en todo contexto, de entrada hay que reconocer la gran ganancia de ser y estar, sea cual sea nuestra realidad personal.
Habrá quienes crean que este año no fue bueno, otros seguirán echándole la culpa a todo y a todos, en lugar de reconocer la propia, otros volverán a hacer su listado de buenos propósitos, toral el cumplirlos o no es mera semántica anímica e interpretativa al estado emocional de cada quien.
Feliz #Nochevieja, Feliz #AnoNuevo2020 bendiciones!!… Las Cosas de la Política#Guerrero #FelizAnoNuevo2020 #Chilpancingo #México #AnoNuevo pic.twitter.com/IO0aqYnTxc
— miguel hernandez (@miguelanh) December 31, 2019
Cada que termina un año dejamos de lado de manera momentánea todo aquello que no se hizo, se dejó de hacer o simplemente olvidamos aquello que queremos negar en cuanto a existencia o no de algo o alguien, total el año ya acaba.
Hay borrón y cuenta nueva, ya habrá nuevos afanes y obvio nuevas decepciones y presuntos culpables de aquello que nos pase o deje de pasar.
Hay quienes se preparan para recibir el año con festejo, arman rituales de todo tipo, desde paganos a religiosos, hay fiesta luces multicolores, fuegos pirotécnicos y burbujas de todo tipo, unos reciben el año en la mística de la celebración, otros (una gran mayoría) salen fuera de sus entornos territoriales y en gran fiesta hacen su conteo, brindis y abrazos, momentáneamente pasan a ser la amabilidad y el buen deseo unipersonal de bienestar para con propios y extraños, desean parabienes y brindan copa en alto, como una forma de ofrecer buenos deseos para todos.
Recibir un año nuevo genera ilusión, expectativa y sobre todo mucha empatía con el universo mismo.
Hay comelitón, se chocan las copas, se funden los cuerpos en abrazos, se toman uvas al conteo y se llevan oraciones y parabienes todo queda resumido en el ritual de las… ¡12 uvas que son 12 bendiciones!
PD. Haga su lista de buenos propósitos, perdónese y perdone a todos ¿de qué?, no se cuestione, sólo perdone y perdónese, agradezca a la vida la vida misma, un fuerte abrazo una oración y muchas bendiciones, ¡FELIZ AÑO NUEVO 2020!
Miguel Ángel Hernández Albarrán
Opinador e irreverente de la política
Guerrero y guerrense de corazón
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